martes, 31 de octubre de 2017

Puigdemont: El día después.

        El viaje secreto a Bruselas del ex presidente catalán Carles Puigdemont, viene a llenar de estupor a la ya alterada sociedad catalana.
        Nadie de su entorno confirmó que el viaje haya sido acordado previamente, como él dijo. Ni siquiera sabían algo al respecto.
        En su partido, el PdeCAT –partido democrático europeo catalán‑, nadie estaba enterado. Mientras sus integrantes iban a la reunión, el lunes a las 11 de la mañana Puigdemont aterrizaba con 5 ex ministros en Bruselas.
        “Está unos minutos retrasados pero viene”, decía la coordinadora general del partido, Marta Pascal.
        Puigdemont aparece desde Bruselas  y dice: “Una parte del Govern’ nos hemos desplazado a Bruselas para hacer evidente el problema catalán en el corazón de Europa. Otra parte del Govern’ seguirá en Cataluña realizando la actividad política como miembros legítimos”.
        "Ante unos datos contrastados que indicaban que el Gobierno español planteaba una ofensiva altamente agresiva y sin precedente contra el pueblo de Cataluña y funcionarios que se mantuvieran fieles al Gobierno legítimo (...) el viernes acordamos que el Gobierno priorizaría la prudencia, la seguridad y la moderación", sostuvo.
        Desde el Club de Prensa de Bruselas, hablando en inglés, francés, catalán y español descalificó el estado de derecho de España, por “su grave déficit democrático”, dijo que no pedía asilo político y que no tenía garantías en España. Sostuvo que estaba en Bruselas porque “es el corazón de Europa” y desde allí quiere mostrar lo que ocurre en Catalunia. Una suerte de gobierno en el exilio.
        "Estoy aquí para actuar con libertad y seguridad. Hemos venido a buscar garantías que el Estado no nos da en Cataluña. Más que un deseo de justicia lo que percibimos es un deseo de venganza"
        El ejecutivo español “es extremadamente agresivo”, dijo y afirmó que la puesta en marcha de la República queda aplazada, con la finalidad de evitar la violencia. Pidió que se garantice su seguridad personal y jurídica antes de llegar a España. Se siguió considerando presidente catalán, aceptó la convocatoria a elecciones el 21 de diciembre y le exigió al gobierno “un compromiso claro de que aceptará los resultados”, cuando hasta hace unos días decía que no tenía pensado llamar a elecciones, sino hacer valer el referéndum. Recién ahora comprende que en este contexto las elecciones son una especie de referéndum indirecto.
        Para las autoridades de Madrid es fundamental que los independentistas no boicoteen las elecciones.
        A Puigdemont y la política que hace el independentismo no les interesa la opinión pública española, sino la mundial, como sostuve en otro post. Ahora lo confirma el hecho que denuncia el periodista Iñaki Aguado cuando sostiene que "Salvo a TV3, en catalán, ni un solo turno de palabra concedido a medios españoles en la rueda de prensa de Puigdemont desde Bruselas". También Antonio Delgado denuncia que “En la rueda de prensa de Puigdemont se le ha negado la palabra a los medios españoles”.
        Es difícil entender la cabeza de un hombre así, porque el Fiscal General del Estado, José Manuel Maza ya pidió la inmediata detención de todos ellos si no se presentan a declarar cuando los citen. También la Jueza de Audiencia Nacional Carmen Lamela y el Magistrado del Tribunal Supremo, Pablo LLarena, lo han hecho. De modo que el jueves y el viernes Puigdemont y otros 13 miembros del gobierno depuesto tendrán que ir a declarar. También la presidenta del Parlament’ Carme Forcadell y otros 5 miembros de la Mesa de la Cámara.
        Según la magistrada Carmen Lamela del relato del Fiscal se desprende que: “urdieron una estrategia de lo que habría de ser todo el movimiento secesionista, perfectamente organizada y con reparto de papeles entre las autoridades gubernamentales, parlamentarias y asociaciones independentistas (la Anc y Òmnium) que llevaron a la celebración del referéndum ilegal el 1 de octubre y a la declaración de independencia aprobada en el Parlament el 27”.
        De esta forma además del delito de sedición, prevaricación y desobediencia que maneja la Fiscalía, el Tribunal Supremo maneja el de conspiración para la rebelión.
        En su auto, la jueza fija una fianza solidaria de responsabilidad civil de 6.207.450 euros que deberán depositar en tres días; si no la hacen efectiva, se embargarán sus bienes.
        "No queremos escapar a la acción de la Justicia, pero queremos las garantías jurídicas en el marco europeo” -dijo Puigdemont-. “La querella del fiscal general del Estado confirma la extrema agresividad que plantea el gobierno español. No se sostiene jurídicamente, sino que busca perseguirnos políticamente por nuestras ideas.". Son declaraciones que no dejan claro que piensan hacer cuando la justicia española pida el arresto mediante una euroorden. Cualquiera entiende que están con la soga en el cuello, menos los autos exilados.
        Según parece Puigdemont desde la semana pasada tenía ante sí tres opciones. Irse a Gran Bretaña, a Holanda o Bélgica. Eligió Bruselas porque es la sede de la Unión Europea y porque le garantiza el impacto mediático, el apoyo del partido nacionalista flamenco que integra el gobierno belga y con el que estuvo manteniendo desde hace tiempo tratativas y un sistema jurídico tan garantista que puede complicarle a España la extradición.
        Hasta ahora la aplicación del artículo 155 se fue dando sin percances. No hubo resistencia, ni huelga general y los funcionarios públicos no se opusieron. El Tribunal Constitucional suspende la declaración de independencia del Parlament’. Más allá de esto en los últimos cuatro días fueron destituidos 150 asistentes de funcionarios públicos.
        Ante esto el empresariado catalán respiraba aliviado tras la convocatoria a elecciones. La bolsa de valores se cerró con una subida del Ibex del 2,44% y los tres valores mejor parados del día —Sabadell (5,7%), Colonial (4,5%) y CaixaBank (4,2%)— pertenecen a empresas de origen catalán que han trasladado su sede social fuera de Cataluña.
        Las medidas de Rajoy para instrumentar la aplicación del artículo 155 son:
·   Se convocarán elecciones en un plazo máximo de seis meses, "aunque mi voluntad", ha dicho Rajoy, "es hacerlo tan pronto como se recupere la normalidad". 
·   El Gobierno pide autorización al Senado para proceder al cese del presidente, del vicepresidente y de los consejeros del gobierno catalán. El ejercicio de sus funciones lo asumirán los ministerios correspondientes durante el tiempo que dure esta situación excepcional.
·   La Generalitat continuará funcionando y seguirá siendo la administración ordinaria de la Comunidad Autónoma. Esta administración actuará bajo las directrices de los órganos designados por el Gobierno de la nación, es decir, por los ministros.
·   El Parlament no se disolverá. Seguirá cumpliendo su función representativa. Sin embargo, la Presidenta del Parlament no podrá proponer candidato a la presidencia de la Generalitat, ni plantear plenos de investidura. Tampoco llevar a cabo iniciativas que sean contrarias a la Constitución o al Estatut. El Gobierno tendrá un plazo de 30 días para vetar, de producirse, dichas iniciativas. 
·   El Gobierno podrá tomar control de TV3 para garantizar la transmisión de "una información veraz objetiva y equilibrada".
·   Las autoridades designadas por el Gobierno podrán dictar instrucciones directas y de obligado cumplimiento a los Mossos d'Esquadra que podrán además ser sustituidos por efectivos de las de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
        El independentismo parece ahora darse cuenta que no tienen poder para instalar una República. El independentista catalán Artur Mas tuvo que reconocer que Cataluña no está preparada para la “independencia real”. También Marta Pascal y el aspirante Santi Vila (PDECat), reconocen que estos años se ha vendido humo a los catalanes al anunciarles una independencia “fácil y sin costes”. Y lo ha rematado Benet Salellas (CUP): “No hay ni estructuras de Estado (...) El Govern no estaba preparado para  la unilateralidad.”
        Ahora varios 'exconsellers' del Govern están regresando de Bruselas a Barcelona en un vuelo de la compañía Vueling. Por ahora no se sabe si Puigdemont viaja en ese avión.
        Les prometieron lo imposible y los estafaron políticamente.
        Según el periodista Joan Cañete Bayle Puigdemont es el cómico.

        Más exactamente habría que decir que es trági‑cómico.