jueves, 7 de agosto de 2014

El Frente Amplio está pronto para perder.

       Lo vengo diciendo en distintos post; hoy, en este Uruguay actual, la fuerza de gobierno está prontita para perder.
     Son demasiadas las macanas, la falta de profesionalismo, la politización por encima de lo jurídico, que al final degenera en ausencia de política congruente, la terrible ausencia de una visión de país, la dolorosa carencia de una política de Estado, como tuvo siempre el Uruguay más allá de los partidos y centrada en el interés nacional.
       A eso se le suma la arrogancia de un presidenciable, que ya fue Presidente de la República, y no es un recién llegado a estas cosas, de querer discutir si y sólo sí, él está sentado en el sillón Presidencial.
       Hoy nuestro país está enfermo y nadie da con la causa por la cual un padecimiento agudo, se convirtió en estos últimos 10 años, en una patología endémica.
       El Uruguay estaba mal desde hacía mucho tiempo.
  En Teoría de la Comunicación se habla de retroalimentación positiva y negativa, que también es válido en medicina.
       Si lo vemos desde el punto de vista clínico podemos entender lo que ocurre.
       Un resfriado común es una enfermedad infecciosa viral leve del sistema respiratorio superior que afecta a personas de todas las edades, altamente contagiosa, causada fundamentalmente, por rinovirus y coronavirus. Los síntomas principales son estornudos, secreción nasal, dolor de cabeza, goteo y congestión nasal, ojos llorosos, picor, dolor o flema en la garganta, tos, cansancio y una sensación de malestar general. Es una de las enfermedades más comunes que, por lo general, dura entre 3 y 10 días. Aunque el resfriado común no tiene cura, los síntomas generalmente, se resuelven espontáneamente de 7 a 10 días, con algunos pudiendo permanecer hasta por tres semanas.
       Lo que los remedios para el resfriado hacen, no es curarlo, puesto que no tiene cura, sino antes bien, cortar la cadena de la retroalimentación negativa.
       No van a la causa del resfriado, porque no es una enfermedad; es un síndrome o conjunto sintomatológico que encuentra zona de choque en determinados lugares, que son variables a la vulnerabilidad de las defensas personales del individuo.
       Lo que se demuestra es que con cerrar el círculo vicioso, aunque no se dé con la causa, eso solo  ya conduce a la curación.
      Cortar el círculo vicioso –la retroalimentación negativa­-, ya es iniciar el círculo virtuoso, la retroalimentación positiva.
       En cada área del saber el concepto de retroalimentación positiva y negativa, círculo vicioso y círculo virtuoso tiene aplicaciones diferentes, que demuestran que resolver al menos una sola cuestión de algo que es imposible de curar, ya con eso solo se está iniciando el proceso de la recuperación.
       La enfermedad no se va a ir, pero se cuenta ahora con una herramienta nueva, para cortarla cuando viene.
       Otro concepto importante, que tiene estricta aplicación en medicina, pero también es válido para entender la retroalimentación negativa, es lo que se llama iatrogenia.
       Iatrogenia es un acto médico dañino, que no logra la recuperación del paciente.
       Se deriva de la palabra iatrogénesis que tiene por significado literal ‘provocado por el médico o sanador’ (iatros significa ‘médico’ en griego, y génesis: ‘crear’).
       Desde el punto de vista social, económico y político hay tres tipos de iatrogenia, la clínica, la social y la cultural.
       Ayudar o por lo menos no dañar, decía Hipócrates.
       Primum non nocere, decía Galeno: primero no dañar.
       La norma clásica de “ante todo no hacer daño”, es válida aunque el nivel de conocimientos del médico sea tan rústico, que lo único que sabe hacer es ponerle una gaza y rezar después.
     Las grandes plagas y enfermedades que vivió la humanidad en el mundo antiguo, provocadas por enfermedades que hoy son curables, constituyen verdaderas catástrofes iatrogénicas de la época.
       Los latinos ante eso decían, en la duda abstente y antes de laborar, oraban. Iban del oratorio al laboratorio, porque sentían que ante ciertas enfermedades, precisaban inspiración superior para proceder sin dañar.
       Hoy en día, pese a los antisépticos, anestesia, antibióticos y nuevas técnicas quirúrgicas, la iatrogenia, solamente en un país nada menos que como Estados Unidos, para tener una idea, es la tercera causa de muerte.
       En estas elecciones hemos de decidir en manos de que médico queremos estar, para cortar el círculo vicioso e iniciar un círculo virtuoso, bajo la premisa de ante todo no hacer daño.
       Los blancos no queremos mover las raíces de los árboles, ni vamos a encontrar las grandes alamedas por la que pasa un supuesto hombre nuevo, vamos a plantar por la positiva, un Uruguay mejor, digno y para todos.