martes, 1 de diciembre de 2015

La larga marcha de la normalización en China.

      
        Era Mao Tze Tung quien cuando tomó el poder en 1948 dijo que lo suyo era una larga marcha. En realidad larga marcha fue el camino de la normalización de las cosas en China.
        China es un ejemplo clarísimo de lo que le sucede a los países que se van del mundo. Terminan emitiendo una moneda que si bien tiene un valor de uso allí, carece de valor de cambio en los mercados mundiales y eso los limita tanto en los acuerdos bilaterales, como en el acceso al comercio exterior.
        Es lo mismo que ocurrió con el rublo después de la revolución rusa en el 17’. La ex Unión Soviética tenía que adquirir corona sueca, y pagar en papel y especies. Crearon primero el CAME y después el COMECON, porque no conocían otra forma de intercambio comercial que el trueque entre países. Algo que terminó generando zonas que vivían de un solo producto y dependían en todo de la tecnología soviética. No tenían la opción de adquirir de otros países lo que necesitaban. Eran tanto desde el punto de vista comercial como político, satrapías de un imperio que en nada difería del Imperio Romano.
        Hoy el Fondo Monetario Internacional va a incluir la moneda china, el yuan, en la canasta de inversiones, ratificando por esa vía la expansión comercial de dicho país a nivel mundial.
        Cabe consignar, para entender lo que acaba de ocurrir que los Derechos Especiales de Giro (DEG), es una moneda sintética que tiene una demanda potencial sobre las monedas libremente utilizables por los miembros del Fondo Monetario Internacional. Se usa exclusivamente, para el comercio exterior y las finanzas.
        Cada cinco años el Comité Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional determina la cantidad de cada moneda que hacen un DEG, de acuerdo con la importancia relativa de la moneda en el comercio y las finanzas internacionales.
        En prevención a una posible debacle del dólar a nivel mundial, como ocurrió con la libra esterlina después de la crisis del 29’, hoy es una divisa de reserva en detrimento del dólar estadounidense, con la finalidad de dar más estabilidad al sistema financiero mundial y prevenir futuras crisis.
        Hoy el yuan entra a formar parte  de las unidades de referencia del FMI, compuesta por el dólar, el euro, la libra esterlina y el yen, y de esta forma se fija a ciencia cierta una variable que es fundamental en el funcionamiento de cualquier sistema económico, determinar en función de la Prime Rate el valor de las tasas de interés a nivel mundial.
        Hoy el yuan es una de las monedas más usadas del mundo y China ya no tiene que firmar acuerdos bilaterales con 39 países, comprando en cada lugar con quien quiere comerciar moneda de allí, para darle valor de cambio al comercio exterior. De ahora en más, el yuan será una moneda que además de tener valor de uso, tendrá valor de cambio.
        Para lograr esto, China tuvo que hacer importantes reformas económicas, permitiendo el acceso para extranjeros al mercado cambiario chino, ofrecer una más frecuente emisión de los bonos de deuda en los mercados, y ampliar las horas de operaciones con el yuan.
        Esto, que para nosotros es de sentido común, para un país como China, que viene de lo más oscuro del aislamiento comunista, ha sido un proceso dificultoso, que culmina el 1º de octubre de 2016. Por esta vía, la llamada "nueva ruta de la seda", una red comercial en desarrollo que espera conectar 60 países entre Europa y Asia, será posible, abriendo a China a un escenario mucho más amplio que el de ahora.
        No obstante, para que el yuan juegue el mismo rol que hoy tiene el dólar, es necesario una larga marcha, ésta vez no por los bosques, sino por los bonos de deuda, el petróleo, el aluminio y el cobre, que ya comienzan a cotizarse en las Bolsas en yuanes.
        El dólar necesitó, después de la Segunda Guerra Mundial, muchas décadas para superar a la libra y jugar el rol de la misma en los mercados mundiales.
        Este crecimiento en la importancia del yuan que hace tres años atrás no estaba ni siquiera entre las tres monedas más usadas, es un hecho auspicioso, aunque hoy esté en quinto lugar, pese al hecho de que China es la segunda economía en importancia, después de Estados Unidos.

        Este espaldarazo del Fondo Monetario Internacional hará que China pueda jugar el rol que merece en el comercio mundial y, a su vez, fortalecerá las finanzas a escala global.


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