martes, 15 de diciembre de 2015

La dolorosa salida del cepo cambiario.



       
        Macri tomó una decisión importante al anunciar la eliminación de las retenciones a las exportaciones cerealeras e industriales y la baja de 5 puntos para las exportaciones de soja, lo que junto a éste incentivo, un ajuste de la paridad monetaria, permitirá que el agro tenga por fin un nivel de capitalización, que le permita aumentar su capacidad productiva. Todo esto bajo el compromiso de liquidar unos 3 mil millones de dólares de aquí a fin de año.
        A eso hay que sumarle préstamos al Banco Central de entidades financieras internacionales, por no menos de 5 mil millones de dólares, sin descartar un auxilio adicional de la Reserva Federal de los Estados Unidos y, más adelante, un crédito del Fondo Monetario Internacional. En total, todo esto traería 30 mil millones de dólares.
        El tema aquí es que no se sabe qué tiempo puede tardar y cómo encarar un arreglo previo con los holdouts beneficiados por la sentencia contra la Argentina del juez Thomas Griesa.
        Nominalmente, en forma apalancada hay  24.465 millones de dólares de reservas, pero en efectivo, aunque parezca mentira, la cifra es cero. Tendrá que ir a una flotación limpia del dólar sin ninguna intervención y salir en la búsqueda de fondos frescos para sostener la demanda.
        La idea de Macri es un sistema que contemple intervenciones del Banco Central por franjas de flotación, en donde compra dólares en el piso de la banda y los vende en el techo. En ese caso el dólar costaría aproximadamente 15 pesos.
        Si a esto se le agrega el nivel de remarcación que hubo en los últimos días, liberar el cepo cambiario exigiría poner las tasas de interés en un 40 por ciento.
        Si se hace el cálculo matemático, la relación entre la base monetaria, que ronda los 612.000 millones de pesos, y las reservas brutas del BCRA, de unos 24.500 millones de dólares, el tipo de cambio de equilibrio equivaldría a 25 pesos por dólar. Si bien es cierto que ninguna ley monetaria indica que el precio del dólar tenga que devenir como consecuencia de la relación entre la base monetaria y las reservas, éste parámetro afecta negativamente la confiabilidad de un dólar a 15, por lo que no es nada improbable que la banda de flotación “libre” por franjas haga oscilar el dólar entre 15 y 25 o menos.
        Con un nivel de inflación superior al 30 por ciento anual, con Provincias quebradas que no tienen para pagar los sueldos, ni las tasas de interés podrán mantenerse en el entorno del 40 por ciento.
        Tiene dos desafíos por delante: Una solución al déficit de Reservas Internacionales Netas (RIN) y una política fiscal consistente que le ofrezca certezas a los operadores económicos.

 

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