El otro día le comentaba a un taxi metrista blanco, que si Vázquez gana, aún sin mayoría parlamentaria, a los nacionalistas se nos ha de complicar la cosa, porque tienen montado un aparato a la venezolana, con un cuerpo de élite, que si bien está contra el Taba, el tábano, porque lo considera neoliberal, a nosotros nos tiene en la mirilla.
Desde los viejos tiempos en que el Directorio nacionalista estaba en la clandestinidad y mataron a la esposa de Mario Heber y luego él muere por falta de ella e inseguridad ante el destino, y quisieron envenenar a Carlos Julio y no pudieron, hasta ahora, en donde se nos ataca sin parar un día sí y otro también, no es nada improbable y hay que preeverlo, el pasaje a la clandestinidad.
Habrá que tener contactos afuera del Uruguay y reserva logistica aquí, para resistir el golpe técnico que tiene en mente Tabaré Vázquez y el suburbio del comando revolucionario, que aunque esté medio desengañado, contra los blancos cierra filas sin chistar.
Cuando amanezca, morirán dando patadas contra la pared como Rapela, Gregorio Álvarez y Paulós, pero Uruguay habrá entonces perdido el siglo XXI y la culpa siempre se la van a echar al partido nacional, porque son expertos en no asumir responsabilidad alguna.
No es la primera vez, porque desde los tiempos de Timoteo Aparicio a la fecha, las cosas siempre fueron así; se burlan de nosotros y sienten un placer sádico, en esa suerte de viveza criolla, tan típica, a las que nos tienen acostumbrados.
Desde los viejos tiempos en que el Directorio nacionalista estaba en la clandestinidad y mataron a la esposa de Mario Heber y luego él muere por falta de ella e inseguridad ante el destino, y quisieron envenenar a Carlos Julio y no pudieron, hasta ahora, en donde se nos ataca sin parar un día sí y otro también, no es nada improbable y hay que preeverlo, el pasaje a la clandestinidad.
Habrá que tener contactos afuera del Uruguay y reserva logistica aquí, para resistir el golpe técnico que tiene en mente Tabaré Vázquez y el suburbio del comando revolucionario, que aunque esté medio desengañado, contra los blancos cierra filas sin chistar.
Cuando amanezca, morirán dando patadas contra la pared como Rapela, Gregorio Álvarez y Paulós, pero Uruguay habrá entonces perdido el siglo XXI y la culpa siempre se la van a echar al partido nacional, porque son expertos en no asumir responsabilidad alguna.
No es la primera vez, porque desde los tiempos de Timoteo Aparicio a la fecha, las cosas siempre fueron así; se burlan de nosotros y sienten un placer sádico, en esa suerte de viveza criolla, tan típica, a las que nos tienen acostumbrados.
No les crean que la marihuna ha de ser legal,
es una excusa para fichar gente y luego liquidarla.
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