Están desesperados.
No saben ya qué decir, porque todo lo que dicen, agrava más la situación en que están.
No hablan, ni dialogan. Ladrán y descalifican desde la barricada presidencial, con bravuconadas de filisteo sin razón.
Los americanos le dieron la misma vida que Mefistófeles a Fausto, les dieron una mano obviamente, una mano de bleque.
Resulta que ahora estos bochos se dieron cuenta, que de ganar, que ya es decir, porque el resultado electoral en este estado de apatía casi desesperanzada en que vive el común de la gente, ha de ser una incógnita para cualquiera, de triunfar, repito, no van a tener la tan anhelada mayoría parlamentaria para caminar por encima a todo el mundo, entonces encontraron una vía fácil, dividir a la oposición con supuestos acuerdos con «wilsonistas y batllistas».
Pregunto yo: ¿Por qué no se plantean un acuerdo con las autoridades electas democráticamente por los partidos fundacionales que hicieron nuestra nación?
Quieren acuerdos para chupar gente y dividirle la base a la oposición, con la única práctica política que caracteriza al frenteamplismo: el canibalismo y la rapiña de gente incauta.
No se hacen acuerdos con cualquier cosa, sino con Pedro y con Luis y después que ellos autorizan, se acuerda con los demás.
Son chicos mentales que creen que los demás, se chupan el dedo.
Les gusta, toquetearle el nido a los demás, para decir «ganamos un blanco y un colorado», cuando en realidad, no convencieron a nadie.
Siempre encuentran un sopita, que es hacerse del Frente y muere políticamente.
¡Qué se hizo de Vaillant, de un Nin Novoa o de la inefable Glenda Roldán!
Ser blanco o colorado es prestigioso aún en la oposición, en cambio ser del Frente no conduce a nada, ni aún estando en el gobierno.
¡Quién aguanta allí adentro, todo el día a las pataditas internas, los pellizcos y los codazos!
Ahí la única opinión que vale es la de la bocanada proletaria de las barriadas, que viven de la chatarra industrial.
El frentista del interior de la República, tampoco los puede ver, porque es un hombre que debe rendir cuentas a la gente en su pueblo y que no tiene ese aparataje que el montevideano del Frente se supo dar. El montevideano frentista no representa a nadie, en cambio el del interior tuvo que ganárselo ese lugar.
Ahora insultan hacia afuera, porque se les llueve el rancho por todos los costados y quieren sacarse el lazo con las patas.
Hoy el agua está pronta para chocolote.
El Frente tiene todas las características del que va a perder como en la guerra.
Solamente falta saber si nosotros estamos prontos para ganar.