Esquizofrenia
viene de (esquizo, que quiere decir
corte) y frenia (que quiere decir
mente). Esto significa corte mental, disociamiento de la personalidad.
La persona está como ida, como ausente del
ambiente en que vive, hizo un corte mental con el mundo. Es una patología
claramente introvertida. El individuo se cerró.
Falsa
conciencia, es una definición típicamente marxista, que se da en
aquellos asalariados que piensan como el patrón, tendrían una falsa conciencia,
porque no defienden sus intereses, sino los del otro.
La
dificultad de usar esta definición es obvia, porque acusar a alguien de tener
falsa conciencia, significa que el único que tiene la conciencia auténtica soy
yo.
¿Cuál
es la verdadera conciencia que puedo tener, como para recriminarle a alguien
que tiene la falsa, no la auténtica?
Conciencia quiere decir (saber con). Ser consiente
es entender desde los datos inmediatos de lo que se percibe y saber con eso que
se tiene delante.
Si
yo tengo la verdadera y otro tiene la falsa conciencia de su situación,
entonces soy un iluminado, que vine
a darle la buena nueva a los demás, no solo de cómo deben pensar, sino de lo
que es saber con las cosas; ser consciente
de algo.
Tener conciencia de algo es tener algo en la conciencia. ¿Qué tienen en su conciencia que la hace verdadera, que otros no tengan en la suya?
Tener conciencia de algo es tener algo en la conciencia. ¿Qué tienen en su conciencia que la hace verdadera, que otros no tengan en la suya?
Alienación,
en el sentido clásico del término, quiere decir, extrañar, poner fuera. La
idolatría del becerro de oro, es un caso clásico de poner fuera y extrañar en
un objeto.
La
alienación en nuestro tiempo no refiere exclusivamente a las sectas religiosas,
sino también, a los que idolatran un Estado, un régimen político o lo que sea y
ponen allí todo lo suyo. Por ejemplo: Lo mandan a una purga y él por disciplina, lo acepta. Está años
preso y cuando sale, sigue siendo el mismo, con las mismas lealtades que tuvo,
aunque lo hayan traicionado.
Alienó,
puso fuera, hasta volverse un extraño de sí mismo.
***
Cuando
la gente de Unidad Popular se enfurece con ellos, tiene razón en un punto de su
nostalgia.
La izquierda que a fines de los 60’, comienzos
de los 70’, salía a manifestar por cualquier cosa, era una izquierda
extrovertida que estaba en un estado de exaltación histérica. Querían dar la gran respuesta. Se decía en aquella
época: Si van a hacer algo que será histórico,
entonces que no sea histérico.
La izquierda actual no es extrovertida, es
totalmente cerrada y esquizotimica, Es introversa, versa hacia adentro. Todo se
le complica cuando tiene que dirigirse a los demás; entonces insulta, agrede,
ataca. Como no está en condiciones de hablar con nadie, ladra.
Está
alienada de sí. No le importa la persona que lleva, vota heladera, como quien idolatra
un becerro de oro.
Si
a este cuadro se le agrega el concepto clásico de falsa conciencia en términos
marxistas, uno ve que piensan y
razonan, como si fueran empleados de alguna multinacional, de Soros o de las
grandes corporaciones, en un país de pequeño y mediano comerciante.
La
falsa conciencia, esto es, la pérdida de noción de los propios intereses, se lo
ve en todo. Hay que decirle al delincuente que nos ataca. “Pobrecito”, como dijo
Vázquez. A los copadores de viviendas, hay que mirarlos como una consecuencia
del hecho de que la propiedad en sí, ya es un robo, es el producto del cambio,
de la plusvalía. A los que se meten en una vivienda y se quedan, hay que
observarlos con mucho cuidado, porque las medidas represivas generan por acción
y reacción, consecuencias indeseables. Y todo así.
El
Uruguay no era esto. Pero ahora es fácil de entender por qué en México, por
ejemplo, desde tiempos inmemoriales, cada industrial tiene su porra y en el entorno de las multinacionales, el 20% de la
inversión, se destina a seguridad.
Hay
un interés incluso, en que la gente se muera pasados los 40 años, para que el
sistema jubilatorio no colapse.
No
estábamos acostumbrados, ni tampoco nadie podía sospechar, se ubicara en el
punto político que sea, que este iba a ser un día, el destino cotidiano de los
uruguayos.
No
van para más, porque si bien el Uruguay parece una isla, no lo es y además,
todo el mundo hoy en día, tiene familiares en cualquier parte. Irse no es tan
difícil, como en otro tiempo.
Un
ejemplo de esquizofrenia, falsa conciencia y alienación, todo junto a la vez es
esta ola delictiva que estamos viviendo
en plena campaña electoral. Hasta por razones de sobrevivencia política,
los jerarcas que están en el Ministerio del Interior, que son los encargados de
proceder en este tema, debieran extremar las medidas. Pues no, la culpa la tiene la oposición.
Cualquiera
diría que viven en un mundo paralelo, totalmente disociado de la realidad
cotidiana de la gente –esquizofrenia, corte ambiental-, que están contra sus
intereses –falsa conciencia-, y en estado de alienación, extraños en un mundo que les es ajeno, cuando precisamente, son los que están en el gobierno y deben rendir cuentas de lo que
hacen.
Los
blancos y los colorados, esos sí, tenían que rendir cuentas ¿Verdad? Ellos no, son los esclarecidos, los lúcidos, los iluminados,
los que tienen la verdadera conciencia, y entonces no es de recibo
interpelarlos.
Así
vamos con esta gente.
Bien
mal.
NO
SE DETIENEN y van para más.