Cuando
en 2004, toda la oposición decía que Vázquez no tiene programa, estaba diciendo
una cosa muy concreta.
A
un candidato por el Partido Socialista, como era Vázquez en ese momento ‑después
renunció a su partido‑, pedirle programa significa una cosa, que tiene un
carácter muy concreto.
Lenín
tenía un programa en los tiempos de Alexander Kerensky y estaba basado en tres
cuestiones básicas: Declararle la paz al mundo y ponerle fin a la Guerra del 14’,
estatizar la banca y crear el Soviet o Poder Popular.
Con
esas tres cosas, él iba a regularizar la situación de desquicio que se había
generado por la guerra del 14’. En aquella época muchos creyeron que se
avecinaba una nueva era, luego hasta el más desavisado comprendió en que pantano se metió el buen hombre.
Terminó bloqueando su país, le hicieron el cerco capitalista, al estatizar la
banca, el rublo perdió valor de cambio y sirvió únicamente allí, hasta el punto
en que era mejor cobrar el sueldo en especies que en dinero y el supuesto Poder
Popular, el Soviet, una cosa que no tiene
legitimidad de origen, ni de ejercicio, -la dictadura del proletariado-, en una dictadura a secas.
Valentí
sabe mucho de eso –en Italia le abrieron los ojos-, y por eso cuando patea, es
porque ve, que se viene feo la cosa.
Nadie
que esté en su sano juicio, y se diga socialista
puede alegremente afirmar y sostener cualquier cosa, porque de aquel entonces a
la fecha, mucha agua corrió bajo los
puentes.
La
NEP (Nueva Política Económica) en ruso, vino a plantear una serie de cuestiones
nuevas. La burguesía, por más que se la combata, se reproduce. Es terrible. La
gente vende y compra y a nadie le gusta que después de una colectivización
forzosa, le toqueteen el nido y se le metan en su casa.
Nepalino, le decían despectivamente, a
los que estaban con la NEP. Hoy son todos nepalinos,
por algo ya no se ve más el comunista
puro y duro, esa bocanada
proletaria, todo el día insultando.
De
aquel entonces a la fecha, los países que marcharon al socialismo, no por la
vía de la ocupación de las tropas soviéticas, sino porque así lo decidieron, a
pesar de los mismos soviéticos, no planteaban el socialismo, sino la transición.
El
Frente Argelino de Liberación, planteaba un
programa de transición al socialismo, no el socialismo propiamente dicho.
Un
programa de transición al socialismo, tiene que contemplar al pequeño y mediano
productor, al comerciante, al ama de casa, al estudiante, al jubilado, al
pensionista, al industrial y fundamentalmente, al comercio exterior. Y además de todo eso, tiene que ser muy
consciente, del carácter nacional,
que adopta el momento histórico, que los puso circunstancialmente allí.
Menuda
tarea.
Demasiado
para un Ben Bella o un Patricio Lumumba.
Cuando
a un socialista como era Tabaré
Ramón Vázquez Rosas, puro y duro, de
esos que vino a mover las raíces de los árboles y a pedirle a todo el mundo que
cambie, se le pedía programa, no se
le estaba pidiendo cualquier cosa. Se le pedía que dijera claramente, cuál era su programa de transición al socialismo.
Se reunieron con un par de intelectualoides,
y entre gallos y media noche, se mandaron una cosa que no tiene nombre. Era
como para ir a la escuelita industrial y aprender a mover palancas que ya no
existen. Desde el rincón de las arañas, echaban humito. Las casas por suerte,
iban a volver a tener zócalos nuevamente.
La
oposición en 2004 dijo una cosa muy cierta, Vázquez no tiene programa y ellos se ofendían.
Hoy
quiere pasarle la factura a los demás, cuando el único programa que tiene es el de Constanza Moreira, el otro, el resumido es que le da rabia
a Constanza Moreira, porque dice lo
contrario.
El
Programa que tiene Vázquez de Constanza Moreira y todo el Frente Amplio por
aclamación dice así: Pague, pague, pague y el que
quiere hacernos creer, dice, solos los
grandes estancieros pagarán. Es infantil el juego político que existe entre
esta gente.
Somos
un país de apenas 3 millones de habitantes. Pero no nos chupamos el dedo.
Es
bueno que el nepalino de Valenti
escuche este tanguito de Gardel. Arismendi desde el cielo -si es que allí se encuentra-, también se lo
recomienda.
Putín no quiere, tercer mundistas miserables.
Decir Brics, no es eructar, estimado Valenti.