Fue una semana dramática, de una Argentina
dramática. La aparición de un cuerpo, que todo indica que puede ser el de
Santiago Maldonado, conmovió a la opinión pública a pocos días de las
elecciones.
El gobierno venía haciendo una campaña
muy buena y el caso Maldonado representa una contrapartida, fundamentalmente
por declaraciones poco apropiadas de Patricia Burlich.
Esta situación, por lo simbólico,
confronta a los argentinos con su propia historia de desaparecidos.
Los que piden por Santiago Maldonado, es
significativo el hecho de que no están de acuerdo con la nación mapuche.
Maldonado, si murió, lo fue por su
causa. Llama la atención de que quienes no están con eso, lo defiendan como un mártir.
Todos sabemos que los K reprimieron a
los mapuches.
Ahora se rasgan las vestiduras contra
un gobierno que es totalmente inocente, aunque haya habido excesos de ciertas
fuerzas de seguridad.
Argentina no ha podido reencauzar una
vida institucional y recomponer un pacto social que involucre a todos sus
agentes participantes. Eligieron pelearse. A los K no les interesan las
propuestas porque lo que están buscando son fueros.
Qué papel juega la Justicia, los
servicios de inteligencia, los agentes de seguridad, ese es el tema de fondo
que se omite cuando se habla de Santiago Maldonado. La reconstrucción del
vínculo pasa por el valor de la palabra. La idea de que no se pueda dialogar de
este tema, es colocar a la sociedad como un conjunto de niños chicos dirigidos
por padres que saben más que ellos. Esto marca una involución de la calidad de
vida argentina.
La visión de la política no puede
estar pensada hasta la elección que viene. A los políticos argentinos antes de
hacer declaraciones, más le valdría esperar la opinión técnica de la pericia y
de la identificación del cuerpo.
En criminología la primea pregunta es
a quién favorece ese asesinato. Hay intereses opuestos, hay una campaña en
torno a esto. Hay jugadores que asumen posiciones radicalizadas.
En este caso la aparición del cadáver pocos
días antes de las elecciones, que fue según los familiares “plantado”, perjudica
a Patricia Burlich, pero nadie sabe cómo puede influir todo esto en la
intención de voto.
El caso Maldonado, lamentablemente,
por culpa de Cristina forma parte de la campaña electoral. Domina la
información, la comunicación, la opinión. Es un tema que cambió la agenda
política en Buenos Aires y desplazó el de la corrupción. Un fin de campaña
inesperado.
¿Alterará o no una elección estrecha
como la Provincia de Buenos Aires?
Puede ser que una parte de un voto muy
blando de cambiemos cambie, lo más probable es que altere 2 o 3 puntos contra
cambiemos.
Un sector del electorado no
polarizado, que no está sujeto a la mecánica electoral tradicional, puede ser
indecidible que respuesta electoral pueda dar.
El nivel de polarización que vive la
Argentina es lo que permite interpretar lo que en verdad ocurre. Aquí hubo un
cambio de escenario, cosa que al gobierno, que le iba bien, no le hubiera
gustado elegir.
El gobierno se comportó bien a partir
del hallazgo, pero anteriormente no. Aquí están en juego pocos puntos muy volátiles
y cambiantes a nivel electoral. Esos
votantes, que tienen un nivel de politización menor, a los que participaron en
las Primarias, son en este momento el fiel de la balanza.
Esta es la elección más compleja, que
vivió la Argentina, con un elemento imponderable. Es una campaña sin cierre de
campaña, y sin festejos también. 80 días demoraron en “plantar” el cadáver,
justo antes de las elecciones. Es un caso tan intrincado, en donde tanta gente
miente que lo difícil es saber quién dice la verdad.
Estamos ante un escenario completamente
impredecible, en la recta final de una campaña electoral. Hasta el momento la
campaña política venía discurriendo de determinada manera. De ahora en más se
llega al domingo con este tema como un nudo en la garganta. Por potencia,
incógnita, dramatismo institucional el tema Maldonado hoy domina la política
argentina.
Los entendidos dicen que este caso
tiene poca incidencia electoral en la política argentina. La gente que aprueba
al gobierno tiene una visión diametralmente opuesta a quienes no aprueban al
gobierno. Los que apoyan piensan que la Gendarmería hizo un buen trabajo, los
que no creen que haya una conspiración. En un tema tan dramático y desgraciado
como éste, el proceso del prejuicio, conduce a que unos estén negando la
información objetiva, cualquiera sea la información. La post verdad, conduce a
comprar datos que son inciertos y no son comprobados pero resultan plausibles
para la toma de posición.
De todo esto, una sola cosa es cierta,
lo de Cristina Kirchner, politizando un cadáver, cuando reprimió a los mapuches,
es totalmente deleznable y repudiable.
Argentina es un país en donde nadie
cree en nada ni en nadie, y el problema empieza cuando nadie cree tampoco en la
justicia. El mal funcionamiento del poder judicial genera una especie de avance
pero siempre hemipléjico. Si la corrupción es siempre de un lado, y no del
conjunto, todos pierden al final. Son problemas estructurales y no meramente
coyunturales los que vive Argentina.
Esto es el núcleo del drama de la
Argentina. Sufre la gente. Sufre la familia Maldonado, producto de fallas en la
globalización, que conducen a la reivindicación de lo local, lo provincial,
hecho que estamos viendo también en Europa.
Los valores y los bienes públicos,
deben reconocer que una muerte en democracia es un escándalo. Si esta historia
ha de cambiar, no será por el gobierno únicamente, sino por los acuerdos que se
logren alcanzar.
La lucha contra las mafias, esos
grupos oscuros, tiene que ser parte de la política de estado y no meramente de
los partidos.
Una fuerza se autonomizó en el caso
Maldonado y se puso a hacer lo que quiso. El gobierno tiene que enfrentar a las
mafias no sólo por una razón ética, sino de sobrevivencia.
Si Macri niega las razones del vivir,
con tal de sobrevivir el gobierno perderá la oportunidad histórica para
revertir una situación trágica. Su estética pos moderna y del éxito, chocará
con la historia Argentina, estatal, para estatal y oscura del dirigismo en
política.
Esperemos que gane Macri, pero todo
indica que la victoria no es fácil. Si los episodios tomaron una velocidad que
fueron perjudiciales para el gobierno,fue porqué Cristina no habló.
Todo indica que la politización de un
muerto, conduce al repudio más de Cristina, que de las ineptitudes de Patricia
Burlich.
El domingo se vota. La pelea está en la
Provincia de Buenos Aires y Santa Fe. Un tercio de los senadores y la mitad de
la Cámara de Representantes y se sabrá qué poder tiene realmente Macri.