Para
gobernar se precisan consensos, fundamentalmente en economía, puesto que tanto esta
Cartera ministerial, como la del Ministerio del Interior, son las más
importantes de todo el gabinete.
Para
poder saber con precisión a dónde va o no va una gestión presidencial, hay que
observar muy bien a quien se puso en el Ministerio de Economía y en el
Ministerio del Interior. El resto es completamente superfluo desde el punto de
vista político, aunque no lo sea, desde otros ángulos de mira.
Danilo
Astori es Gardel entre cacatúas, lechuguinos, parlaembaldes, chotitos, tiquis
mitis, cojitrancos, chirolitos y quirimbos –son el grupo de los 8-, pero
saliendo de ahí, hacia los partidos fundacionales, es algo así como Minguito.
No
le llega a los talones a ningún Ministro de los partidos que hicieron nuestra
República y tampoco a otros, que no fueron a la Facultad de Economía, pero
saben muchísimo.
A
un Ministro de Economía no se le puede pedir liderazgo, porque el economicismo
no es la mejor tarjeta de presentación en las campañas electorales.
La
gente opina de cosmética política, porque no entiende de política.
Gobernar
en países emergentes, decía Celso Furtado, es aprender a sacarle punta al
lápiz, en el álgebra de la miseria. Por eso, nunca un Ministro de Economía ha
de ser un líder político. Aunque haya sido Diputado o Senador opera
en lo técnico y como tal opina, pese al hecho de que la economía es una ciencia
que se maneja con criterios políticos. Por eso se llama Economía Política y no
Economía del Ama de Casa, como algún tonto de capirote y Parroquia laica,
creyó.
Danilo
Astori es la demostración más palmaria de que con gente como la que tiene allí
adentro, no se va a ningún lado, ni siquiera en discrepancia "fraternal".
No
sabe ni maquillarlos, para que disimulen un poco la voracidad fiscal.
En
el único lugar en donde es querido y respetado Danilo, es en el Banco
Ambrosiano, porque saliendo de allí, no lo quieren, ni los perros.
Indirectamente,
está involucrado en todos los casos de corrupción grave que hubieron acá, menos
en lo de ANCAP, de eso sí, se puede dar fe.
Nunca
entendí cuál puede ser la razón por la cual, con él se ha tenido guante de seda
y con los otros del Frente, guante de box. Astori, no es Hugo Batalla; es la
misma cosa que los demás.
En
los partidos fundacionales hay economistas serios que saben lo que dicen y
dicen lo que saben, sólo un atrevido como Minguito Astori puede afirmar, que se carece de
programa económico, cuando fue a dorarle la píldora a los rusos, como si los
demás se chuparan el dedo.
Que
el Frente Amplio haya dejado de decir que no paga la deuda externa, no quiere
decir nada, porque es el mismo Danilo Astori que aquí se jacta de ser buen
pagador, el que aplaude el despropósito enorme de la política de Cristina
Fernández.
Si
Timerman es un esquizofrénico ¡Que es Astori!
Astori
es como un psicoléptico que juega el mismo rol que los ansiolíticos, los anti
psicóticos, las drogas psicoactivas, los hipnóticos y los sedantes. Por eso
lo precisa el inefable Señor de los Chupetes. Él sabe calmar al tucanaje,
Astori tiene que tranquilizar a otros.
El
tema es que a los únicos que tranquiliza es a las multinacionales y las grandes
corporaciones y hasta cierto punto, porque cuando se enteran de que les cambiaron
las reglas de juego, allí comprenden que en vez de una solución regional,
compraron un problema.
El
necesario consenso que debe existir en economía, no va a ser el neo
desarrollismo trasnochado de esta gente, sino un gobierno artiguista con los
mejores economistas de los partidos fundacionales.
Saben
regularizar la situación.
No
precisan inefables o Minguitos.