lunes, 7 de julio de 2014

La prioridad política en este momento.

       Que el Partido Nacional ha sido el que ante los desbordes del autoritarismo, supo plantarse, pagar las consecuencias de su determinación y decir “hasta aquí llegaste”, es un hecho innegable.
       Que determinadas figuras del adversario fundacional tomaron esas banderas y junto a ellos el Partido Nacional construyó el Uruguay moderno, también hay que decirlo.
       Hoy la cuestión ya no es como en otro tiempo, y por ende, no tiene sentido discutir quien tuvo más mérito en la construcción de la civilidad y la conciencia uruguaya, fundamentalmente, porque con esta gente que hoy nos gobierna, vamos en la dirección a un retroceso muy grande de carácter social, económico e institucional.
       Vamos camino a la época de la balota, el fraude electoral, el látigo de 5 colas, el caballo del comisario, los capangas diciendo “andá votá o no comes”, las tiras de asado arrojadas desde camiones para que la gente vote por el gobierno, el acarreo de votos, es decir, todo aquello por lo cual el Partido Nacional y determinadas figuras importantes del adversario fundacional¸ trataron de que en el Uruguay, no ocurra más.
       El Frente Amplio ha hecho lo que se llama la política de las piaras, que significa en buen romance que de tanto rascarle el lomo al chancho, lograron al final, que gobiernen los chanchos.
       Que ésta es la hora crucial de nuestra historia, en donde se juega el destino nacional y que la prioridad es decirle a estos modernos Sarratea, entre todos, hasta aquí llegaste, no me cabe la más mínima duda.
       Hay un proceso que conduce al autoritarismo y que la sociedad no siempre percibe con la gravedad que suele tener. Es el plato de lentejas, a cambio de toda la suma de poder político.
       Cómo decía J C Brown en Técnicas de Persuasión una vez que compran la aquiescencia de lo más bajo en la escala social, salen a señalar el diablo con el dedo. Porque el análisis político no está a la altura del común de la gente y el juicio fácil de valor cuando se señala el demonio con el dedo, es un cheque al portador, da rédito inmediato.
       El Uruguay, por primera vez en su historia, tendrá que aprender a deshacer el molde fresco de la eterna figura del despotismo, que viene para no irse nunca más. Que se sabe sin razones políticas, que es una máquina de contradecirse y de vivir en las más inconcebible inconsistencias, que no tiene ni razón, ni derecho en su lucha y que solamente, busca medrar con la condicionante histórica que le permitió asomar la cabeza, avanzando para más hasta alcanzar la genialidad de un manejo político diabólico. Todos estamos viendo que al Frente Amplio se le llueve el rancho, por todos lados y sin embargo, desde una soberbia contumaz, se burlan de los demás. Quiere decir, que tienen pensado algo, que suelen ocultar.
       Un día caen, porque como decía Winston Churchill: “Se puede mentirle a mucha gente, durante mucho tiempo, pero no se puede mentirle a tanta gente, durante tanto tiempo”.
       Ese día es una tragedia colectiva que toda la sociedad debe pagar, mientras disparan a refugios financieros pensados para gente así. La sociedad hace la dura y definitiva experiencia de lo que significan.

       Somos apenas 3 millones de habitantes, quiero creer que se equivocaron de país, porque creo que tenemos derecho a merecer un destino de hombres libres.