Primero se llevaron a los comunistas,
pero a mí no me importó
porque yo no lo era;
enseguida se llevaron a unos
obreros,
pero a mí no me importó
porque yo tampoco lo era,
después detuvieron a los
sindicalistas,
pero a mí no me importó
pero a mí no me importó
porque yo no soy sindicalista;
luego apresaron a unos curas,
pero como yo no soy religioso,
tampoco me importó;
ahora me llevan a mí,
¡Qué espantoso!
¡Esto es inadmisible!
Bertolt Brecht
En Chile el Seminario Mayor San Fidel, en la diócesis de
Villarrica, en la IX Región, estuvo tomado ilegalmente durante dos años por
comunidades que aducen una causa indigenista que nada tiene que ver con una
problemática de carácter religioso. Hace dos semanas, al ser finalmente
desalojado dicho recinto por la fuerza pública conforme a derecho, el líder de
esa ocupación ilegítima, Fidel Tranamil, amenazó explícitamente a la Iglesia
Católica: "Ha demostrado ser un miembro más del Estado, y no vamos a
descansar hasta expulsarla del territorio mapuche". Menos de dos semanas
después, el muy modesto templo de San Sebastián en Vilcún, en la misma región,
trabajosamente edificado con magros recursos, en buena parte aportados por los
feligreses, sufrió un atentado incendiario que lo destruyó totalmente, al igual
que una casa para formación de sacerdotes y un santuario contiguo.
Aparentemente actuaron dos grupos con armas de fuego, y los hechores dejaron en
el lugar un lienzo con consignas y un llamado expreso a la "lucha armada".
Tras el atentado, resulta inevitable considerar un eventual vínculo entre ambos
hechos, y el intendente de La Araucanía, Andrés Jouannet, advirtió que quienes
"hayan afirmado eso van a tener que hacerse cargo de sus
declaraciones".
Estamos hablando de un país como Chile en donde el 70 por
ciento de la población se identifica como católico.
En el Uruguay el comerciante judío David Fremd fue apuñalado por Carlos Omar Peralta López, en Paysandú el 8 de marzo. Ante esto el juez le aplicó tres delitos: de homicidio especialmente agravado por la premeditación, de odio hacia las personas por motivo religioso, y de lesiones personales por las heridas al hijo del Fremd.
En el Uruguay el comerciante judío David Fremd fue apuñalado por Carlos Omar Peralta López, en Paysandú el 8 de marzo. Ante esto el juez le aplicó tres delitos: de homicidio especialmente agravado por la premeditación, de odio hacia las personas por motivo religioso, y de lesiones personales por las heridas al hijo del Fremd.
Todos sabemos que si existe un solo Dios y ese Dios es vivido
de diferentes formas por cada religión, no puede, llámese como se quiera,
mandar a matar a otro de otra religión.
En Chile nunca los mapuches atacaron a una Iglesia y en el
Uruguay, éste es el primer atentado religioso que se registra. Ya, allende la cordillera
sospechan que hay alguien detrás de los mapuches, como aquí sospechamos que el
fenómeno del asesinato de Fremd, no vino por generación espontánea.
El atentado a la AMIA y
a Nisman que lo estaba investigando en la Argentina, el incendio de una humilde
Iglesia en Chile y ahora el asesinato a cuchilladas de Fremd, son cosas que
hacen pensar en que en todo esto hay una mano negra detrás.