Esta
región del mundo es pródiga en cosas maravillosas, que en otros lugares del
mundo, serían impensables.
Entre
nosotros existió y existe aún hoy, el gaucho judío.
Gerchunoff
en su Siónida del Nuevo Mundo dice,
¡Cantad
judíos a la Pampa!
Mocetones de ruda estampa,
dulces Rebecas de ojos francos,
Rubenes de largas guedejas.
Patriarcas de cabellos blancos
y espesos como hípicas crines.
Cantad, cantad Saras viejas
y adolescentes Benjamines
con voz de nuestro corazón:
¡Hemos encontrado a SIÓN!
Esta
tierra en aquellos años, era una tierra de oportunidades para todo aquel que
supiera hacer algo en la vida.
Ese
es el Uruguay que queremos. Estas son estampas argentinas, pero válidas
también, para el Uruguay de entonces.
Si el Pampero la acaricia, la acaricia
O la anima el batallar, el batallar
Son canciones de victoria
Las que entona el tremolar