La enorme cantidad de medidas que
adoptó Mauricio Macri desde el momento que llegó al gobierno, parecen haber
creado más confianza internacional, que interna.
Argentina en su política exterior
acaba de dar en al menos 13 días, un giro copernicano signado por una nueva
práctica de estar posicionada ante el mundo.
Los derechos humanos ya no serán
propiedad de los izquierdos humanos, sino parte de un sentimiento republicano
en defensa de las minorías y la dignidad humana avasallada por mayorías, que no
se dieron cuenta que la democracia tiene legitimidad de ejercicio cuando se respeta
su derecho a opinar y decir lo que piensa.
La decisión de avalar el fallo de la Organización
Mundial del Comercio y eliminar las declaraciones juradas de importación, la
cancelación del memorándum con Irán por la causa AMIA, el inicio de las
negociaciones con los fondos buitre, el fin del cepo cambiario, la decisión de
concurrir al Foro Económico de Davos, el acercamiento a Estados Unidos y las
señales de apertura a la Alianza del Pacífico, son las señales más fuertes del
nuevo Mercosur que se avecina.
La fantasmagórica y desinformada
versión de la canciller venezolana Delcy Rodríguez, según la cual Mauricio
Macri poco menos fue un torturador más de la dictadura militar, muestra hasta
la evidencia la mala fe, la ignorancia y la estupidez de ésta gente, que para
justificar la más flagrante violación del derecho a disentir –son 75 los presos
políticos en Venezuela-, apela a cualquier cosa mintiendo a sabiendas.
Brasil principal socio comercial de
Chile y Argentina, quedó sólo ante el Mercosur que tanto defendía, para
prohijar a Venezuela, como ante la Unión Europea que ésta pidiendo un Tratado
de Libre Comercio.
"Argentina es ahora un actor
nuevo que gana todas las condiciones para poder dirigir al Mercosur por otro
camino", dijo a la agencia AFP Marcelo Rech, analista del Instituto de
Relaciones Internacionales InfoRel, con sede en Brasilia. Ya no podrán los
petistas agarrárselas con Aecio Neves, porque ahora el problema de ese
izquierdismo estúpido lo tienen hacia adentro.
El sendero está al lado de Chile,
Colombia y Perú, que son quienes lideran la Alianza del Pacífico.
En términos comerciales hay 42 países
que aplauden la decisión de Macri de eliminar las declaraciones juradas de
importación y acatar el fallo de la Organización Mundial del Comercio. También
el sistema financiero recibe con agrado las negociaciones que entablará la
semana que viene con los fondos buitre en Nueva York, o ante la suspensión
momentánea de la difusión de estadísticas del INDEC kirchnerista.
Hay más señales macristas de amigarse
con el mundo, Argentina ahora ira a Davos, un foro económico mundial en el que
desde hace 14 años no aparece por allí un presidente argentino. Esto va en
línea con el acercamiento de Macri a Estados Unidos y las negociaciones que se
realizan en Washington para que el presidente argentino se reúna con Barack
Obama en marzo próximo.
Más allá de este auspicioso giro
copernicano en la política de comercio exterior argentina, lo que se precisa
son los acuerdos parte de Estado a Estado, porque como decía José Gervasio
Artigas, “Estamos bajo la fe de los hombres, faltan ahora las garantías del
contrato”.
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