Chile se encuentra ante un muy factible triunfo de Piñera.
Como sostiene Cristóbal Bellolio, cientista político y
académico en la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez: "Piñera
está haciendo una campaña perfecta. No es estridente y entendió muy bien que en
un escenario de voto voluntario el que gana es el que es capaz de mover a sus
votantes, más que llevar votos a su caudal, porque eso despierta al
adversario".
En un escenario político como el chileno en donde cada vez
participa menos gente en las elecciones, a diferencia de Argentina ser capaz de
no confrontar y trasmitir seguridad es fundamental para captar el voto no
obligatorio. La campaña fue sumamente aburrida y sin ideas, lo que está
indicando que esta espectacularidad de Piñera responde al fracaso del gobierno
socialista.
El centro izquierdo por otra parte, por primera vez desde
1990 va atomizado a una elección.
Con respecto a las encuestas, yo siempre desconfío porque se
han vivido equivocando. En el caso de Chile lo que dicen es que Sebastián
Piñera de Chile Vamos contaría con 44,4%, Alejandro Guillier, Nueva mayoría con
19,7% y Beatriz Sánchez, Frente Amplio con 8,5%. Lo que está indicando una
diferencia muy grande en favor de Piñera.
Está a un paso de ganar en primera vuelta el 19 de noviembre
y tiene delante un oficialismo muy dividido que opta por una campaña
descalificadora
Las tres reformas importantes del oficialismo fueron la
reforma educativa, la impositiva y la laboral y las tres significaron un
retroceso en aspectos que a Chile le costó mucho tiempo alcanzar.
La reforma educacional prohibió el lucro, la selección por
mérito académico. La tan mentada gratuidad pasará a la historia como una
promesa demagógica y de irresponsabilidad política.
La reforma tributaria lejos de mejorar la calidad de vida de
los chilenos, lo único que logró fue reducir la generación de empleos, el
mejoramiento de los salarios y la inversión.
Además ha habido una pésima gestión signada por la
inoperancia y la ineptitud. Instaló la sensación de un gobierno terminal y de
una administración fracasada. Se vivió con el 67% de la población convencida de
que el gobierno estuvo estancado. Como no tienen nada de que enorgullecerse
lanzan ahora una campaña con la consigna “Todos contra Piñera”.
Como pocas veces en la historia de los últimos 30 años la
centro derecha corre con una ventaja importante.
El gobierno fracasó en gran parte por una mala percepción de
las necesidades de los chilenos. Lo que la gente quiere son mejores
oportunidades de trabajo, una educación de calidad para progresar y vivir en un
mejor país y no en un país nuevo. También influyó el dogmatismo sectario, sordo
al diálogo y poco republicano, que siempre y en absolutamente todos los temas
se siente dueño de la verdad. Un relato anti capitalista con todos los sesgos
del populismo.
Este gobierno que ahora se va, será recordado como una pausa
en el camino de progreso, que Chile se venía planteando desde hace unos 30 años.