miércoles, 15 de noviembre de 2017

Con la economía empezó y terminó todo

        La economía sigue encajando mal en todo este proceso lamentable de la independencia de Cataluña.
        No es una declaración fallida, porque siguió todos los pasos necesarios para lograrla, sino que simplemente, no ha tenido el efecto esperado.
        En este último mes y medio, las consecuencias han sido devastadoras en el plano económico; miles de empresas que se fueron, cambio del domicilio social y fiscal, caídas de ventas en el comercio, crecimiento del desempleo, merma en el turismo que baja un 40%.
        Las empresas se sienten echadas. Nadie se merece lo que está pasando en Cataluña, pero los empresarios debieron de haberle advertido a la gente antes.
        Según el Instituto Nacional de Estadística (INE),  durante el mes de agosto hubo una caída del 23,6% en la creación de empresas.  Hoy es la tercera comunidad con mayor descenso en la generación de compañías, sólo por detrás de La Rioja, con un descenso del 48,6% en agosto, y Cantabria, con una bajada del 39,1%.
        La situación económica creada por el separatismo daña también el comercio exterior.  Así el presidente de la Cámara de Comercio de EEUU, Jaime Malet, ha afirmado durante su intervención en la cena de gala de conmemoración del centenario de la Cámara de Comercio de EEUU en España, que “la deriva política muy grave” vivida en los últimos días, ha hecho que “decenas de planes de inversión” se terminaron malogrando y se haya puesto en riesgo la recuperación económica.
        Los dueños del dinero quieren certezas y la inseguridad política que genera Cataluña los espanta. Gane quien gane el 21 de diciembre, nada indica que los resultados van a ser sustancialmente diferentes a los de 27 de setiembre. Es un hecho que el devenir de la próxima legislatura está marcado por ésta inestabilidad. Pérdida de confianza económica, empate político entre dos sectores, y avance de la presión judicial definen las dificultades que el desafío independentista, deja como saldo. El capital no es heroico, es cobarde y quien paga las consecuencias de todo esto es la bolsa española. "Sin el impacto de la crisis política en Cataluña, la prima estaría en el entorno de los 85 o 90 puntos", sostuvo el ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos. Frente a esta situación el ministro señaló que la intención es aprobar el presupuesto a comienzos del año que viene. Como ya sucedió en el ejercicio en curso, el Ejecutivo deberá prorrogar las cuentas de este año. Ello implica que, de momento, el salario de los funcionarios no aumentará en 2018.
        La economía hoy está atrapada en España por el impacto de la crisis catalana.
        La lógica de los inversores es muy simple: si España entra en una espiral de inestabilidad política, se encarecerá su financiación y llegará al crédito de las empresas, que experimentarán también los efectos de la pérdida de vigor de sus ventas por la incertidumbre económica. La ausencia de proyectos de inversión, las caídas muy apreciables de reservas en el mercado turístico catalán, son solo indicios que degenerarán en una gran tormenta, si la crisis abierta no se cierra rápidamente. Lo que está sucediendo podría ser el principio del fin.
        El hecho de que  los dirigentes separatistas, ni siquiera se hayan planteado que esto podía ocurrir es una prueba más de la insensatez y la irresponsabilidad con la que han manejado esta cuestión.
        Tienen ahora que reinventarse creando un nuevo relato, y haciendo alianzas con gente que no quiere la independencia.
        Todas estas volteretas políticas lo único que expresan es la profunda irresponsabilidad de la dirigencia separatista.