miércoles, 14 de octubre de 2015

El tiempo del desprecio



         Hoy por hoy, este gobierno vive una crisis muy difícil de explicar a cualquier observador extranjero que quiera interpretar la realidad uruguaya.
      Por un lado, tiene delante de sí a una Argentina que va inexorablemente gane quien gane a un ajuste de la paridad monetaria, eso que vulgarmente se le llama devaluación de la moneda y un Brasil que ya hizo ese ajuste dejando a toda la campaña, como se dice comúnmente, con el trasero al aire.
      Por otro lado, crece su oposición interna en un proceso de balcanización y atomización partidista, sectaria y corporativista de su fuerza política, que negocia en el Presupuesto Nacional como los antiguos capangas del 900': “Si no me das esto, no te voto aquello” y así sucesivamente.
      Por primera vez en muchos años le nace al Frente Amplio una izquierda a su izquierda, y otra a esa izquierda, como si estuviéramos en el 900', discutiendo entre bakuninistas y prohudonianos.
      Estamos delante de una Intendencia Municipal de Montevideo, que en 1900 se la dieron con 16 millones de dólares de superávit y que hoy tiene 400 millones de déficit después de 25 años de gobierno frentista. Con entes como ANCAP que arrojan una pérdida de 800 millones de dólares, en un país en dónde aumenta el combustible cuando en el mundo baja el petróleo.
      Estamos hoy al borde del precipicio y salen desesperados a emprenderla contra las librerías y las ópticas, en un acto de ceguera fiscal propio de aquellos que viven en una nube de privilegios, canonjías y prebendas a expensas del contribuyente que calladamente los costea.     
      $endic robando a cuatro manos, Martínez mintiendo en la campaña electoral y reconociendo que fue una irresponsabilidad prometer 500 millones de dólares cuando solamente hay en danza 250 millones y como regalo la inefable Irma Leites sale de su madriguera a romper autos y vidrieras. Este es el tiempo que se nos avecina.
      El tiempo del desprecio, ese que lo tiene anonadado a Yerdú Pardiñas.