domingo, 3 de agosto de 2014

¡Quién te ha visto y quién te ve!

       Cuando uno trata de intervenir en política con acierto, lo primero que analiza al seguir las campañas electorales, para poder tener luego una ubicación conceptual durante 5 años de la época que se viene, es el tipo de gente que está detrás de cada propuesta, de cada espacio político.
       Si vemos por ejemplo que Batllistas de Ley siguen enojados porque la fórmula no los contempló a la vicepresidencia, pero que llaman a la unidad partidaria con la finalidad de no debilitar al partido y obtener una buena representación parlamentaria que permita que el Batllismo vuelva a ocupar el lugar centralizador que tuvo en el pasado, podemos hacer varias observaciones al respecto y tratar de explicar que ese cargo de Vicepresidente no tiene, ni siquiera conceptualmente, la importancia que le están asignando.
       Pero es evidente, que estamos ante un tipo de gente y el nivel de debate con ellos tiene un alcance, un tenor y un tono ponderado. Se puede o no estar equivocado, pero uno palpa que estamos en un nivel de análisis concreto y puntual.
       Cuando vemos un Jorge conmovido por la derrota y después los Intendentes le piden que asuma la Vicepresidencia, nos encontramos con un perfil políticamente distinto al del Partido Colorado, pero también, con una realidad diferente; eran las dos mitades del partido las que tenían que salir a la campaña.     
       Cuando vemos un Vázquez burlándose en la interna de Jorge Larrañaga, en donde con quien competía era con Constanza Moreira, estamos en presencia no ya de una simple falta de respeto, sino de un desajuste muy grande de donde estaba parado. Mientras Constanza Moreira lo acusaba de egocéntrico y machista, uno veía que evidentemente, ahí no hay una puja, una tenida interna basada en ideas y proyectos, sino una vulgar y silvestre desesperación por cuotas de poder.
       Se dirá, siempre fueron así y ahora en la vejez se sacan la careta, pero aquí hay que tener en cuenta que el 26 de Marzo, por ejemplo, tiene otra visión de la historia frentista. Además, cualquiera entiende que este Frente no es aquel.
       La interrogante que uno se hace es precisamente, qué ha sucedido en el proceso político que va de ayer a hoy.
       Voy a dar mi pequeña interpretación al respecto, acerca de qué pudo haber ocurrido durante  43 años.
       El Frente nace como parte de un desconcierto en las capas medias que a medida que el Estado benefactor se convierte en Juez y Gendarme, rompe con los partidos fundacionales. Fue una explosión política por las características tradicionalistas de la sociedad uruguaya, pero representó el 18% de la ciudadanía. Seguía siendo una minoría. El común de la gente no estaba con eso, ni siquiera los tupamaros.
         Cuando se veía venir la dictadura, todos, exceptuando Carlos Quijano, estaban de acuerdo con los Comunicados 4 y 7 y veían en el proceso militarista que se iniciaba, algo parecido a lo de Velazco Alvarado en Perú.
       Significativo fue el hecho de que los mismos frentistas que jugaban al putchismo cuando caían las instituciones y el estado de derecho, eran luego los más ardientes defensores del Pacto del Club Naval.
       Con el advenimiento de la democracia, abrieron el paraguas y se dejaron de repartir libritos de Lenín y Marx y encararon un protocolo de comunicación novedoso con la gente: Usar el canto popular, ese folclore del asfalto, como única forma de discurso.
       Cualquier disc-jockey sabe que una canción, por más bonita que sea, si se la pasa 40 veces, deja de gustar.
       En este sentido, todos vimos como los cantores populares que se prestaron al proselitismo frentista se morían de hambre y nadie ya quería escucharlos.
       Lo mismo ocurrió con una radio de triste memoria que se convirtió en un club político permanente, hasta que hoy tiene serias dificultades de lavar su antigua imagen, porque ningún avisador quiere figurar allí.
       El Frente tenía y aún tiene lo que se llama “voto cautivo” y que es el hombre y la mujer que no está muy de acuerdo con lo que se hace, se calla hacia afuera por razones tácticas para no hacerle el juego a los otros e igual los vota, porque no tiene más remedio.
       Solo con esa gente, nunca iba a poder llegar a nada más que a lo sumo un 25%. Con habilidad y astucia política elección tras elección se van corriendo a la derecha, mirando las butacas que dejaban vacantes los partidos fundacionales.
       Se veía obligado por un lado a social democratizar el discurso hacia el conjunto de la sociedad uruguaya y por el otro, a no provocar mucho las iras de la vieja guardia estaliniana. Va logrando una sabia conjunción entre la socialdemocracia y el estalinismo, al estilo del Eurocomunismo italiano. Por eso vuela Esteban Valenti, porque una cosa es hacerlo y otra decirlo.
       Para eso se necesitaba extender los espacios políticos.
       En ciencia política se asume que cada compra es un voto y cada voto es una compra que hace el ciudadano cuando elige, por lo tanto, los diversos nichos de mercado a nivel de la opinión ciudadana, se pueden clasificar en espacios políticos.
       No se vende championes con el mismo marketing con que se vende un refresco, hay que saber a quién va dirigido el producto. Con los candidatos, los partidos y las propuestas ocurre algo parecido. Hay que saber a quién uno se dirige para que el mensaje llegue al destinatario y tenga credibilidad. Lo que a uno le convence a otro lo enfurece, pero ese es otro tema. No se hace política para quedar bien con todo el mundo, sino para representar un sector de opinión.
       El Frente se convierte en un especialista por detectar espacios políticos que los partidos fundacionales por descuido dejan de lado y con un olfato increíble se va corriendo lentamente a la derecha y les va ganando la cuereada elección tras elección.
       Las consecuencias de esto están a la vista. De 1971 a 2009 es la única fuerza que crece sin parar y a partir de 2009 se detiene e incluso retrocede un poco. Lo dije en su momento y cualquiera que quiera revisar en este bloger mi opinión de 2009, lo puede constatar.
       Ahí se inició la cuenta regresiva.
       Generalmente, y eso lo vimos todos en lo que le ocurría al Partido Colorado en su momento, cuando se inicia la cuenta regresiva, se da la engañosa situación de que esa fuerza gana y los dirigentes no se dan cuenta que tienen los días contados.
       Algo se quebró.
       Lo votaron. Ganó. Es verdad. Pero algo finaliza, aunque todavía tiene chances ciertas de existir políticamente.
       Hoy el Frente sigue subido en la cresta de aquella ola, como cuando el 2004.
       Si ese momento fue la pleamar o marea alta y el 2009 el comienzo del reflujo, el 2014 parece ser la bajamar o marea baja.
       Se lo ve claramente en la crisis que está viviendo la Vertiente Artiguista, porque ellos eran expertos en espacio político. Es de lo único que sabían.
       Lo que está por verse ahora es el semiperíodo de la marea, esto es, la diferencia en el tiempo entre pleamar y bajamar y poder saber con precisión en qué rango están.
       Porque cuando uno ve que les molesta una travesura inocente de Luis que a nadie hace daño y en cambio, no les incomoda que su candidato a la Presidencia se burle de uno de la oposición cuando estaba compitiendo con otra persona, ni dicen esta boca es mía cuando jugando a Tabarecito se burla de los contribuyentes que le están financiando la fiesta progre y los acusa de gilada, quiere decir que no es nada improbable que el rango sea algo más que micromareal debe andar entre mesomareal y macromareal.
       Pero por ahora, estoy de acuerdo con las encuestas.
       Le falta un 2 por ciento y un voto para ganar.


No es para ponerse colorado
no es para quedar en blanco
es para salir de ese Frente