sábado, 9 de agosto de 2014

Lo que va de Líber a Tabaré

       Líber Seregni siempre decía: “En política, conclusión compañerito.”.
       Más allá del hecho de que ignoraba que compañero en latín es aquel con quien se comparte el pan, decía una cosa interesante.
       Al frentista –hoy se dice frenteamplista-, le cuesta sacar conclusiones de lo que hace. Es como el toro que ve el capote y lanza la embestida sin darse cuenta que esa pieza de tela, el torero la usa para engañarlo al toro y detrás vienen los estoques, las banderillas y el puñal.
       Siempre fueron así.
      Ayer, eran como la izquierda alfonsinista, ahora, como la derecha peronista.
       Cualquiera que ponga las premisas, tiene que sacar las conclusiones en cualquier tema que aborde.
       Seregni pedía conclusión a gente, que pedirle eso, es mucho.
       Tabaré Vázquez en cambio pide concusión.
       El término concusión tiene dos significados diferentes. Uno en derecho y otro en medicina.
       En derecho  se da cuando un funcionario público en uso de su cargo, exige o hace pagar a una persona una contribución, o también al cobrar más de lo que le corresponde por las funciones que realiza. Este delito puede presentar agravantes, si se emplea intimidación o si se invoca que son órdenes de un funcionario de mayor jerarquía, y esta exacción es en provecho propio.
       El Frente Amplio dice que son errores que se resuelven haciendo autocrítica en el rincón de las arañas y los jueces dicen que son irregularidades producto del delito de abuso de funciones, pero nadie analiza el delito de concusión en ese abuso de funciones.
       En nuestro Código Penal en el artículo 156 dice sobre la concusión:
       “El funcionario público, que, con abuso de su calidad de tal, o del cargo que desempeña, compeliere o indujere a alguno a dar o prometer indebidamente a él o a un tercero, dinero u otro provecho cualquiera, será castigado con seis meses de prisión a tres años de penitenciaría, e inhabilitación especial de dos a seis años”.
       Es lo que acaba de suceder con la presión que lo enloquecía a López Mena.
       Otra acepción del término concusión la tenemos en Medicina.
       Es un Traumatismo craneoencefálico leve, que se da en los casos de pérdida inmediata de la conciencia acompañada de un periodo corto de amnesia. Es un impacto directo en la cabeza en donde la persona queda con una convulsión leve y manifestaciones autonómicas como la palidez facial, disminución del reflejo pupilar o diversas manifestaciones neurológicas focales. Dicho en buen romance, queda medio tarado, pero no tarado del todo.
     Generalmente la concusión se acompaña con un período de amnesia retrógrada. Es una pérdida de memoria que en los casos severos puede abarcar mucho tiempo. Cuando recuperan la memoria surgen muchas lagunas mentales.
       Tabaré Vázquez supo hacerlo bien y profundizando a Seregni dijo: “En política, concusión, vecino y vecina”.
       El Frente Amplio a partir de ese entonces no tuvo más aquellos problemas espantosos entre la base y la dirigencia.
       Arriba, en la cúpula concusión jurídica, abajo, en la base, concusión clínica.

       Eso sí, ni de arriba, ni de abajo, se saca conclusión alguna.
         Hoy, cuando hablan solamente para los que tienen concusión clínica severa, gobiernan a la torera.