Chile es claramente un ejemplo de lo que da resultado y de lo
que no hay que hacer en economía.
Bajo éste último gobierno ha vivido en una política sin
principios, el incumplimiento de las promesas, inoperancia, ineficacia e
ineficiencia por parte de la Administración, ignorancia de la técnica
legislativa para legislar, entre otras cosas que abonan el creciente
descontento e indiferencia de la ciudadanía. Esto explica el alto nivel de
abstención en un país en donde el voto no es obligatorio.
Al gobierno no le preocupa el día a día de la gente y a ésta
ni le van, ni le vienen los temas de la agenda política.
La rebelión de las masas en el sentido orteguiano se expresa
aquí dándole la espalda al sistema político en su conjunto.
Con el cobre bajando de precio según Andrés Solimano “algunos
bancos de inversiones en Estados Unidos asignan una probabilidad entre 15 y 35
por ciento a que ese país, entre 2016 y 2017, caiga en una recesión, lo que
podría arrastrar a la economía global”.
Ante esto el gobierno socialista ni se inmuta. Haciendo la
política del avestruz dice que son malos pensamientos de capitalistas que están
boicoteando la economía para que no prosperen las reformas, cuando todos
sabemos que el capital si encuentra rentabilidad adecuada, no se hace ningún problema
en ir hasta la mismísima China comunista.
Según Víctor Salas el problema de fondo es la inestabilidad
financiera.
Chile a diferencia de Argentina nunca fue una zona de
volatilidad financiera, pero ante políticas erráticas e imprudentes, que según
los entendidos están destruyendo lo que costó muchos años lograr, los capitales
no se confían y dicho país está en las puertas de una posible recesión.
El país trasandino sufre lo que todos los países están
comenzando a padecer que es la crisis general de los mercados mundiales. Puede
campear la situación gracias a las políticas correctas que se desarrollaron
hasta el gobierno de Piñera.
El desarrollo se da exclusivamente en algunas zonas del país
como las regiones de Arica y Parinacota, O´Higgins y La Araucanía, las que
crecieron un 8, un 5,3 y un 4,8 por ciento respectivamente.
Más allá de eso el sector minero llega al fin del ciclo de
inversión y Codelco sigue despidiendo gente. Estamos hablando de un país en
donde el desempleo ha subido levemente, desde el 5,7% en julio de 2013, al 5,8%
en enero de 2016. Si bien la crisis se expresa en parámetros más benignos que
Argentina, Brasil y Uruguay, no deja de ser preocupante la tendencia en marcha.
La reforma tributaria introducida en 2015 en vez de mejorar la
recaudación la empeoró y eso sucedió por el menor ingreso generado por
la disminución de la demanda interna. El balance fiscal del gobierno central pasó de un superávit del 0,5% del PIB en 2013 a un déficit del 2,1% en 2015.
Lo cual ya es de por sí preocupante, porque está pautando un camino que puede
ser de no retorno.
Si en algo se verifica con claridad la teoría económica de Joseph
Alois Schumpeter es justamente en Chile, porque ha sido la caída de las
expectativas del sector privado el detonante de la recesión en ciernes.
Según “Tendencias Latinoamericanas” habría un “Pobre crecimiento de la economía
chilena durante el primer semestre, frustrando las expectativas creadas a
principios de año. El PIB creció en el segundo trimestre el 1,5%, frente al
2,2% del trimestre anterior. Desde el lado de la oferta, el sector de recursos
naturales tuvo un mal comportamiento, y la producción industrial se contrajo un
4,5% en julio, después de una caída del 2,2% en junio. En la demanda, el
consumo crece a tasas por encima del 2,5% y la FBCF muestra signos positivos,
excepto en la construcción y minería. El mercado de trabajo también se
deteriora, con la tasa de desempleo del trimestre mayo-julio en el 7,1% (la
mayor de los últimos 5 años), lo que previsiblemente afectará de manera
negativa al consumo.”.
Esperemos que Chile logre retomar la senda del crecimiento
para poder tener la inclusión que supo generar en lo que va del último período
y que este gobierno parecería estar dispuesto a frenar.
Si no puedes verlo haz click aquí