martes, 22 de diciembre de 2015

Hacia una economía basada en el comercio exterior

          Es llamativa la credibilidad que genera el gobierno de Mauricio Macri. Por ejemplo, se pensaba que con la apertura del cepo iba a venir una devaluación brutal y sin embargo, el dólar bajó de precio. Con solamente 10 millones de dólares, prestados por los bancos y distintas instituciones internacionales, la gente puso el dinero en los bancos y ahora tiene 26 mil millones, al punto que baja en vez de subir.
      Pienso que la anulación de las retenciones y el impuesto cero a los exportadores, es lo que realmente generó un shock de confianza. Porque ahora van a poder trabajar y las divisas podrán entrar, liberando lo que tenían en stock.
    Todos estamos azorados. Lo que generalmente demora un año y medio, se logró en una semana.
     Aquella Argentina neurotizada de noviembre de 2001, que atacaba a los cambistas, cuando no había más dólares, no tiene nada que ver con esta otra Argentina actual.
      Aquella Argentina de los tiempos de Alfonsín, con gente que quedó tarada de tanto mirar pizarras, no es la Argentina de hoy.
      Hoy los arbolitos temen por su trabajo y son los únicos que lamentan la situación.
     El colchón bank indica que Argentina tiene más activos que pasivos, allí dónde se tiene poca inversión internacional directa.
       Corregir el desequilibrio fiscal ahora es lo prioritario y eso hace a la contabilidad presupuestal, lo cual exige acuerdos políticos en el Congreso.
     Hoy el régimen monetario kirchnerista es parte del pasado.
      En el marco regional si Brasil es el industrial, Argentina  es el comerciante y el ajuste al contexto de ésta nueva realidad, pone el tipo de cambio como un ancla nominal, por la misma ley de la paridad de los poderes de compra.
   Brasil le vende los insumos básicos, Argentina comercializa a su mercado interno y nadie puede vender, cuando eso mismo comprado a precio de vitrina, sale más barato en Brasil.
     Argentina tendrá que darse cuenta que los países no crecen hacia adentro, vendiéndose a sí mismo, sino orientado su economía al exterior y recibiendo divisas para poder hacer sus políticas. En términos económicos, hoy Argentina es un satélite brasilero.

      Esa situación no se revierte sustituyendo importaciones, sino haciendo un neo desarrollismo moderado, basado en las ventajas comparativas que tiene frente a otro.


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