domingo, 20 de julio de 2014

Son inveteradas las “desviaciones pequeño burguesas” que tiene el Salamanco.

       Cuando en 2004, toda la oposición decía que Vázquez no tiene programa, estaba diciendo una cosa muy concreta.
       A un candidato por el Partido Socialista, como era Vázquez en ese momento ‑después renunció a su partido‑, pedirle programa significa una cosa, que tiene un carácter muy concreto.
       Lenín tenía un programa en los tiempos de Alexander Kerensky y estaba basado en tres cuestiones básicas: Declararle la paz al mundo y ponerle fin a la Guerra del 14’, estatizar la banca y crear el Soviet o Poder Popular.
       Con esas tres cosas, él iba a regularizar la situación de desquicio que se había generado por la guerra del 14’. En aquella época muchos creyeron que se avecinaba una nueva era, luego hasta el más desavisado comprendió en que pantano se metió el buen hombre.
   Terminó bloqueando su país, le hicieron el cerco capitalista, al estatizar la banca, el rublo perdió valor de cambio y sirvió únicamente allí, hasta el punto en que era mejor cobrar el sueldo en especies que en dinero y el supuesto Poder Popular, el Soviet, una cosa que no tiene legitimidad de origen, ni de ejercicio, -la dictadura del proletariado-, en una dictadura a secas.
       Valentí sabe mucho de eso –en Italia le abrieron los ojos-, y por eso cuando patea, es porque ve, que se viene feo la cosa.
       Nadie que esté en su sano juicio, y se diga socialista puede alegremente afirmar y sostener cualquier cosa, porque de aquel entonces a la fecha, mucha agua corrió bajo los puentes.
       La NEP (Nueva Política Económica) en ruso, vino a plantear una serie de cuestiones nuevas. La burguesía, por más que se la combata, se reproduce. Es terrible. La gente vende y compra y a nadie le gusta que después de una colectivización forzosa, le toqueteen el nido y se le metan en su casa.
       Nepalino, le decían despectivamente, a los que estaban con la NEP. Hoy son todos nepalinos, por algo ya no se ve más el comunista puro y duro, esa bocanada proletaria, todo el día insultando.
       De aquel entonces a la fecha, los países que marcharon al socialismo, no por la vía de la ocupación de las tropas soviéticas, sino porque así lo decidieron, a pesar de los mismos soviéticos, no planteaban el socialismo, sino la transición.
       El Frente Argelino de Liberación, planteaba un programa de transición al socialismo, no el socialismo propiamente dicho.
       Un programa de transición al socialismo, tiene que contemplar al pequeño y mediano productor, al comerciante, al ama de casa, al estudiante, al jubilado, al pensionista, al industrial y fundamentalmente, al comercio exterior. Y además de todo eso, tiene que ser muy consciente, del carácter nacional, que adopta el momento histórico, que los puso circunstancialmente allí.
       Menuda tarea.
       Demasiado para un Ben Bella o un Patricio Lumumba.
    Cuando a un socialista como era Tabaré Ramón Vázquez Rosas, puro y duro, de esos que vino a mover las raíces de los árboles y a pedirle a todo el mundo que cambie, se le pedía programa, no se le estaba pidiendo cualquier cosa. Se le pedía que dijera claramente, cuál era su programa de transición al socialismo.
       Se reunieron con un par de intelectualoides, y entre gallos y media noche, se mandaron una cosa que no tiene nombre. Era como para ir a la escuelita industrial y aprender a mover palancas que ya no existen. Desde el rincón de las arañas, echaban humito. Las casas por suerte, iban a volver a tener zócalos nuevamente.
       La oposición en 2004 dijo una cosa muy cierta, Vázquez no tiene programa y ellos se ofendían.
       Hoy quiere pasarle la factura a los demás, cuando el único programa que tiene es el de Constanza Moreira, el otro, el resumido es que le da rabia a Constanza Moreira, porque dice lo contrario. 
       El Programa que tiene Vázquez de Constanza Moreira y todo el Frente Amplio por aclamación dice así: Pague, pague, pague y el que quiere hacernos creer, dice, solos los grandes estancieros pagarán. Es infantil el juego político que existe entre esta gente.
       Somos un país de apenas 3 millones de habitantes. Pero no nos chupamos el dedo.

       Es bueno que el nepalino de Valenti escuche este tanguito de Gardel. Arismendi desde el cielo -si es que allí se encuentra-, también se lo recomienda.



Putín no quiere, tercer mundistas  miserables.
Decir Brics, no es eructar, estimado Valenti.