Líber Seregni
siempre decía: “En política, conclusión compañerito.”.
Más
allá del hecho de que ignoraba que compañero en latín es aquel con quien se
comparte el pan, decía una cosa interesante.
Al
frentista –hoy se dice frenteamplista-, le cuesta sacar conclusiones de lo que
hace. Es como el toro que ve el capote y lanza la embestida sin darse cuenta
que esa pieza de tela, el torero la usa para engañarlo al toro y detrás vienen
los estoques, las banderillas y el puñal.
Siempre
fueron así.
Ayer,
eran como la izquierda alfonsinista, ahora, como la derecha peronista.
Cualquiera
que ponga las premisas, tiene que sacar las conclusiones en cualquier tema que
aborde.
Seregni
pedía conclusión a gente, que
pedirle eso, es mucho.
Tabaré
Vázquez en cambio pide concusión.
El término concusión tiene
dos significados diferentes. Uno en derecho y otro en medicina.
En
derecho se da cuando un funcionario
público en uso de su cargo, exige o hace pagar a una persona una contribución,
o también al cobrar más de lo que le corresponde por las funciones que realiza.
Este delito puede presentar agravantes, si se emplea intimidación o si se invoca
que son órdenes de un funcionario de mayor jerarquía, y esta exacción es en
provecho propio.
El
Frente Amplio dice que son errores que se resuelven haciendo autocrítica en el
rincón de las arañas y los jueces dicen que son irregularidades producto del
delito de abuso de funciones, pero nadie analiza el delito de concusión
en ese abuso de funciones.
En nuestro Código Penal en el artículo 156
dice sobre la concusión:
“El funcionario público, que, con abuso de
su calidad de tal, o del cargo que desempeña, compeliere o indujere a alguno a
dar o prometer indebidamente a él o a un tercero, dinero u otro provecho
cualquiera, será castigado con seis meses de prisión a tres años de
penitenciaría, e inhabilitación especial de dos a seis años”.
Es
lo que acaba de suceder con la presión que lo enloquecía a López Mena.
Otra
acepción del término concusión la
tenemos en Medicina.
Es
un Traumatismo
craneoencefálico leve, que se da en los casos de pérdida inmediata de
la conciencia acompañada de un periodo corto de amnesia. Es un impacto directo
en la cabeza en donde la persona queda con una convulsión leve y
manifestaciones autonómicas como la palidez facial, disminución del reflejo pupilar o diversas manifestaciones
neurológicas focales. Dicho en buen romance, queda medio tarado, pero no tarado
del todo.
Generalmente
la concusión se acompaña con un período
de amnesia retrógrada. Es una pérdida de memoria que en los casos severos puede
abarcar mucho tiempo. Cuando recuperan la memoria surgen muchas lagunas
mentales.
Tabaré
Vázquez supo hacerlo bien y profundizando a Seregni dijo: “En política, concusión, vecino y vecina”.
El
Frente Amplio a partir de ese entonces no tuvo más aquellos problemas
espantosos entre la base y la dirigencia.
Arriba,
en la cúpula concusión jurídica, abajo,
en la base, concusión clínica.
Eso sí, ni de arriba, ni de abajo, se saca conclusión
alguna.
Hoy, cuando hablan solamente para los que tienen concusión clínica severa, gobiernan a la torera.