domingo, 2 de noviembre de 2014

No habrá más penas, ni olvido

    La derecha cometió muchos errores políticos graves en lo que va de los últimos 51 años, si tomamos 1963, como el punto central de un tiempo eje, para ubicar bien las cosas.
    El primer error es no haber sabido atajar la lucha armada y responder tontamente, ilegalizando al partido socialista, cuando era mejor tenerlo en la legalidad que clandestino.
   El segundo equívoco fue desencadenar una escalada represiva con Pacheco Areco, aplicando la Constitución que deviene de la reforma naranja, ante la cual la gente, si bien votó, ignoraba concretamente, el manejo de poder que habilitaba. Eso hizo que muchos vieran en el pachequismo un golpe de Estado, cuando en realidad era un golpe constitucional en cámara lenta.
    La tercer macana es haberse apoyado en los sectores más retrógrados -riveristas, anti batllistas-, del partido colorado y los grupos más conservadores del partido nacional. Ignoraron la izquierda batllista y Zelmar y Alba se tuvieron que ir de allí y le estafaron las elecciones a Wilson. Peor que eso, polarizaron las elecciones del 71' haciendole creer a la gente que la cuestión era entre Pacheco y Seregni, con la espuria finalidad de marginar a Wilson y no discutir con él.
    La cuarta pifia es haber dado un golpe de Estado y no darse cuenta que los mandos medios que dieron la vida, eran nazis. Los militares golpistas no fueron a eso para sacarle las castañas del fuego a nadie y exigieron, como todo ejército vencedor, el botín de guerra.
    Además, fueron suficientemente claros cuando los comunicados 4 y 7. Dijeron con todas las letras que no serán el brazo armado de la oligarquía, ni de grupo o interés económico alguno. No por eso son progresistas, ni peruanistas. Son una corporación autónoma, que vino a hacer la propia.
    El quinto error es haber metido preso a Wilson y proscripto a Seregni, dándole a la naciente democracia muchísima gente que desconfiaba que eso que devino tras las elecciones, fuera una democracia real y no una democracia tutelada. Las cosas fueron felizmente de otra forma, pero no era necesario proscribir a Líber y a Wilson.
    El sexto equívoco fue no darle ni el saludo al General (R) Líber Seregni que hizo lo que pudo por congraciarse, pagando por ello un costo político altísimo. ¿Qué querían? Un Seregni a lo Vázquez, bueno, ahora lo tienen.
    La séptima estupidez es vivir partidizando las cosas, perdiendo de vista el ser humano que existe en el otro. No haberle dado ningún cargo al Frente Amplio, excepto en el primer gobierno de Sanguinetti, fue un error porque le permitió lavarse las manos en todos los temas.
    Todo esto se sobrelleva hasta una devaluación, pasado ese límite lo que hasta ayer se toleraba, ya no se lo aguantaron más.
    Gracias a la devaluación y el aumento del precio de la soja, Tabaré Vázquez es quien es.
    Hoy cometen un octavo error, no darse cuenta que no se deben cometer los errores del anti peronismo y la oposición en la Argentina. No es con tesituras gorilistas; el ajuste de cuentas, tiene que ser teórico.
    Si el Frente Amplio tuviera una política de rebaja impositiva importante a la clase media media, -no a la clase media baja-, los fundacionales desaparecen, se quedan sin el brazo ejecutor. Si no fuera por la reforma constitucional y el estado de ánimo de la gente en 1996, esto era Venezuela.
    Digo yo: ¡Se puede ser más imbécil en la vida!

    No habrá más penas, ni olvido.