Carles Puigdemont comienza ahora a ser
un problema internacional para España y también en Bélgica, en donde el
independentismo flamenco es fuerte.
El gobierno de Charles Michel tiene un
señor dolor de cabeza porque su gobierno está formado por cuatro partidos y el
socio más importante es el partido nacionalista flamenco N-VA.
Por parte del independentismo en el
exterior lo que buscan es ensuciar la cancha victimizándose porque hoy da
rédito político. Es un plan muy bien medido y estudiado para ganar la batalla
de la opinión pública mundial.
“Sufrimos un encarcelamiento masivo de
independentistas” dice Puigdemont en inglés en The Guardian y la BBC salió
diciendo que España es un estado franquista. No deja de ser un disparate, pero
vende.
A esto se le agrega el hecho de que 200
alcaldes catalanes de la Asociación catalana de municipios y de la Asociación
de municipios por la independencia, quieran viajar a Bruselas para “explicar de
primera mano”, la situación que se está viviendo y denunciar que “el estado
español ha multiplicado la represión” en palabras de Miquel Buch presidente de
la Asociación catalana de municipios. Quieren que las organizaciones europeas
se impliquen y “dejen de mirar para otro lado”.
Ese éxito de Puigdemont es parte de
contratar agencias en el exterior que son las que ahora le permiten comunicarse
a nivel internacional.
Cuando se refugió en Bélgica sabía que
iba al corazón de Europa y por ende se internacionalizaba el conflicto y
aumentaba el impacto mediático mundial. El mejor escenario que maneja el PdCAT
es la campaña o desde la cárcel o desde Bruselas. Como hecho curioso
Puigdemont, requerido por la justicia española puede sin embargo, postularse a
las elecciones del 21 de diciembre.
Por
ahora la estrategia consiste en ampararse en la legislación belga que es una de
las más garantistas del mundo. Estirar los plazos y dentro de 3 meses se
produciría la extradición. Tiempo éste suficiente para generar hechos políticos
en favor del independentismo. Por consejo de alguno de sus abogados el idioma
elegido para declarar es el neerlandés, porque Paul Bekaert es un conocido
abogado flamenco especializado en retrasar las órdenes de extradición y su bufete
de abogados se encuentra en Tielt, una localidad flamenca cercana a Gante. Además
políticamente declarar en neerlandés es un guiño inequívoco al nacionalismo
flamenco con el que tiene apoyo y contactos.
A su vez hay diferencias entre el
derecho belga y el español. De los cargos que se le imputa a Puigdemont –rebelión,
sedición, malversación de fondos, desobediencia y prevaricación-, en el derecho
belga no existe el delito de sedición y rebelión. Por ahora lo que la justicia
belga evaluó es el peligro de fuga, que como consideró que no existe, los dejó
en libertad vigilada.
No habían previsto la soledad
internacional, el corrimiento de las empresas y la fortaleza del estado español
que dijo hasta aquí hemos llegado.
En España no es ilegal ser
independentista, lo que no se puede es ignorar las leyes. Si fueran más
inteligentes plantearían una reforma de la Constitución en el tema de las
autonomías.
El hecho de tener dos lenguas no
significa tener dos bocas.
En el plano económico ya hay 30 mil
desempleados. En las comunidades autónomas es donde más ha crecido el desempleo.
Hoy la deuda de Cataluña es bono basura.
El crecimiento cayó de un 20 por ciento a un 6 por ciento. Es una situación
empobrecedora.
El independentismo no quiso considerar
este escenario.
Más allá de esto, de ganar en las
elecciones del 21 de diciembre no van a poder gobernar, porque no cuentan con
el respaldo del gobierno central.
Sea como sea, como máximo dentro de 90
días, Puigdemont y sus ministros van a estar en prisión.
El daño que le hicieron a la economía
española, pero fundamentalmente a la catalana, no termina dentro de 90 días y
tiene todas las características de lo irreparable.