lunes, 14 de diciembre de 2015

Sociedad civil y sociedad política

        La responsabilidad de un mandatario es la designar en los cargos de poder, a la gente que él considera correcta. Estamos hablando de los cargos de particular confianza política.
        Son cargos que duran lo que la gestión, y su función consiste, en posibilitarle al Primer Mandatario, la realización de su política.
        Lo correcto es optar por las personas más calificadas, que se avienen a ciertas determinaciones políticas. Las personas que se eligen, dicen mucho de la política que se ha de hacer.
        Si todo es importante, entonces nada es importante.
    Priorizar quiere decir optar y eso exige, un marco conceptual previo.
        La política está al servicio del hombre y de la gente, no el hombre y la gente, al servicio de la política.
      Sistemas en donde el partido sustituye al Estado, el Estado sustituye a la sociedad y la sociedad sustituye al individuo, no le sirven a nadie.
     Cuando el representante en vez de representar, sustituye a otros, puede hoy recibir un aplauso fácil, pero a la larga suele salirle caro.
     La sociedad civil no tiene por qué pensar, como la sociedad política. Esa es la causa por la cual desde un espíritu republicano se le dio autonomía a la Universidad. Puede existir un teatro independiente, un cine de autor, una literatura sui generis, una música de protesta y la sociedad política girar en torno a otras cuestiones.
        Así fueron las cosas durante mucho tiempo.
        Hubo, en cambio, gente que desde la sociedad civil, se puso a hacer anti sistema, contra la sociedad política.
      Durante mucho tiempo no se les dio importancia, porque efectivamente, no la tenían.
       Primero, fragmentaron a la cultura de la política y luego, a la sociedad en su conjunto.
       No es un accidente, es una consecuencia.
     Hoy se ve con claridad, lo que otrora no tenía esa importancia.
        No son parte de la diversidad de la sociedad civil, sino toda una posición parasitaria. Es toda una actitud ante la vida; anarquizan hacia afuera, mientras regimientan hacia adentro.
        Son sociólogos antí sistémicos, anti políticos; de ciencia y tecnología no entienden nada. Sólo saben disfrazarse de falso pobre y fabricar artesanías. Se visten “así no más”, pero es el así no más del que lo tiene todo.
        Nunca nadie creyó, que ésta gente determine las macro variables económicas, legisle en el Parlamento, haga los textos de estudios, fabrique la historia reciente, gobierne en los Ministerios y encima de regalo, venga a decirnos que no podemos fumar cigarrillos, pero marihuana sí  y que no se puede ponerle sal a la comida.
        No van a lo de los hermanos Castro’s, porque no les da la capacidad y porque son clase media baja –pequeño burguesía-, con enormes limitaciones teóricas desde el punto de vista marxista y/o leninista.
    Antes eran inorgánicos y espontáneos, hoy están organizados. 
          Antes parecían el futuro, hoy el pasado.
        El cambio de percepción que uno fue adquiriendo con los años es esencial, porque no es así, no es un fenómeno que viene de la sociedad civil libérrimamente dado, sino una tendencia organizada, estructurada y pensada al servicio de la disolución de la sociedad.

        Basta ir por la Feria del Libro o la Casa del Artesano, para darse cuenta de lo que estoy diciendo. Es toda una estampa del mundo que hoy se despide: Los imbéciles no mueren, se siembran.



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