Sobre
el tema ANCAP me pronunciaré recién después del veredicto de la Comisión
Investigadora al respecto, con las Actas y las Versiones Taquigráficas correspondientes,
y un poco antes del pronunciamiento judicial que inevitablemente sobrevendrá.
No
creo que sea bueno opinar basándose exclusivamente en las informaciones
periodísticas por más exacta y veraz que sea y menos en este caso puntual y
concreto en donde se abrió la Caja de Pandora y al parecer las cosas son mucho
peores de lo que parecía inicialmente.
El hecho cierto es que después de los primeros
meses de 2017, ante un ajuste de la paridad monetaria, ANCAP desaparece y $endic
se ha de convertir en una de las figuras más ricas e influyentes del Uruguay.
No
es nada improbable que para ese entonces Máximo y La Cámpora escondidos desde
Colonia del Sacramento hagan la política uruguaya. No ya como piensa Pedro Mir,
“el ADN de la educación” es lo que está en juego, sino el mismo ADN de los
uruguayos, camino a contraer SIDA político por contagio de Argentina y Brasil.
Es
una enfermedad que toma al individuo cuando tiene bajas defensas y se ataca a
los glóbulos blancos. Se termina muriendo por un resfrió.
El
Uruguay ya lleva una década de debilitamiento sistemático de sus defensas hasta
llegar a este estado de atrofia colectiva, de hipnosis y ceguera raras veces visto
en la historia de un pueblo tan contestatario y rebelde.
Como
por arte de magia hoy aceptan cualquier cosa en el peor nivel de corrupción y
degradación social que se pueda imaginar.
Fue
Coitiño del PVP quien en su momento encabezó la Comisión del Agua con la
consigna de que el neoliberalismo quería llevársela del Uruguay.
Este
señor sin embargo, no dice esta boca es mía ante el nivel altísimo de
contaminación de los ríos generado por los agro tóxicos que fabrica Monsanto.
Tampoco dice nada de la multa que la Intendencia de Montevideo le puso a la
empresa petrolera que contamina la Bahía. Más allá de esta empresa, eso es lo
que está llevando a cabo ANCAP desde hace años en su refinería de La Teja.
A
los que se rasgaban la vestidura con la estupidez de que “el imperialismo se quería
llevar toda el agua”, no los inmuta esta dura realidad que hipoteca el destino
de los más pobres, de los que no pueden comprar agua en el supermercado.
Todos
los días la refinería de La Teja descarga en la Bahía de Montevideo un efluente
residual que asciende a 40 kilogramos de hidrocarburos totales, 64 kilogramos
de fenoles, 70 kilogramos de sulfuros, y 87 kilogramos de nitrógeno amoniacal. Lo
que significa que la refinería aporta diariamente una carga orgánica
equivalente a una población de 18.000 habitantes.
¿Siguen
diciendo que “el imperialismo quiere tomarse toda el agua que hay en el Uruguay”?
Porque a esta altura tuve que dejar mis libros para poder leer.
Si no puedes ver este vídeo haz clic aquí
Los pevepésicos son gente que moralmente
deja mucho que desear y con este tango de Carlitos Marx,
-quise decir Gardel-, me estoy quedando corto.