En Argentina gane quien
gane están todos arriba de una bomba de tiempo. Cristina hipotecó al país a un
límite en donde ha de ser muy difícil recuperar la senda del crecimiento. Es
una situación parecida a la de aquel que cierra la puerta y tira la llave por
la ventana.
Macri tiene un argumento
poderoso contra los fondos buitre y poder paliar los efectos negativos de una
terrible ausencia de divisas, el mismo argumento que usó Sanguinetti en 1988
cuando la banca en el Uruguay comenzó a teclear. Dijo el ex Presidente: “A una
democracia que nace no se la puede castigar económicamente”.
Macri es la única persona
creíble en que Argentina volverá a ser el país en donde prevalezca la seguridad
jurídica y la previsibilidad de la macro economía.
El massismo por lo visto
vota casi en bloque a Macri y no es nada improbable que el sciolismo vote
dividido y no logre retener su electorado. El peronismo perdió su mítico bastión
y eso, en estas logias de prepotentes y de capangas, no se perdona.
El shock de confianza,
alegría y entusiasmo que el factor Macri representa, ya es una base importante
para que los operadores económicos vuelvan a invertir en un mundo creíble y no
en un feudo de delincuentes.
Argentina tiene problemas
de toda índole, de tanto vivir de prebendas se terminó generando una crisis de
gestión, por ineptitud administrativa y empoderamiento mediocre desde los
cargos de particular confianza. Se alteró la división de poderes haciendo del
Poder Judicial un órgano político al servicio de encubrir la corrupción más
escandalosa que se haya vivido jamás. Después de un crecimiento de la economía
de un 7,5 por ciento anual dejan el Banco Central sin reservas, con una masa
social envilecida por los Planes Trabajar.
Hoy llega la hora de la
verdad y hay que ponerle el cascabel al gato. Por eso tienen miedo y desatan
una campaña de neto terrorismo verbal contra Macri. No se dan cuenta que en política
cuando se pierde credibilidad se puede decir cualquier cosa y nadie les dará
importancia.
La confianza en política
cuesta mucho en ganar y se puede destruir muy fácilmente. Sólo así se explica la
caída en picada de Cristina de la última elección a la fecha.
Algo parecido está
ocurriendo aquí con el Frente Amplio, aunque por ahora es prematuro vaticinar
tendencias a futuro, pero es evidente que el tinglado “progre” dejó de ser creíble
en todos lados y fundamentalmente en la región.
La gente ya no tiene miedo
y menos miedo al miedo. Las campañas negativas no pueden ser contra el
candidato, sino contra el manejo que hace esa fuerza política que está
rivalizando.
No se trata de ser positivo
por el gustito de ser positivo o negativo sin razón, emprendiéndola toxicamente
contra otro candidato que aspira a un cargo político. Se trata de tener ideas y
combatir el manejo político que esa fuerza rival hace en su manejo de la gestión
administrativa.
Devaluar el contenido del
debate y la calidad de las propuestas allí en donde lo único que se aspira es
quedarse atornillado a las sillas, es lo único que puede hacer la mediocridad
mental del kirchnerismo.
La presión tributaria en el vecino país es mayor que la de Estados
Unidos, Japón o Europa. El contribuyente no recibe nada a cambio del Estado que
tiene que costear. La evasión impositiva es casi una cuestión elemental de
sobrevivencia. Si no hay como dice Macri una rebaja impositiva importante es
imposible que los operadores económicos vuelvan a invertir, mucho menos captar
inversiones a nivel internacional.
Con la desmesura fiscal, aún
así, tienen que endeudarse para sostener esa maquinaria estatal brutal.
Por algo hoy en día no asustan a nadie con
el cuco facilongo del neo liberalismo y otras pavadas
Si no puedes verlo haz click aquí