domingo, 8 de noviembre de 2015

Los efectos de una devaluación en Argentina


      En Argentina gane quien gane están todos arriba de una bomba de tiempo. Cristina hipotecó al país a un límite en donde ha de ser muy difícil recuperar la senda del crecimiento. Es una situación parecida a la de aquel que cierra la puerta y tira la llave por la ventana.
     Macri tiene un argumento poderoso contra los fondos buitre y poder paliar los efectos negativos de una terrible ausencia de divisas, el mismo argumento que usó Sanguinetti en 1988 cuando la banca en el Uruguay comenzó a teclear. Dijo el ex Presidente: “A una democracia que nace no se la puede castigar económicamente”.
     Macri es la única persona creíble en que Argentina volverá a ser el país en donde prevalezca la seguridad jurídica y la previsibilidad de la macro economía.
     El massismo por lo visto vota casi en bloque a Macri y no es nada improbable que el sciolismo vote dividido y no logre retener su electorado. El peronismo perdió su mítico bastión y eso, en estas logias de prepotentes y de capangas, no se perdona.
     El shock de confianza, alegría y entusiasmo que el factor Macri representa, ya es una base importante para que los operadores económicos vuelvan a invertir en un mundo creíble y no en un feudo de delincuentes.
     Argentina tiene problemas de toda índole, de tanto vivir de prebendas se terminó generando una crisis de gestión, por ineptitud administrativa y empoderamiento mediocre desde los cargos de particular confianza. Se alteró la división de poderes haciendo del Poder Judicial un órgano político al servicio de encubrir la corrupción más escandalosa que se haya vivido jamás. Después de un crecimiento de la economía de un 7,5 por ciento anual dejan el Banco Central sin reservas, con una masa social envilecida por los Planes Trabajar.
     Hoy llega la hora de la verdad y hay que ponerle el cascabel al gato. Por eso tienen miedo y desatan una campaña de neto terrorismo verbal contra Macri. No se dan cuenta que en política cuando se pierde credibilidad se puede decir cualquier cosa y nadie les dará importancia.
     La confianza en política cuesta mucho en ganar y se puede destruir muy fácilmente. Sólo así se explica la caída en picada de Cristina de la última elección a la fecha.
     Algo parecido está ocurriendo aquí con el Frente Amplio, aunque por ahora es prematuro vaticinar tendencias a futuro, pero es evidente que el tinglado “progre” dejó de ser creíble en todos lados y fundamentalmente en la región.
     La gente ya no tiene miedo y menos miedo al miedo. Las campañas negativas no pueden ser contra el candidato, sino contra el manejo que hace esa fuerza política que está rivalizando.
     No se trata de ser positivo por el gustito de ser positivo o negativo sin razón, emprendiéndola toxicamente contra otro candidato que aspira a un cargo político. Se trata de tener ideas y combatir el manejo político que esa fuerza rival hace en su manejo de la gestión administrativa.
     Devaluar el contenido del debate y la calidad de las propuestas allí en donde lo único que se aspira es quedarse atornillado a las sillas, es lo único que puede hacer la mediocridad mental del kirchnerismo.
     La presión tributaria en el vecino país es mayor que la de Estados Unidos, Japón o Europa. El contribuyente no recibe nada a cambio del Estado que tiene que costear. La evasión impositiva es casi una cuestión elemental de sobrevivencia. Si no hay como dice Macri una rebaja impositiva importante es imposible que los operadores económicos vuelvan a invertir, mucho menos captar inversiones a nivel internacional.
     Con la desmesura fiscal, aún así, tienen que endeudarse para sostener esa maquinaria estatal brutal.
     Por algo hoy en día no asustan a nadie con el cuco facilongo del neo liberalismo y otras pavadas




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