jueves, 16 de enero de 2014

Si todos son responsables, nadie es responsable.

       Hasta donde uno tenía entendido, Tabaré Ramón Vázquez Rosas, había dicho que no iba a discutir con nadie en la campaña electoral.
       No faltaba quien dijera “lo bien que hace”, porque donde abre la boca, hay que llamar a un intérprete para que especifique lo que quiso decir. Hubo campañas electorales en donde el intérprete era la figura fundamental.
       Cuando dijo que no quería discutir, uno pensaba: “Más le vale”.
       Hoy ya no es aquel que se retiraba de un Congreso del Frente Amplio diciendo: “Me voy ahora. Yo, los pobres, ustedes, comprenderán”, como si fuera un profeta que se despide de los apóstoles.
       Hoy todo el Frente Amplio carga con dos gestiones de Gobierno nacional, cinco de Gobierno Municipal en Montevideo y muchas más en varios departamentos.
       Lo que viene ocurriendo en Pluna data de enero de 2007, cuando el Estado contrata Ficus Capital para seleccionar un grupo accionario y dicha empresa selecciona al Consorcio Leadgate Investiment Corp como socio mayoritario.
       Allí, bajo la Presidencia de Tabaré Ramón Vázquez Rosas el Estado uruguayo pasa de tener el 49% de las acciones al 25% y Leadgate controla el 75%. Si de esto que ocurrió durante su mandato y bajo su expresa autorización, resulta ahora que todos los partidos políticos son responsables, entonces nadie es responsable.
       Se sabe que el caradura vive mejor que los demás, esencialmente porque se mueve entre la opacidad, el decirle a cada uno lo que quiere oír y la irresponsabilidad de hacer siempre a los otros, culpables de sus acciones.
       Lo que la Suprema Corte de Justicia está investigando es esto que arranca en enero de 2007, casi dos años después de haber llegado a la Primer Magistratura. Si Vázquez tiene otra información de supuestas irregularidades que venían de atrás, ¿Por qué no hicieron las denuncias penales correspondientes? 
       Hasta hace unos días tan esbelta criatura dijo que los frenteamplistas pueden “meter la pata, pero no la mano en la lata”, como si lo que la gente vota el día de las elecciones tuviera alcance ético, moral y existieran en virtud de las preferencias partidarias una categoría de ciudadanos y ciudadanas moralmente superiores al resto.
       Es difícil entender una cosa así para quien puede estar hablando, qué tipo de persona al escuchar eso puede dar por válido tal modo de razonar, porque ni las ordenes religiosas más cerradas obran así, cuando procede la Justicia.
       Ahora resulta que todos los partidos son responsables del fracaso de la aerolínea. Pero y como es la cosa ¿No era que el Frente Amplio es impoluto moralmente? Eso es lo que en campaña se llama: “sacarse el lazo con las patas”.
       Vázquez siempre es la víctima de una rara conspiración contra él cuando se inicia la campaña y acá, en rigor, como dice Larrañaga, la única víctima es el pueblo uruguayo que va a pagar 300 millones de dólares por esto de Pluna.
       Pero además, si como Vázquez dice: “Todos cometimos errores, que hay que reconocerlos y tratar de tenerlos presente para no repetirlos”, cuál es el motivo entonces por el cual el Frente Amplio se negó, al amparo de su mayoría parlamentaria a investigar el caso Pluna en el Parlamento. Cuál es la razón que los condujo a no permitir el nombramiento de una Comisión Investigadora que determinara las responsabilidades políticas y penales.
       Cuando eran oposición vivían votando Comisiones Investigadoras por cualquier cosa y tenían fassanescamente enferma a la opinión pública. Nicolinizaron la atmósfera moral hasta que todos vimos no sólo qué tipo de persona es Nicolini currando con la salud, sino que en rigor, el que debió haber ido preso fue él por falsificación de documentos. Si realmente les preocupaba la transparencia en el tema Pluna, entonces por qué no votaron una Comisión Investigadora que ayudase a deslinar las responsabilidades. Peor que eso, taparon todo y defendieron a capa y espada a Lorenzo en cuanta interpelación hubo.
       Hoy en virtud de la denuncia realizada por el Partido Nacional hay tres procesados por estafa, cayó un Ministro y tenemos al Presidente del BROU con el procesamiento en suspenso.
       Si como quiere dar a entender Vázquez hay más cosas que saber hacia atrás: ¿Qué problema hubieran tenido en votar una Comisión Investigadora en el Parlamento?
       Si de las gestiones anteriores al 2005, no fue nadie a declarar a un juzgado penal y del grupo de inversores traídos en el 2007 se negaron a investigar, quiere decir que absolutamente todo el Frente Amplio, como da a entender Yerú Pardiñas es responsable de lo  de Pluna, porque eso de que “esta todo podrido” es cosa de ignorante de las barriadas, en boca de Vázquez que hasta hace unos días decía que los frentistas son incapaces de robar, resulta, por decir lo menos, de una desfachatez muy grande.
       Lo de Pluna no es para sacarse fotos y hacerse filmar en un juzgado como cree Vázquez, sino antes bien para ir a declarar ante los magistrados.
      Si Vázquez tenía información de irregularidades antes del 2005, entonces también es cómplice por no haber hecho la denuncia penal pertinente.
     Lo que la Justicia está investigando es ni más ni menos, que la garantía que extendió el Estado en el 2007 a favor de Leadgate para la compra de los siete aviones y la cláusula de indemnidad que el gobierno dio a Matías Campiani.
       Acá la única víctima es el contribuyente que tiene que tapar este, como tantos otros agujeros de estos gobiernos del Frente, mientras una hinchada de delincuentes desde sus grupos les grita por más. 
         Este video es bien instructivo acerca de cuál es el orden de prelación de las responsabilidades.



viernes, 3 de enero de 2014

Carta abierta a Vargas Llosa

       Leí su artículo en el prestigioso semanario “Búsqueda” de mi país y quedé, realmente se lo digo, anonadado, por la suma de simplificaciones que usted vierte en él.
       Yo por usted siento un gran aprecio: por su talento para escribir, por su vasta cultura y por la capacidad de emitir juicios que son de recibo a la hora de tratar de entender diversas cuestiones del panorama mundial.
       Pero en ese artículo “El ejemplo uruguayo” creo que a usted le está haciendo falta mayor información, tanto del contexto uruguayo actual, como de los temas que aborda, porque si de algo es ejemplo el Uruguay en este momento, es precisamente de lo que no hay que hacer.
       Aquí nadie discute que la libertad tiene sus riesgos y que si creemos en ella hay que estar dispuesto a correrlos. Los uruguayos hemos tenido a un gran filósofo como fue Carlos Vaz Ferreira que nos enseñó, que los problemas de la libertad se resuelven con más libertad, no con menos libertad. El alcoholismo, por ejemplo, no se resuelve con menos libertad prohibiendo la bebida –Ley Seca-, sino con más libertad, permitiendo la venta libre de alcohol y así sucesivamente en todos los temas, Vaz Ferreira demostraba que en esa supuesta debilidad que las almas tutoriales le reprochan al liberalismo, está precisamente su fortaleza. Si es ese el espíritu de su mensaje, en eso estamos de acuerdo. En donde no coincidimos es en la manera de hacer las  cosas, porque no es inocente el modo en que se procede, en el contexto que estamos viviendo.
       No tiene nada de admirable como usted piensa que tanto el matrimonio gay, como la legalización de la marihuana haya sido inspirada por quien en su momento se levantó en armas contra un gobierno electo por la ciudadanía. Ese movimiento que usted ahora no sabe caracterizar, porque piensa que era uno de los tantos movimientos castristas, no estaba inspirado en Cuba como usted cree, sino en el Frente Argelino de Liberación y tenía como libro de cabecera de su fundador, Raúl Sendic, “Los Condenados de la Tierra” de Franz Fanón. Trabajaban para una insurrección al estilo trotskista –un arte de la insurrección-, en un proceso muy similar al de aquella película que hizo época, “La Batalla de Argel” de Gillo Pontecorvo. Ese es Vargas Llosa, no le quepa duda, el marco teórico de esta gente, lo que Mario Benedetti llamaba “el terrorismo de la verdad” y Carlos Real de Azúa “hacer política con armas” al estilo de los anarquistas tipo Enrico Malatesta y su “propaganda del hecho”.
       De castristas lo único que tenían eran las Actas Tupamaras con capítulos enteros tomados en forma íntegra, sin elaboración ninguna de aquel libro de Regis Debray “Revolución en la Revolución”. Buscaban la Sierra Maestra uruguaya y como no la encontraron en el ataque a la ciudad de Pando, creyeron encontrarla en las cloacas. Pero más allá de eso Vargas Llosa estamos hablando de gente con un casi nulo nivel teórico, de una bajísima comprensión intelectual que se unificaba exclusivamente al grito de: “La palabra me divide, la acción me une”.
       En el resto de América Latina las guerrillas eran castristas o filo castristas, en el Uruguay, entraron en crisis con Amodio Pérez porque empezaron a manejarse con “El mini manual del guerrillero urbano” de Carlos Marighela, que como todos sabemos es un libro para expertos en sabotaje.
       Vargas Llosa, usted es un hombre culto, que sabe lo que se llama saber, no puede tener entonces en el tema Uruguay una visión tan simplista y esquemática.
       Vargas Llosa, no están arrepentidos de las barbaridades que hicieron, sino de las fallas técnicas que condujeron a su caída.
       No supieron entender que “las tareas democrático-burguesas, son mis tareas, no tarea de eso”, como decía Lenín y por ahí arranca su participación en la vida política democrática, como algo táctico, a la espera de condiciones subjetivas más propicias: dirección, organización y conciencia.
       Vargas Llosa, no sea ingenuo, por favor.
       En ningún momento los tupamaros se propusieron formar un partido único, en el sentido vertical estaliniano, sino un Movimiento de Liberación Anti Colonial, en el marco de frentes de fachada que porque sólo declaran que son buenos, que quieren el socialismo y el bien del pueblo a la larga caen purgados, mientras los que “hacen”, los que están en “la concretita” son los que ejercen realmente, la dinámica del proceso de cambio. Toda una generación de uruguayos fue condenada a desaparecer por culpa de esto.
       Parecen sacados de una purga del año 39’, pero corriendo hacia adelante. No son pobres, sino pobristas, que es otra cosa y Mujica Cordano es un ejemplo de pobrismo “rico” para incautos. No es culto, es aculturado.
       El hombre culto es aquel que se formó en una rigurosa disciplina de estudio y trabajo hasta alcanzar un nivel de excelencia en lo que hace, en cambio el aculturado es aquel que la vida le peloto su incapacidad desde todos los ángulos.
       El pobre, Vargas Llosa es una cosa muy  concreta, en cambio el pobrista es otra bien distinta. Si usted convierte un aculturado en un pobrista puede estar delante de un comandante “Facundo” o cualquier otra cosa, pero no ha de estar en frente de un hombre íntegro, sino de un vulgar y silvestre filisteo, que como te dice una cosa, te dice la otra.
       Vargas Llosa, me extraña que usted que es realmente un hombre culto, no sepa distinguir la diferencia entre culto y aculturado, entre pobre y pobrista.
       Vargas Llosa, el Uruguay fue la “Suiza de América” en su tiempo, porque la comunidad suiza, desde el departamento de Colonia jugó un rol esencial en la conformación del sistema financiero uruguayo, en los tiempos de José Batlle y Ordoñez. Sistema financiero éste, que los tupamaros y sus amigos de “La Cámpora” quieren destruir. Ellos siempre estuvieron contra “La Suiza de América”, porque ignoran tanto el país real, como el rol que Uruguay juega en la Cuenca del Plata.
       Vargas Llosa, si el Uruguay tuvo el nivel educativo que tuvo, fue gracias a José Pedro Varela, Ministro de Educación del gobierno de Latorre. El batllismo enemigo de Latorre, sin embargo defendió la reforma vareliana. Por eso hubo educación popular, no por otra causa.
       Vargas Llosa, el Uruguay en los años 60’ era una isla diferente en América Latina, pero con una piedra en el zapato que venía de la Facultad de Arquitectura y toda una ola de castrismo, que condujo a los mismos cubanos a traer al Che Guevara al Paraninfo de la Universidad de la República para que los calme. El Che Guevara les dijo “defiendan lo que ustedes tienen, la democracia y la libertad porque eso es lo que tienen que conquistar otros en América Latina” y le chiflaron y le dijeron de todo.
       Vargas Llosa, la sociedad uruguaya se deterioró a fines de los 60’, porque ésta gente te lo decía abiertamente: “hay que podrirla, bien podrida”; “hay que fascistizar al enemigo para combatirlo mejor”, “hay que sacarles la careta liberal”.
       Por favor, Vargas Llosa, no sea ingenuo. Hicieron del “dale, comprometéte”, un motivo de polarización política en todos los ámbitos en que se movían, porque esa era la forma de reclutar combatientes, en un país que estaba en ese momento en estado de Asamblea.
       Vargas Llosa, con respecto al tema homosexual, los tupamaros eran heterosexuales y heterosexistas. Tomaron esa determinación para ganar un electorado nuevo. Nadie está contra la unión libre, aquí lo que se cuestiona es el instituto jurídico matrimonio, que como todos sabemos viene del latín (matrix-madre, monio-defensa) ¿Qué tiene que ver, dígame, la defensa de la madre en la unión entre dos hombres o dos mujeres?
       Vargas Llosa, nadie está afirmando que la represión de las drogas sea lo mejor, lo que se está diciendo es que esa ley, al reglamentar la distribución de la marihuana, está creando una sub mafia que le sirve de cobertura a las familias mafiosas que están en eso. Si la marihuana se vendiera como el vino o el tabaco, no habría ningún problema, el tema empieza cuando el gobierno se mete en el tema a medrar.
       La marihuana, estimado Vargas Llosa va a  venir de Paraguay, porque allí se vende, cinco veces más barato que aquí y lo que están haciendo es una fachada legalizadora para encubrir un negociado gigantesco.

       El Uruguay, Vargas Llosa, es un ejemplo clarísimo de lo que no hay que hacer, empezando por el hecho simple de que tres millones, trescientos mil habitantes, tenemos la misma dignidad ontológica que usted o cualquier otro y no tenemos por qué ser experimento o conejillo de indias de nadie.

sábado, 28 de diciembre de 2013

Con los días contados.

       Desde la vuelta a la democracia en el año 85’, el Uruguay vivió un proceso que para muchos significaba una “renovación” de los cuadros parlamentarios. Elección tras elección la gente, votando listas sábanas, cambiaba la composición parlamentaria, al punto que al llegar a las elecciones del 99’ eran contados con los dedos de una mano, los sobrevivientes en el cargo.
       Este hecho, que a mucho politólogo le parece maravilloso ha sido nuestra gran desgracia.
      El Uruguay tenía lo que se llamaba en su tiempo “políticos profesionales”, que eran abogados que no ejercían como tales, sino como abogados políticos y esto significaba que no abogaba por su cliente, sino por su partido. El perfil de estos hombres no era el mismo que el que habían tenido sus mayores de otra época, lo que se recuerda entre nosotros como “político del 900’” –una suerte de abogado, gacetillero, parlamentario y gestor de trámites- en donde la actividad política consistía en un proceso que iba del Parlamento a la redacción del diario partidista y de allí a la agrupación. Dirigirse al "pueblo" implicaba un complejo dominio de la elocuencia y de un buen uso en los tropos de dicción y de figuración.
       El político que emerge a partir de los años 50’ es más un experto en política internacional que otra cosa y el Parlamento vivía como propio, cuanta cosa ocurría en el ámbito internacional. Pese a eso eran también profesionales, por la estabilidad que da tener muchos años, siempre en “el ajo”, en la comidilla política. Son si se quiere, los responsables del descrédito en que fue cayendo la actividad política a medida que el Estado dejaba de ser benefactor, y caía estrepitosamente el modelo de sustitución de importaciones.
       La sociedad vivió una crisis política por ausencia de organizaciones intermedias y el Parlamento que seguía siendo caja de percusión de los grandes temas nacionales, comenzó en forma creciente a alejarse del estado de ánimo colectivo, por falta de estructuras que mediaticen la relación entre la gente y el sistema político.
       El modus operandi se había vuelto obsoleto. Porque si hasta entonces abrir un club político con un letrero bien grande que dice “Los amigos de fulano de tal” daba resultado y la gente se acercaba al club por ausencia de estructuras intermedias que facilitaran los trámites con el Estado, a partir de cierto momento comenzó a tornarse superfluo. “Los amigos del doctor Juan el Inefable”, son, como dice el tango, “amigos siempre y cuando les convenga”. Pero, si bien es cierto que hoy podemos verlo de otra manera, no hay que perder de vista que las cosas eran así, funcionaban de esa manera. El juicio retrospectivo de hoy, no puede negar la enorme significación que tuvieron los clubes políticos en la gesta de una conciencia cívica republicana.
       Como decía Charles Wright Mills en “Las élites de poder”, la élite política se fue distanciando de las nuevas generaciones emergentes, en gran parte por el envejecimiento de sus cuadros partidarios.
       Cuando llega la democracia en el 85’ ese elenco siente que tiene una responsabilidad ante la historia y comienza a trabajar seriamente, entendiendo que la ética de la convicción, no puede nunca atentar contra la ética de la responsabilidad. “Feliz de aquel que vota siempre en lo que está de acuerdo”, se ha dicho, no sin razón.
       Con la democracia ese elenco se retira de la actividad y elección tras elección van entrando al Parlamento caras nuevas. Este hecho, en vez de significar algo bueno es el causante de la caída sistemática de la actividad política, legislatura por legislatura, en donde cada nuevo elenco parlamentario es más mediocre que el anterior, hasta llegar a este nivel deplorable que vive hoy el Uruguay.
       Da la impresión que con el Frente Amplio hemos tocado fondo y más bajo no se puede caer. Esa es la causa por la cual hoy es dable sentir nostalgia de escenarios políticos y de cosas que en su momento no se compartían, porque aquello era un juego de niños, frente al nivel deplorable que trajeron estos gobiernos del Frente: desde la degradación del lenguaje, hasta la más fragantes in constitucionalidades a sabiendas, desde el ocultamiento de la información a la des ubicación de los Ministros, que, como cualquiera sabe, para hacer política, tienen que dejar el cargo.
       En este año que se aproxima, vamos camino a la renovación del sistema político en un país que sigue careciendo de organizaciones intermedias que mediaticen las cosas entre la política y la gente.
       Para mi criterio, indicador claro de la decrepitud del Frente Amplio es la arrogancia de creer que fueron puestos allí por la eternidad, cuando la historia del 85’ a la fecha ha sido demasiado clara en materia de renovación des profesionalizante. Creen que el Frente Amplio “victoriosamente va”, porque no entendieron, cuando eran oposición, que ver las barbas del vecino arder y frotarse las manos, es una verdadera estupidez.
       Los uruguayos, para nuestra suerte o nuestra desgracia, somos todos muy parecidos y sacar conclusiones políticas mirándose el ombligo es lo peor que se puede hacer. Lo que hoy le ocurre a otro, puede ser lo que mañana le suceda a uno mismo.
       Cuando les convenía tenían de espada un José Korzeniak, hombre que más de una vez votaba por disciplina partidaria contra cosas que el mismo había defendido en la cátedra. Ahora resulta que ni la Constitución ni el Código Penal les sirve. Es gente que se fue del discurso y el debate político. Por eso Tabaré Ramón Vázquez Rosas no quiere discutir, porque la única manera de conservar su caudal electoral es insultando desde una barricada impositiva y con la Impositiva.
          El elenco político que hoy legisla, gane o pierda, tiene los días contados.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Año nuevo realidades nuevas.

        Este es un año que finaliza dejando un collar de perlas, como rara vez se ha visto en gestión de gobierno alguna, porque todos sabemos que si los partidos tradicionales hubieran tenido tan solo un 10% de las desprolijidades y barbaridades de estos dos gobiernos del Frente, sencillamente no hubieran podido gobernar.
       Atrás queda la banalización de la marihuana como puerta de entrada al narcotráfico internacional, la ley de medios como mordaza para que no se pueda saber nada, las pruebas PISA demostrando la caída del sistema educativo uruguayo y entre las tantas perlas del collar, el Plunagate.
       Un gobierno soberbio que se mofa con frivolidad de la opinión pública, convencido de que el solo hecho de ser del Frente les da impunidad para estar por encima de las leyes. Como a la gente la llevan de la nariz con cánticos a “la unidad” y como cualquier desautorización así venga de la Suprema Corte de Justicia es según dicen el producto de una conspiración “de la derecha”, creen tener el campo libre para hacer lo que realmente se les da la gana.
       Es un hecho que estamos entrando en una sociedad de carácter fascista que a medida que siga avanzando en este sentido, se nos ha de volver irreconocible. Un país en donde la educación está en manos de un haz de corporaciones (un facio), los ministros opinan de política partidaria interna, insultan hacia adentro de su fuerza política y hacia afuera, el gobierno reconoce que no puede con las barras bravas, pero dice que sí puede con el narcotráfico, el delincuente es el único que tiene derecho humano, se legisla a golpe de balde con nombre y apellido, se cometen inconstitucionalidades a sabiendas y se presiona con asonadas a la Suprema Corte de Justicia y, el sindicalismo funciona para grandes negociados, amparado por el Estado al  mejor estilo peronista.
       Estamos ante un gobierno ensoberbecido sentado arriba de una retórica triunfalista, que gestiona los recursos públicos con la más absoluta inoperancia en la salud y la seguridad, la más crasa ineficacia para defender el puerto uruguayo y el relacionamiento con los vecinos, y además una gran irresponsabilidad como lo es salir a aplaudir a un ministro procesado sin prisión, que tuvo que renunciar de prepo porque el Presidente se lo pidió.
        Un gobierno y una fuerza política oficialista que niega la realidad con el autobombo internista de que el simple hecho de ser frentistas los exime de corrupción.
       Un gobierno que quiere hacer creer que es un mero error que comete cualquiera el dar un aval a carpeta cerrada, sin cumplir con los requerimientos que están reglamentados para otorgarlo, que son los que el BROU le pide al Banco Central y que la pérdida de 301 millones de dólares es un dato menor, irrelevante.
       El año además finaliza, como ya era de prever, según se puede apreciar en anteriores post de este bloger, con encuestas que vienen a relativizar la abrumadora mayoría según la cual Tabaré Ramón Vázquez Rosas era el seguro presidente de los uruguayos. Ahora resulta que es una ley del proceso político uruguayo que cuando un partido gana dos veces, la tercera declina, porque el gobierno los desgastó: No saben bien si gana en octubre y pierde en noviembre o viceversa, pero que mayoría parlamentaria no va a tener parece ser un hecho, cuando hasta hace unos meses, refutaban la crítica que aquí se hacía demostrando por un raro índice matemático que aunque no fuera la mitad más uno, igual tenía mayoría parlamentaria. Mayoría que al parecer era producto de cualquier índice que se aplicara en el escrutinio.
       Ahora venimos a enterarnos según Oscar Botinelli, que “el fenómeno Tabaré está rindiendo menos de lo esperado”.

       Pienso que el 2014 ha de ser un año mucho mejor. El doctor Tabaré Ramón Vázquez Rosas tiene muchas ganas de perder la elección y sus deseos se cumplirán.


El comienzo del fin del ciclo frentista

jueves, 26 de diciembre de 2013

El país de la cola de paja

       Tener cola de paja es sentirse responsable de una falta y negarse de entrada al proceso inevitable por el cual los indagados deben pasar para demostrar que no son culpables.
       El dicho viene de un cuento en que un perro había cometido cierta fechoría; alguien congregó a la jauría y les pidió a todos que saltaran por encima de una hoguera; quien fuera inocente no tenía nada que temer, no así el culpable pues su culpa le había convertido su cola en paja. El culpable se descubrió cuando se negó a saltar.
       Este dicho viene a cuento en la actitud del Frente Amplio ante el artículo 162 del Código Penal. Cuando pudo derogarlo no lo hizo porque iba contra sus adversarios políticos y le favorecía para embarrar la cancha y acumular fuerzas, ahora que lo perjudica trata de abolirlo, pero significativo es el hecho de que quiere hacerlo precisamente, en el momento en que la Suprema Corte de Justicia tiene que pronunciarse sobre su constitucionalidad. Si ese artículo es inconstitucional, cosa que por otra parte es discutible, lo correcto es esperar primero a que se pronuncie la Justicia y luego ver en qué términos lo deroga, porque no bien se lo analiza más que abolirlo, habría en todo caso que modificarlo dándole más especificidad.
       Ni es bueno como metodología, ni es ético tampoco legislar a golpe de balde, mucho menos cuando lo que se quiere derogar tiene nombre y apellido. No bien se ven las expresiones de Daniel Martínez y Raúl Sendic, es cuando es dable sospechar que todo el Frente Amplio tiene cola de paja en este tema, esto es, se niega como el perro del cuento a saltar la hoguera, porque no quiere que le vean menear el rabito de filisteo.
       Acá hay que tener en cuenta una cosa: Acto administrativo es toda manifestación de voluntad de la Administración que produce efectos jurídicos. Implica un proceso intelectual, una expresión de voluntad del emisor. En el acto administrativo lo que está implicado es nada menos que la autoridad estatal actuando en ejercicio de una función administrativa.
       El Frente Amplio quiere hacernos creer que aquí estamos ante un simple hecho administrativo, algo así como un acontecimiento de la naturaleza o comportamiento material de un órgano administrativo o una actuación física humana pública, que produce la adquisición, modificación, transferencia o extinción de relaciones jurídicas. No existe el acto administrativo, a lo sumo un mero “error” como quien traslada materiales de una oficina a otra, deja la puerta sin cerrar con llave cuando se va, se equivoca en un cero cuando factura o por descuido entrega mercadería a una persona no autorizada, si así fuera sería un hecho, de principio, sin acto administrativo a ejecutar.
       Al fin y al cabo “errar es humano” y en este caso no existiría la voluntad de la Administración produciendo efectos jurídicos.
       Acusan de subjetivos a los magistrados, pero se olvidan que cuando interviene la acción del hombre estamos en presencia de hechos administrativos subjetivos. No es un expediente que sigue su curso por inercia, sino un hecho humano, producto de la voluntad de alguien.
       Los hechos administrativos son, desde todo punto de vista fundamentales porque, como es natural, los actos administrativos necesitan ser, generalmente, ejecutados.
       Si bien es cierto que es típico de la Administración Pública, el hecho de que cuando ocurren las cosas nadie quiere asumir responsabilidad y como se dice vulgarmente “todos escupen para abajo” en esa ejecución, los actos administrativos podrán generar la responsabilidad del Estado que se desarrolla judicialmente mediante la acción reparatoria patrimonial.
       Cuando se analiza un acto administrativo hay que ver el sujeto, la voluntad, el objeto, la causa, el fin y las formalidades y la forma.
       Cuando se analiza la causa del aval allí es cuando entendemos el porqué del acto administrativo y el rol que jugó López Mena en todo esto.
       Aquí están claras las cosas. Hay un faltante de 301 millones de dólares, en un acto administrativo que dice ser unilateral, pero en donde López Mena demuestra irregularidades de forma en la manera de proceder. Inflaban el costo de los aviones para disimular las cifras en rojo del balance y tenían toda una red de empresas estructuradas para tal fin. La sustracción es el motivo o supuesto de hecho que debe desencadenar el procedimiento administrativo correspondiente. Así, luego de las secuencias correspondientes, el jerarca decide que corresponde dictar un acto, un aval. Esa será la decisión expresada en el acto. Para llegar a la misma deberá motivarse.
       La motivación, entonces, explica las razones de hecho y de derecho que la fundamentan. No son admisibles fórmulas generales de fundamentación, sino que deberá hacerse una relación directa y concreta de los hechos del caso específico en resolución, exponiéndose además las razones que con referencia a él en particular justifican la decisión adoptada.
       La motivación debe ser, por lo menos, suficiente, y se materializa, generalmente, en los "resultandos" y en los "considerandos".
       En los "resultandos" se deben exponer los hechos que constituyen los antecedentes del acto administrativo de que se trate.
       En los "considerandos", se desarrollan los fundamentos de derecho, las doctrinas aplicables, las razones de mérito y la finalidad perseguida.
       En conclusión, en el Derecho Uruguayo, la motivación debe expresarse en el acto administrativo correspondiente. No procede, de principio, la motivación anterior, que surja del propio expediente y, menos, aún, la motivación ex post acto.
       La fundamentación ex post facto, -salir diciendo ahora que el artículo 162 del Código Penal es inconstitucional- que en el caso se concretó recién al contestar la demanda, no sanea, como parece evidente, el vicio original, desde que, y en la vía administrativa la ocurrente -como en el caso- quedó totalmente desguarnecida al ignorar y no poder controvertir los fundamentos de dicho acto.
       La defensa usa lo que se llama una chicana jurídica y a falta de argumentos que expliciten la motivación del acto administrativo, niega ex post acto la validez de un artículo del Código Penal. Se olvidan que desde el 2001 a 2012 la Justicia procesó 106 jerarcas públicos por el delito de abuso de funciones. De ese total 56 funcionarios fueron enviados a prisión. Allí ¿Era o no era constitucional el artículo 162 del Código Penal? Porque si era inconstitucional como dicen, esas 106 personas podrán entonces demandarlo al Estado por daños y perjuicios.
       Todos sabemos que los códigos son piezas de relojería muy difíciles de modificar y que quitarle una cosa, genera otro problema en otra parte. Decir que el Código Penal tiene un artículo que es inconstitucional, cuando hay 106 personas juzgadas y 56 que fueron presas, ya es decir. Huele a manotazo de ahogado de la defensa que no puede fundamentar la motivación del acto administrativo en cuestión.
       Les guste o no, una motivación tuvo que existir, porque todos sabemos que la falta de motivación constituye un vicio. Si fue un simple “error” como quiere convencer el Frente Amplio a todo el mundo, ¿cuál fue la motivación? Estamos hablando de la friolera de 301 millones de dólares y no de cualquier tontería.
       Cuando se analiza el pronunciamiento de la jueza es evidente que vio en todo esto un vicio de objeto, afectado por ser ilícito, indeterminado o irrazonable, por no ajustarse al principio de razonabilidad y demás. Faltó aquí, es el déficit que se registra en el fallo, agregarle a esto, el vicio en las formalidades, porque es allí en donde la figura de López Mena entra en juego.
       El artículo 162 del Código Penal creo que es claro al respecto cuando dice: “El funcionario público que con abuso de su cargo, cometiere u ordenare cualquier acto arbitrario en perjuicio de la Administración” –aquí hubo un faltante de 301 millones de dólares-  “o de los particulares, que no se hallare especialmente previsto en las disposiciones del Código, -fue un acto administrativo viciado en su objeto y en su forma, con la sola motivación de favorecer a López Mena- “será castigado con prisión de tres a veinticuatro meses, e inhabilitación especial de dos a seis años”.

       Más allá del juicio que se pueda tener sobre este artículo, que al parecer al Frente Amplio le servía cuando era contra otros, no dijo esta boca es mía en la aplicación a 106 casos y ahora salta como una liendre queriendo derogarlo a golpe de balde, sin esperar el pronunciamiento de constitucionalidad o no de la Suprema Corte de Justicia, una sola cosa es cierta, aquí hubieron graves irregularidades de forma y de fondo que deben ser punidas y castigadas, como ordena el artículo 24 y 25 de la Constitución, exigiendo la reparación patrimonial, que implica tanto el congelamiento de las cuentas bancarias, como el propio patrimonio.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Frente Amplio: Festejando la purga interna.



       Cuando una fuerza política entra en la etapa más crítica de su descomposición es cuando las cosas más llamativas suelen suceder. Así, por ejemplo, en el Uruguay hubo gente que viajó a Rumania para darle salutaciones a Nicolae Ceaușescu unos pocos días antes de su caída.
       Caben varias interrogantes, pero la fundamental es precisamente qué puede estar pasando por esas cabezas que tenían delante una debacle y no sabían ni siquiera tomar distancia táctica, porque es evidente que nada de lo espantoso de esta persona pudo decirles algo que a su juicio implicara, no ya un rechazo, sino al menos una cierta actitud crítica. Dejando de lado el hecho de que no creen en la democracia, el gobierno de Nicolae Ceaușescu se caracterizó por ser un régimen brutal y represivo basado en el total deterioro de las relaciones internacionales con Occidente. Terminó como terminan los tiranos de la peor especie, derrocado durante la Revolución de diciembre de 1989, en la que él y su mujer, fueron ejecutados en forma sumaria, mientras la televisión transmitía la sesión de los tribunales.
       Los que fueron desde el Uruguay a darle su solidaridad unos días antes, dieron ante esto la callada por respuesta. Son los mismos que cuando insultan lo hacen proyectivamente: acusan de serviles a los otros, porque creen que los demás son de su misma condición.
       Los exabruptos de esta gente hay que verlos como lo que son: una simple proyección infantil de ellos mismos. Pueden estar arriba de un barril de pólvora y siguen justificando lo injustificable, hasta el momento en que se llaman a un PPS, profundo y prolongado silencio.
       Prosperaron como motineros en Europa del Este, en el proceso de reconstrucción que trajo la post guerra y se encaramaron en el poder como si estuvieran más allá del tiempo y la biología.
       Desde el Uruguay se los veía como criaturas totalmente extemporáneas a la realidad: un detalle más en la toponimia de las especies políticas. Nadie que estuviese en su sano juicio podía simpatizar de esa manera con un tiranosaurio como Nicolae Ceaușescu. Energúmenos que desde “Justicia”, la revista “Estudios” o “El Popular”, aplaudían cuanta invasión soviética hubiera, existieron siempre, pero a ese grado de obsecuencia y servilismo, nada menos que con una cosa como Nicolae Ceaușescu era difícil de encontrar.
       No nos puede llamar la atención, por ende, que el ex Ministro de Economía Fernando Lorenzo tenga garantizado un lugar de honor en esa fuerza política. Al fin y al cabo, es un nene de pecho al lado de las figuras que se han pasado idolatrando.
       A los uruguayos nos parece espeluznante porque venimos de una tradición nacional en donde el simple hecho de llamar a interpelación a un Ministro, hacía que el individuo renunciara por una cuestión de honor. Por mucho menos caía un jerarca.
       La sociedad uruguaya perdió primero masa crítica para abordar los temas importantes y se subsumió en querellas infantiles de carácter partidista. El árbol de las inquinas personales no le permitió ver el bosque de la crisis del sistema político.
       Luego perdió las matrices sociales que sostenían el nivel de educación vareliana. ¿Qué interés puede tener esta gente, más allá de lo de Antonio Gramsci, en educar para un futuro digno y de trabajo? Multiplicar los media cuchara, es la fórmula que encontraron para perpetuarse en el poder. Cuanto menos sepa la gente y de menos cosas entienda, más garantizado tienen sus sillas.
       Después nuestro país pierde el concepto social de ciudadanía a impulsos de una fuerza política que ignora el ciudadano: Conoce solamente el súbdito y el rebelde y se maneja entre el maduro, el más duro y el Marx duro. Creen que los tres millones trescientos mil uruguayos somos parte de esa “fuerza política” y desde que se ignora olímpicamente los derechos y deberes del contribuyente, tratan a todo el mundo como si los demás fuéramos miembros cotizantes del Frente Amplio.
       La argumentación que se usa para defender este estropicio insulta la inteligencia, agravia la razón y ofende al entendimiento cuando hasta el mismo Sendic califica de fantasmas a Campiani y a los que lo trajeron. Razonan y argumentan para tiquis mitis y cacatúa de comité de base que esperan “el informe de Central” para poder abrir la boca. Es ese el concepto que tienen de los tres millones trescientos mil uruguayos.
       Ahora estamos viendo que también se perdió la honradez  administrativa y la austeridad republicana.
       No puede llamar la atención entonces, que la misma “fuerza política” que auspicia más impuestos desaforadamente, sea quien le brinda “abrumadoramente” el apoyo a Fernando Lorenzo.
       Razonan como si la independencia de los poderes del Estado fuera una jugada política a reformar de la Constitución, porque se han pasado la vida haciendo falsa oposición y medrando más allá de las candilejas.
       Lo demuestra claramente el hecho de que el Artículo 162 del Código Penal, les parecía perfecto cuando fue aplicado a Juan Justo Amaro, a Andrés Arocena y Benito Stern, en cambio ahora colide con el principio de legalidad, porque no detalla la conducta delictiva y resulta ser muy impreciso. Por boca de Mónica Xavier inopinadamente venimos a enterarnos que “se ha intentado derogar desde hace dos períodos legislativos y forma parte de la reforma del Código Penal a tratarse en 2014", era algo que ya estaba en la agenda. No se derogó antes porque “nadie estaba pensando en qué iba a ser utilizado de esta forma”. El caso de cinismo e hipocresía mayúsculo es el de Rafael Michelini que dijo en su momento: “No quisiera que por el hecho de que el artículo no es preciso les quitemos herramientas a los jueces, cuando a la vista está que se ha cometido un delito en el manejo de los dineros públicos”, y hoy dice, muy suelto de cuerpo, que: “La Suprema Corte de Justicia ahora tiene en sus manos la declaración de inconstitucional de esta norma absurda o dejar que se consume esta injusticia con Lorenzo”. ¿Cómo es la cosa? ¡Niñato! ¡Lo que hasta ayer era una herramienta, un mal necesario, ahora es totalmente absurdo!
       El Artículo 162 del Código Penal es claro como el agua cuando dice que:” El funcionario público que con abuso de su cargo, cometiere u ordenare cualquier acto arbitrario en perjuicio de la Administración o de los particulares, que no se hallare especialmente previsto en las disposiciones del Código, será castigado con prisión de tres a veinticuatro meses, e inhabilitación especial de dos a seis años.”. Quieren que también especifique que se aplica a aquellos casos en donde primero hacen los negocios y después inventan las empresas. Quieren que se diga a texto expreso:”Manejo irregular es hacerle la calesita a los dineros públicos, comprar en el valle y vender en la cima, para quedarse con la diferencia. Si la operativa sale mal, entonces no es enriquecimiento ilícito, es un error administrativo que exige autocrítica en el rincón de las arañas.”.
       Cuando salen por todo el país a decirle a la gente que se precisa una reforma constitucional, en verdad no saben lo que están diciendo, porque es tan grande el nivel de aberraciones en el manejo de la cosa pública que ninguna Constitución les puede venir bien, solo aquella que genere una Suprema Corte de Justicia “compañera” y que rinda cuentas al Parlamento en donde creen ser mayoría de aquí a la eternidad.
       ¿Cuál es el proceso de cambio maravilloso que vienen gestando desde el 2005? Castigar a quien más trabaja, degradar los niveles educativos aún allí en donde se le da más dinero y recurso a la educación, liberar a los presos aumentando la delincuencia a niveles jamás vistos y entre los tantos desaguisados este Plunagate que arranca allí, con Vázquez y con Astori.
        ¿Cuál es la agenda que tienen en mente? Porque de acuerdo al programa que aprobó el Frente Amplio recientemente, lo único que supieron manifestar fue la más crasa y absoluta voracidad fiscal, para tapar los agujeros de estos robos del cual el Plunagate es simplemente un botón de muestra.
        Los que quieren negar el daño que le han hecho al Uruguay son precisamente ellos: hoy una lamentable Provincia argentina, con todas las obligaciones que el peronismo les impone a sus satrapías y ningún derecho a nada, ni siquiera a tener un puerto hub; son los que tapan el cielo con un toldo y se ponen a averiguar qué edad tiene el delincuente, porque resulta que si nació en la época en que gobernaban los blancos y los colorados, el hecho de que hoy delinca no es responsabilidad de ellos.
       Los que desde una soberbia enardecida atacan a la oposición aún allí en donde se les está haciendo ver que lo que aprueban es inconstitucional, son las fuerzas del gobierno.
       Los que quieren imponer una agenda política extemporánea contra la misma Constitución que deben aplicar, son ellos y más nadie.
       Los que se disfrazan de falso pobre para robar a niveles jamás vistos en nuestra historia, son precisamente los que van a brindarle su solidaridad a Lorenzo.
       La negación del daño que se causa y de la degradación de la gente que se pretende ayudar a expensas de quien más trabaja, es imprescindible para el pensamiento “progresista”. Por ese motivo Mujica la emprende contra quienes tienen dos empleos y por eso Tabaré Ramón Vázquez Rosas no quiere discutir.
       La ceguera política los conduce a usar la mayoría parlamentaria al servicio de cualquier antojo, matrimonio gay, marihuana, ley de medios, siempre pensando en el aplauso fácil por aquí y en el codazo por allá.
       La necesidad de negar lo que hacen se lo puede apreciar en muchas cosas, desde el tema Amodio Pérez, que tiene a esta altura un alcance puramente anecdótico, o en la cuestión de las inconstitucionalidades que como en cascada una tras otra le han llovido al gobierno y concretamente, en el tema Plunagate es donde se lo visualiza con mayor nitidez. “Les salió el tiro por la culata” dicen en el preciso instante que están entrando a la prisión el ex gerente general de Pluna S.A Matías Campiani y sus socios Sebastián Hirsch y Arturo Álvarez. ¡De qué tiro y de qué culata fallida pueden hablar cuando los están esposando para ir presos! La única que está festejando con todo esto es Lucía Topolansky que ya tiene en la manga gente suya para sustituir a la del Frente Liber Seregni. “A Rey muerto, Rey puesto” dicen en el MPP y preparan de apuro la plancha de los fusibles de recambio. Por eso esta vez no cuestionan a la Suprema Corte de Justicia, porque es todo el Frente Amplio el que está festejando, menos Astori y su grupo que se queda sin fuerza hacia afuera, en el preciso instante que ya la había perdido hacia adentro.
       El miedo que esta gente tiene a perder el gobierno es muy grande, porque hoy están amparados por la impunidad que da tener fueros parlamentarios. Por eso están en una embestida legislando de apuro. Si se toma el paquete que a los ponchazos quieren imponer  se lo ve con claridad: el matrimonio gay para ganar votos que son cruciales a la hora de llegar a la mayoría parlamentaria y de paso debilitar la moral tradicional fundada en valores heterosexuales entre el hombre y la mujer. La marihuana para ganar un sector de juventud desquiciada que si bien no tiene los reflejos marxistas y leninistas, tiene la sensibilidad de la izquierda a la norteamericana. Sector éste subestimado en el pasado, porque eran “infantilistas”, “pequeño burgueses descompuestos” y cosas así y que ahora revalorizan. Crucial para acumular los votos que pueden estarle faltando entre jóvenes sin ninguna conciencia política y de paso debilitar la moral burguesa. La ley de medios para impedir pedidos de informes e indagaciones que muestren con cifras oficiales que ocurre con el tipo de gestionamiento de los recursos públicos que están haciendo y de paso debilitar la democracia formal clásica que tanto les molesta para imponer un proyecto totalitario.
       En el Plunagate, no son los que pagan impuestos quienes festejan, sino ellos que intentan purgar el sector que les puso un pequeño dique en el Congreso del Frente.
       Van a hacer lo imposible para erosionar el estado de derecho con nuevas inconstitucionalidades que les permitan modular retóricamente en pro de una supuesta reforma constitucional sin consensos y acuerdos políticos a falta de ideas programáticas en educación, en donde con Tabaré Ramón Vázquez Rosas metieron la pata hasta el cuadril en el momento que les dieron un poder muy grande a las corporaciones. Sin ideas en seguridad ciudadana en donde reconocen que no pueden con las barras bravas, sin ninguna noción de cuál debe ser el relacionamiento internacional del Uruguay en la región. Sin sistemas de evaluación de los resultados de una gestión gubernamental para poder determinar con precisión el impacto social de las medidas políticas que se adoptan, ¡Qué aumento salarial se les puede dar a esos funcionarios, si estamos delante de gente que además de ineficaz, es totalmente inoperante e ineficiente!
       ¡Qué le van a decir a los sindicatos que les reclaman míseros aumentos después de robarse 301 millones de dólares! ¡Que los ricos que generan trabajo son los culpables! ¡Que el clase media que tiene dos trabajos es el malo porque no le está dando lugar a otro! Es absurdo. Es la política de negación de la realidad, que no empieza con Fernando Lorenzo, sino con Tabaré Ramón Vázquez Rosas y Danilo Astori y no termina con Calloia, porque el nivel de abrumadora solidaridad que encuentran ahí es la expresión nítida de que las complicidades son muy grandes.
       Ya no es “sereni”, el que “sabe cómo hacerlo”, sino Mario Bergara.
       A quienes se nos asfixia a impuestos y encima se nos amenaza con más, mientras se disfrazan de falsos pobres para liquidar definitivamente a la clase media y el ahorro interno, no tenemos nada que festejar. Los únicos que están festejando son La Campora que destruyó el sistema de aerolíneas uruguaya y le niega al puerto de Montevideo su condición de hub, y Lucía Topolansky la que siente “sana envidia”, mientras en plena purga interna saca de la galera los nuevos fusibles de recambio. ¡Que nada menos que el MPP confié y respete “las decisiones que tome la Justicia en lo referido a Pluna”, ya es un decir en la manera en que están festejando lo que ocurre! Resulta que ahora, según Mujica “Cualquier declaración se puede interpretar como una presión sobre la Justicia, que tiene que decidir". ¡Qué delicado se volvió en el relacionamiento de los poderes!
       “A la purga, a las dos y a las tres” ¿Verdad?
      




       En un momento aciago como este, en donde la juventud va a sentir un desasosiego moral muy grande ante la corrupción, la inoperancia, la irresponsabilidad, la demagogia y el desparpajo ensoberbecido del Frente Amplio, una sola cosa es importante que los jóvenes entiendan, como lo he venido demostrando hasta el cansancio en sucesivos post publicados aquí: Que el Partido Nacional es el fiel de la República.