Mientras
la figura de Boudou es cada vez más impopular en la Argentina y el gobierno
enfrenta una virtual cesación de pagos, en un cóctel explosivo de corrupción y
default, Argentina endurece cada día más su posición hacia Uruguay. Es lo de
siempre, cada vez que están al borde del colapso malvinizan la relación con los
países vecinos.
Ante
esto, el gobierno calla y otorga, no da datos sobre conflictos con Argentina. Hace
la de Cristina y Vázquez; contesta con
un Profundo y Prolongado Silencio (PPS).
En
reciente reunión con el PIT-CNT, el integrante del Secretariado, Fernando
Gambera introduce el tema y tímidamente dice que “Argentina está obstruyendo el
funcionamiento del MERCOSUR”, cuando en realidad no es una simple obstrucción,
un palo en la rueda o un pellizco, sino un boicot a las relaciones bilaterales
que pone en juego tanto, la condición hub del puerto de Montevideo, como más de
400 emprendimientos económicos.
Un
Vázquez por primera vez preocupado, quiere ahora reconstruir el MERCOSUR,
refundarlo, cuando todos sabemos que está refundido.
En
este sentido $endic con la soga al cuello contesta al estilo de Gargano: “Más y
mejor MERCOSUR”.
A
ninguno de estas lumbreras que echan humo por la cabeza, se les ocurrió
discutir sobre las intenciones de Argentina de no utilizar más el canal del
Indio y crear un canal propio de salida al mar. Porque ese es otro golpe al
comercio exterior uruguayo.
Recientemente,
el precandidato nacionalista Luis Lacalle Pou realiza un pedido de informes y
el Ministro de Relaciones Exteriores da la callada por respuesta. Ya le
hicieron un daño terrible al comercio exterior uruguayo, ahora las empresas
navieras podrían verse tentadas a dejar las cargas en los puertos de
complementación argentinos como Bahía Blanca y Quequen y se verían desmotivados
a retornar a Montevideo a buscar los contenedores en tanto tienen la
posibilidad de entrar y salir directo desde y hacia Buenos Aires desde el mar.
El Uruguay queda completamente bloqueado a nivel marítimo.
¡Qué
le hace una mancha más al tigre! ¿Verdad PIT-CNT?
Tienen
delante un país que colapsa y al caer arrastra a su vecino Uruguay y lo único
que les importa es el día de asueto para
los casi 40 mil residentes uruguayos en Argentina que vienen a votar a un país
en el que no viven.
Se
ve que van a reaccionar furiosos contra Argentina, si Cristina les niega el día
de asueto para que vengan a votar. Porque el interés nacional y los temas
fundamentales del comercio exterior uruguayo brillan por su ausencia en la
agenda del partido oficialista que nos gobierna.
Como
son mentes chicas que se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena, no tienen en
cuenta la otra cara de esta situación. Pongamos la hipótesis de que no habría
efecto contagio como en el pasado –cosa por demás discutible porque ya el
comercio uruguayo dejó de ser competitivo para los turistas argentinos y la
relación bilateral afectó a más de 400 empresas que exportan hacia el vecino
país-, ¿Qué va a pasar cuando después del Mundial, Brasil se vea obligado a
devaluar? Ese es el dato clave que está en boca de todos los economistas
serios.
El
brasilero no razona en dólares como los uruguayos y los argentinos; vive y
piensa en reales y si hay un ajuste de la paridad monetaria, como Brasil es un
parque industrial que no depende de los insumos importados, sino que fabrica
todo, hasta un tornillo, al común de la gente, no le cambia nada, no le genera
inflación añadida al ajuste monetario, pero a nivel del comercio exterior para
nosotros, la relación con Brasil se vuelve trágica, porque medido en dólares,
los productores reciben menos, por lo mismo.
Cuando
Brasil devalúa es cuando la campaña uruguaya entra en una crisis que suele
durar como dos años, hasta que la situación se normaliza y en ese lapso de
tiempo, el productor rural no puede campear el endeudamiento en dólares que
tiene, porque la relación comercial le come la tasa de ganancia.
Esto,
que es hoy lo realmente preocupante de la situación, podría ser paliado con una
Argentina en mejor estado, entrando divisas por la vía del turismo, pero todo
indica que el panorama regional se volvió sombrío tanto para el sur de nuestro
país, como para el norte del mismo.
¡No
se dan cuenta que en economía, el que no sabe es como el que no ve y que el
Uruguay necesita volver a la senda que nos trazaron los partidos fundacionales!