domingo, 13 de diciembre de 2015

Ya no hay margen para equivocarse.

      Hoy en día se da en la Argentina un hecho históricamente inédito, el peronismo ortodoxo, clásico, quiere que a Macri le vaya bien, el único que aspira a desestabilizar el gobierno es el cristinismo, La Cámpora, el grupo Tacuara y Bonafini.
        El obstruccionismo cristinista ha de durar lo que un lirio, no bien se normalice la Suprema Corte de Justicia.
        Una baja de las retenciones, las mejoras para exportar y una depreciación del peso son inevitables para mejorar la coparticipación federal con las Provincias. Como le decía Juan Carlos de Borbón a Macri: “Lo que hay que hacer si no lo hace ahora, no lo hará después” y que en buen romance significa pisar pies, aunque duela.
        En este momento no se puede levantar el cepo, porque si no el dólar generaría una hiperinflación galopante al mejor estilo de la Bolivia de Siles Zuaso, en dónde el dólar saltó de 20 a 200, tuvo que esconderse y la gente fue a buscarlo casa por casa; lo restituyó en la Presidencia y le exigió que se hiciera cargo del estropicio que generó.
        Algo similar a lo que puede pasarle a Maduro, Vázquez o Dilma solamente, que en cada caso toma un carácter diferente. Ya Maduro comienza a tener problemas internos, la salida de Dilma es necesaria para una mayor confiabilidad de la economía en Brasil, y entre nosotros va cayendo en picada la popularidad del iluminado.
        El proceso que estamos viviendo, como se dijo en otros posts es desigual y combinado. Universal por su contenido profundo, pero nacional por las formas específicas que adopta en cada lado.
        Una devaluación en Argentina, que al parecer ha de tener el dólar alto durante mucho tiempo, hasta restablecer la cadena de pagos, rota por el cepo cambiario y la ausencia de divisas, será muy buena de aquí a un año y medio allí, en el vecino país, pero muy mala para un país como Uruguay, que ha de sostener el tipo de cambio hasta mediados de 2017 y que prácticamente todos los días, el Central sale a comprar dólares por encima de su valor, para sostenerlo artificialmente a 30.
        ¿Están esperando que el dólar éste a 33 para devaluar?
        Están haciendo lo de Cristina, le están quitando competitividad en términos totalmente artificiales a la economía uruguaya y todo porque no se animan a bajar el gasto público, para no pagar costo político, ante esa clientela electoral ligada al PIT-CNT; concretamente, la enseñanza y el SUNCA.
        Vamos, por fin a un cambio de modelo económico.
        Hay un nuevo manejo de la política monetaria y el comercio exterior.
        Tanto Venezuela, como Argentina precisan un colchón para poder ajustar su moneda. Solamente, la Provincia Argentina tiene un déficit a la cotización del dólar blue, de mil millones de dólares y no se sabe exactamente, si no es mucho más.
        Nadie quiere una crisis en las fiestas de diciembre, pero todos sabemos que éste ha de ser un verano caliente.
        Se le dice Verano Caliente a un verano en donde el sistema político, no puede darse el lujo de descansar.
        La normalización financiera está acoplada al comercio exterior y las condicionantes que los acreedores, no ahora precisamente que las papas queman, sino más adelante, han de imponer.
        En el Uruguay, para no ir más lejos, ya hay 150 mil desempleados y estamos hablando de un entorno regional en donde en Brasil se habla de un apagón, porque los Distritos Federales no tienen para pagar ni sueldos, luz y agua y en Argentina no saben si llegan a fin de mes en Provincias en donde creció el sector público, pero no el privado.
        Es inédito y contradice lo del asesino de Silvera Regalado, Facundo, porque por lo visto, el peronismo por primera vez en su historia tiene el abismo delante de su nariz y quiere cooperar con una salida graduada.
        La contracción de la actividad económica donde es más lacerante en América Latina, es justamente en Argentina y Brasil que no logran posicionarse ante el dinamismo de la economía norteamericana.
        La bonanza generada por factores externos, ya va quedando atrás como un recuerdo del pasado.
        Hoy se precisan fondos frescos y credibilidad en activar el capital político, generando confianza hacia la inversión privada y el ahorro interno. Única forma de generar trabajo genuino y sustentable en el tiempo.
        ¿Van a echarle la culpa a los que se hacen cargo de la situación para normalizarla, en un contexto en donde el endeudamiento externo será a tasas de interés más altas?
        Sufriendo el castigo dantesco de llorar en la miseria el tiempo feliz querrán volver mañana haciéndonos creer a lo Manrique que “todo tiempo pasado fue mejor”. Es la mecánica del populismo irresponsable que se escuda con los pobres para tener un colchón que los apoye en términos a críticos.
        Al fin y al cabo, como nos decía Gregorio Selser; “los pobres son los únicos que saben ser fieles”, porque el resto entiende un poco, lo que vino sucediendo.
        Parados hoy en la cruz de los caminos ni Capriles en Venezuela, ni Macri en Argentina tienen derecho a equivocarse, porque si eso llega a suceder, volverán, como decía el Pocho y serán millones.
        “Otros vendrán, ¡Qué bueno me harán!” dijo Juan Domingo Perón con su sonrisa gardeliana abriendo las manos al cielo y lamentablemente, así fue.
        La opinión pública es de memoria corta y con más razón en Argentina, en donde se vive al día, sin pensar en las consecuencias a futuro, ni aprovechar las enseñanzas del día de ayer.
        El efecto mediático de las medidas de Macri es crucial para inyectar un shock de optimismo, en el proceso de ajuste que se avecina, inexorablemente.
        Tarde sufrió Cristina el hecho de que en política puede suceder de todo, pero no se puede estar expuesto al ridículo.
        Tarde vivió Maduro la dura realidad de hacer de obtuso y necio ante el rechazo generalizado de gente que era y es chavista.
        Tarde está entendiendo Dilma que su sola presencia es un factor de inestabilidad económica e institucional.
        ¡Recién ahora aquí en el Uruguay se están dando cuenta que hay que abrirse a la Alianza del Pacífico! Mientras en el MPP están como si les hubiesen dado un golpe en la nunca y se inicia la piñata interna entre el mujiquismo y el astorismo, cuando hasta ayer decían que en ANCAP el único problema era la cotización del dólar.
        No supieron tomar distancia crítica y apoyaron ésta debacle hasta el último minuto, lo que indica que no tienen ninguna caracterización de coyuntura. Es aquello de “Todo Madrid lo sabía, menos él”.
        ¿Cuál es el carácter concreto de la así autodenominada revolución bolivariana?
        ¿Qué es eso del Socialismo del siglo 21?
        ¡Sería bueno que expliquen un poco, a qué cosa se están refiriendo! Porque era más coherente consigo mismo, la brutal dictadura comunista, que el pretendido neo socialismo que quisieron representar como “superación”.
        A nivel cultural, Antonio Gramsci ¡Qué puede decirles hoy en día!
        ¡Qué la verdad es siempre revolucionaria y qué se sepa que son una manga de inútiles, parásitos sociales y ladrones, le va a hacer mucho bien a la revolución, del siglo 22!
        Olvidan que para reinventarse hay que ver la crisis política a tiempo y mantener un nivel de credibilidad, mínimamente honesta. No es aplaudiendo errores y horrores.
        Polarizaron la sociedad y eso no ayuda a reinventarse.

       Por ahora tanto Macri, como Capriles vienen manejando muy bien la situación que tienen por delante, si así no fuera en el futuro, seré el primero en marcar los errores, porque nos va la vida que ésta gente desaparezca del escenario histórico social y político.