Hola
Claudia:
Te
quiero contar un poco lo que está pasando en este momento en el Uruguay, pero como
no sé escribir muy bien, te envió este artículo que encontré en un bloger
navegando por Internet.
“A
medida que la contienda electoral avanza, van surgiendo nuevos elementos en
torno a lo que ha sido, la gestión llevada a cabo, durante una década en el
Uruguay.
Con
un estado de ánimo colectivo indiferente, pero con las redes sociales en
Internet activas, en una elección difícil por lo pareja, cada partido va
componiendo sus estrategias de campaña, en un panorama que, ya no es el de otros
tiempos.
Hoy,
una campaña electoral mueve componentes de un tecnicismo muy alto, que implican
un manejo bastante complejo, para lo que fue siempre, la política en nuestro
país.
Exige
en primera instancia, ganarse el rol de candidateable y luego desde allí, el de
presidenciable, para recién después jugar en la final.
El
Presidente deviene de la circunstancia en que ninguno de los contendientes,
obtuvo la mitad más uno.
En
ese gran filtro que el sistema electoral le impone a los partidos, la
ciudadanía puede ir apreciando con lujo de detalles todas las ponderables de lo
que está en juego, de modo que el partido triunfador, gana poniendo todas las
cartas sobre la mesa.
Las
elecciones son un pequeño manual de ciencia política, que permiten incluso calibrar
con nitidez sociológica, qué sectores sociales, grupos de presión y agentes
intervinientes, están implicados en la actividad política.
Estamos
hablando de un país como el Uruguay, en donde el peso del Estado es muy fuerte
y la economía no es ni capitalista, ni socialista, sino mixta.
Como
el Estado es el principal comprador de la fuerza de trabajo existente, la
política suele tener una importancia que no logra alcanzar en aquellos países,
en donde dicho estado, no es el principal empleador, y menos el regulador del
mercado laboral.
Esta
situación atípica, para un pequeño país de algo más de 3 millones de personas,
hace que en los años electorales, por lo general, arda Troya.
Lo
que uno palpa claramente, a medida que los veranillos conviven con las alertas
rojas, es la notoria indiferencia del uruguayo a un menester, como la política,
que en otro tiempo lo sacaba de las casillas.
Si
algo hay que agradecerle a la fuerza que gobierna hoy el Uruguay, es el hecho
de haber logrado una indiferencia tal, que incluso, suele resultar perjudicial
para sus intereses.
Indudablemente,
el nuestro, es un país creativo en la manera de resolver las cosas.
En
este momento, estamos en un punto de la campaña en donde todos los partidos, ya
definieron sus vicepresidencias y lo hicieron, como en la canción de Frank
Sinatra, a su manera.
El
partido colorado dio al final de largas deliberaciones con su fórmula, buscando
aquella figura que más peso electoral tiene hacia el interior de la República.
Surgió así la fórmula Bordaberry – Coutinho.
El
partido nacional en una puja muy pareja, demuestra tener dos sectores robustos
por una pequeña diferencia de votos entre ellos. Como en el tango de Gardel,
Por una cabeza, Luis ganó sobre Jorge e inmediatamente, ambos crearon la fórmula
Luis Lacalle y Jorge Larrañaga.
En
el Frente Amplio, en una interna en donde, al seguro presidenciable Tabaré
Vázquez, su rival, Constanza Moreira, le dijo de todo, menos que es lindo, la
fórmula surgió inmediatamente, con la figura más votada, el hijo del Viejo
Sendic, alías Rulfo, mejor conocido como “El Bebe”, fundador de los tupamaros y
sin pasar la decisión, por los órganos internos de dicha fuerza. Llama incluso
la atención el parentesco biológico entre el hijo y el padre. Parece el "Viejo",
como también le decían en la “orga”, en la época en que estudiaba para Procurador.
Constanza
Moreira siguió insultándolo furiosa a Vázquez y al ver que la fórmula era entre
dos individuos del sexo masculino, lo acusó de machista inmundo. Vázquez que
estaba muy molesto durante la interna ante los diferentes agravios de Constanza
Moreira, el día que se enteró que le ganó, ni siquiera la felicitó o abrazó. No
tuvo ninguna mención hacia ella. La ignoró completamente.
No
se sabe por qué, en determinado momento, Constanza Moreira, que además de
senadora es de profesión politóloga y algo debe saber de política, dijo que no lo iba a molestar más y se llamó a
silencio.
Pasado
el Mundial arranca la campaña política con fuerza y lo primero que llamó la
atención, fue ver a Tabaré Vázquez acusando a toda la oposición de “gilada”. Él
le había hecho burla a Jorge Larrañaga, en un momento en donde con quien
competía era con Constanza Moreira, de modo que nadie entendía bien, cuál era
la orientación electoral de los asesores de campaña.
Hoy
no se concibe una campaña sin asesores que se especializan en elecciones a
nivel mundial y, justamente, la puja en el Partido Nacional entre Luis y Jorge
estaba en ver, cómo dar con el perfil correcto para un partido fundacional, en
un momento como el actual en el Uruguay, en donde emergen 200 mil nuevos
votantes y el estado de ánimo de la gente, ya no es el de otro tiempo. Por eso
la interna del Partido Nacional fue muy reñida.
Al
comparar lo que ocurre en el Frente Amplio, llama la atención la notoria falta
de profesionalismo, que va de un burlarse con quien no está compitiendo, a
menospreciar como “gilada” a gente que se supone, puede conferirle el beneficio
de la duda, aunque no sea del Frente Amplio.
Nadie
que esté en su sano juicio, puede pretender ganar una elección tan competitiva como
ésta, con su hinchada. Todos apuntan al hombre y la mujer de centro, porque suele
ser el fiel de la balanza en una elección peliaguda, y esa es la causa por la cual
los candidatos más radicalizados, suelen moderarse ante toda la ciudadanía,
buscando el camino del medio, cuando faltan menos de 100 días.
Las
encuestas dicen que tiene el 42% de los votos y ante ese hecho que supone
habilidad y cintura para ganar un 9% más, lo que se está viendo es otra cosa.
Vázquez
le quiere regalar una tablets a los jubilados que no saben ni siquiera, algo
tan fácil como sacar el dinero de un cajero electrónico y los pasivos, lo
primero que le responden es que quieren cobrar el aguinaldo.
En
este momento, el hijo del fundador del Movimiento de Liberación Nacional,
tupamaros, hoy llamado Movimiento de Liberación Nacional y Social, está malo
con el tema de los apellidos en política.
No
se entiende bien por qué, el descendiente del “Bebe”, alías Rulfo, se puso así,
sin que nadie le moje la oreja.
Todo
esto se va dando en un clima moral, en donde la Justicia comienza a procesar
casos muy graves de corrupción en la Salud, y Tabaré Vázquez dice que son
rarísimos, mientras van cayendo redes con enormes contactos, por todos lados.
El
panorama dicen los entendidos es de final incierto. Puede pasar cualquier cosa.
Ya
nadie tiene el vaticinio. Lo que en otros tiempos se llamaba tener “la posta,
posta”.
Hoy
por hoy, es una incógnita el destino de los uruguayos”.
Bueno,
prima, espero que puedas con este artículo, entender un cacho de lo que ocurre
aquí.
Saludos
a Daniel y a Francis.