sábado, 2 de enero de 2016

El huracán Raúl

        El propio Ministro Astori reconoció que ANCAP tomó decisiones sin coordinar. Estamos hablando de un ente que despilfarró el dinero de los uruguayos, que aumentó la plantilla de funcionarios en un 35 por ciento y un 80 por ciento la masa salarial. El portland sólo perdió 183 millones de dólares, hoy tirados en el pasto, porque no hay dinero para instalarlo. Cuando dicen que invirtieron para producir están mintiendo. Inauguraron dos veces la misma planta de ALUR, que ni siquiera tiene habilitación de bomberos.
        Hubo alertas, se llamó al Ministro en Comisiones y la deuda financiera de ANCAP se cuadruplicó en los últimos tres años.
        La desesperación del gobierno lo conduce a tratar de cerrar la capitalización maquillando el balance y agarrar a la gente distraída mientras festeja navidad y fin de año.
        Lo más alarmante del apuro es la gran irresponsabilidad de dar más dinero sin ninguna condición a cambio, manteniendo el directorio y los gerentes. No dicen lo que van a hacer con los casi 900 millones de dólares.
        ¡Dónde quedó el Uruguay productivo cuando pagamos el gasoil al precio de la nafta!
        Hablar de 900 millones de dólares es hablar de siete mil 500 kilómetros de ruta de tratamiento asfáltico o 160 mil kilómetros de camineria rural. 900 millones es el presupuesto de todas las intendencias del interior. Se podrían construir 900 escuelas o subsidiar a los medicamentos caros que el gobierno no quiso financiar. Es como que tengamos 100 emergencias después de haber pasado un huracán. Por aquí pasó el huracán Raúl.
        La situación patrimonial de ANCAP a junio de 2015, es de 247 millones de dólares. La recapitalización es como comprarla por el triple del valor de su situación patrimonial. Si ésta es la seguridad que quieren dar para continuar con esta fiesta, muy poco se puede esperar de aquí en más.
        Las propias voces del Frente Amplio dijeron que advirtieron el problema desde 2012 y si advirtieron, consintieron. En ningún momento se pensó en gobernar, no se tuvo en cuenta que éste asunto iba a tener que ser resuelto entre todos.
        Acá no es un problema interno del Frente Amplio, porque sus dos máximos exponentes lo hicieron público en la prensa. Se han estado echando las culpas, pero ambos tienen responsabilidad, por acción u omisión. Acá es un problema nacional esta fiesta que hicieron y ese sentimiento de impunidad con el que manejan entre gallos y medias noche el tema de la recapitalización del ente y dándole un respaldo expreso a la conducción de una empresa técnicamente fundida.
        Estamos hablando de una empresa monopólica, que fija el precio de los combustibles y es la principal del Uruguay. Un ente como ANCAP ¿No tenía un equipo de técnicos que advirtiera sobre la falta de rentabilidad para el repago de los créditos o acerca de la capacidad que tenía el ente para endeudarse?
        Estamos hablando de plantas como la desulfurizadora de 88 millones de dólares y que termina en 420 millones, que es la madre de todas las fiestas. El contrato con Candiota, los millones de dólares de multa, el rol de Trafigura en la triangulación de 360 millones de litros cúbicos de petróleo ecuatoriano, de todo eso, no se quieren hacer cargo.
        Querer hacernos creer que tanto el ex Presidente Mujica, como Lorenzo contemplaban lo que ocurría como si fueran habitantes aéreos, es algo que no se lo puede tragar nadie.
        Una cosa es robar, saquear, rapiñar y otra muy distinta esquilmar, que significa según el diccionario: “Agotar o hacer que disminuya una fuente de riqueza por explotarla más de lo debido”.
        Aquí no hay arrepentimiento, ni deseo interior de cambiar. Aquí no se toman tampoco responsabilidades para rectificar el rumbo. No quieren remover a los directores, porque es una papa caliente lo que pueden llegar a decir de perder el cargo.
        Era Rockeffeler quien decía que hay dos negocios que nunca dan pérdida. El primero es una empresa petrolera bien administrada y el segundo es una empresa petrolera mal administrada. En el Uruguay es en el único país del mundo, en donde hemos logrado contradecir a Rockeffeler y fundir un monopolio. Quedan mil 200 millones de dólares más, que tendrán que re perfilar para abordar los plazos de vencimiento. Desde 1931 a la fecha, ANCAP era la empresa que año tras año aportaba más a Rentas Generales, hasta el 2003.
        Eso sí, se golpean el pecho como defensores de las empresas públicas. ANCAP hace años que no aporta un solo peso a Rentas Generales, mientras marchamos con el tercer combustible más caro del mundo. Aquí no hay ineptitud o mala gestión, chambonadas o simples metidas de pata, aquí hay corrupción. Nadie se equivoca en 650 millones de dólares, sobre una masa de mil.250 millones de dólares.
        ¿Esta es la empresa al servicio de la nación?
        La “inversión” no la hizo ANCAP, sino los nabos de siempre, los contribuyentes.
        ANCAP es la parte visible del iceberg, porque según declaraciones de Astori, todas las empresas públicas están fuera de control.
        Ésta situación de ANCAP la vive también PDVSA, Petrobrás y Repsol YPF.
        ¡Vaya casualidad!




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