El diccionario de la Real Academia
Española hoy registra 1000 palabras que son del español del Uruguay. Si se
tiene en cuenta que existen como 120 mil, se escribe con 60 mil, la prensa
maneja 20 mil y se habla con 1000, el aporte que los uruguayos hicimos al
español no es moco de pavo.
Palabras
como asado, abaratar, babosear, bagayero, botija, son oriundas del Uruguay y
figuran en el Diccionario de la Real Academia Española. Esta riqueza idiomática
que nuestro país ofrece generosamente a la lengua, no cesa nunca.
El Uruguay seguirá siendo jeringón y molestón cada vez que genera
un término nuevo y le obliga a la Academia Española a tomar nota del mismo,
para no quedar desactualizada.
No falta quien diga macanudo con b larga cada vez que aparece una palabra uruguaya, pero
el tema es que desde España se nos observa mucho más de lo que creemos. Lo que
a algunos aquí les parece un mamarracho,
sin embargo es el aporte, que Uruguay le hace, a la riqueza de una lengua viva.
Por tal motivo, creo que habría que
elevar a la Real Academia Española un conjunto de términos nuevos que han
surgido en el correr de estos últimos años.
Conviene usarlos antes de que ellos los
reconozcan oficialmente, porque existe un interés académico en ver si el lugar
que ocupan en la oración les da el carácter de sustantivo, adjetivo o adjetivo
sustantivado. Al usar mucho esa palabra, los académicos pueden determinar si es un tropo
de dicción o de figuración. Debe ser esa la causa por la cual al actual Presi de la Réplica, más de uno quiere nombrarlo Premio Nobel.
Vivir una década con gobiernos maturrangos que todo lo hacen de macaneo en macaneo, mientras la
gente cuando pierde el metejón que
tenía, empieza a junar enojada,
conduce al final a la generación de términos nuevos que enriquecen el
vocabulario, mientras ellos van empobreciendo nuestros bolsillos.
El Uruguay es así, inventa términos desde
el genio lingüístico del castellano, muerde, le dan pa’ tabaco como a quiosquero de parada de ómnibus y mientras
unos se quejan cantando, otros cantan por no llorar.
La gente con los años aprendió a tartajear, esto es, hablar con torpeza
y alterar el orden de las silabas y en vez de decir a los camiones dice a los
mionca.
Hasta los tetones –los tecnócratas-, cuando están en la chupindanga y se sueltan, asombra la boquita que tienen. No
falta quien les diga; “Me extruña,
doctor, me extruña esas cosas de uté”.
La Academia Española en una época en
donde ha crecido la población mundial y el español es el segundo idioma en
importancia ya no faja a nadie con
el diccionario y todos los años incorpora palabras nuevas.
Quiero hacer un pequeño aporte a la
profusa capacidad que tiene nuestro idioma para exornar y embellecer, en forma
florida, nuestra manera cotidiana de expresarnos.
Una de las palabras que se podría
perfectamente incorporar refiere a la actitud artera y alevosa de aquellos que
hacen oposición de mala fe y envenenan el clima moral, generando desconfianzas
por todos lados. Nicolinizar es esa
capacidad de atacar sin pruebas y cuando aparece una, se descubre que fue
falsificada por él.
Nicolinizar
fassanezcamente quiere decir lo mismo, pero con más ganas y todos los días,
a cada rato. Refiere concretamente, al hecho de invertir la carga de la prueba y hacer creer que todo hombre es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Lo
que se recomienda en esos casos es no contestar nada, puesto que la carga de la
prueba la tiene quien acusa y no el acusado Sin embargo, han existido quirimbos que entraron en ese juego
sucio que lo fassanezco implica. El
sentido es muy concreto y estriba en chantajear a cualquiera por cualquier cosa
que se le ocurra, para que le den avisos oficiales a una publicación que es leída
por muy pocos.
En el último mes de la campaña electoral
empiezan a dar manija pa’ la colada. Se
le dice manija –palabra uruguaya-,
porque es el equivalente a dar púa.
Para poder escuchar un disco en las antiguas vitrolas había que darle manija y
ahí la púa comenzaba a funcionar. Se le dice colada porque es muchedumbre solitaria que marcha a la cola
gritando viva, viva.
Mujicanear
es una forma muy antigua de filosofar que existía de la Pampa hasta aquí en los
tiempos del Virreinato y que luego quedó como una actitud muy típica de ciertos
paisanos. Consiste en aturullar a los demás, poniéndose más pesado que mosca de tambo.
Mujicanear es cuando uno dice: “Ni esto, ni lo otro. Exactamente, todo lo
contrario”.
No es un filosofastro, sino más bien, un filósofo al pasto, como los gauchi
políticos en los tiempos de Juan Moreira.
Garganear
significa decir una cosa aquí y otra en las Naciones Unidas hasta poner al
Uruguay en el índex de los países terroristas y cuando se le pregunta a Polo que fue lo que votó el Uruguay, contesta: “No es
este el ámbito para discutir esas cosas”. Es también una forma de burlarse del
Presidente de la República, delante de todo el mundo.
Parece que vivieran en el barrio
Almagro, por donde los aires, ya no son los buenos aires.
Oleskear
es una forma de mentir un día sí y otro también, para justificar el plato de lentejas a cambio de toda la
suma de poder político. Es también una manera de burlarse en una interpelación, de las preguntas que se le hacen.
Votar
heladera
es una forma de definir el tipo de gente que más que ideología, tiene un psiquiátrico
en la cabeza y como las vacas con su cencerro, pequeña y tosca campanita que se
les cuelga a las reses para que el ganadero las identifique, votan a chiflido
de los dirigentes.
Izquierdo
humano es
esa dimensión del ser que suele estar más allá del bien y del mal. Puede
insultar, agredir, patotear y todo lo que se le hace ver lo subleva hasta la descalificación moral. Izquierdo
humano, es aquel que, como en la canción de Mercedes Sosa dice “Pobrecito el
guerrillero” y no se da cuenta, que murió en su ley.
Galeanizar
la discusión, refiere a una actitud emocional que significa azusar ,
incitar, achuchar a los perros para que la embistan desde un fingido complejo de indio, en donde el
individuo asocia como argumentos cosas que no tienen nada que ver con el tema y
vive confundiendo aserrín con pan rallado.
“A la bache”,
es
una expresión muy popular en las barriadas montevideanas de mala muerte; Es una
forma de decir a la base con los bolchi’.
Recuerdo que un cubano exiliado, cuando le preguntaron por qué se fue de Cuba
dijo: “Me cansé de estar en la bashe”.
Hay quienes sienten vergüenza ajena, pero pienso que cada pueblo tiene el
gobierno que se merece y que tendremos que lograr que el castigo de vivir así,
se lo inflijan ellos a sí mismos y a más nadie.
Tabanizar.
El tábano es un animal que te chupa la sangre y te deja el veneno. Los tábanos
son dípteros que poseen sólo dos alas membranosas y no cuatro como el resto de
los insectos. El segundo par de
alas, está transformado en balancines que el díptero lo usa, para controlar la
dirección durante el vuelo.
Su alimentación es sumamente variada, ya
que pueden ser fitófagos, carnívoros, parásitos o saprófagos.
A veces controlan la plaga, otras en
cambio son la misma plaga. El paisano en campaña cuando se encuentra con cosas
así dice: “Depende, es, asigún” y es
verdad porque todavía no está aclarada la filogenia interna de los dípteros.
Tabanizar es una forma más de la viveza
criolla.
Cuando aparecen nuevas expresiones que
aportan al lenguaje, la Academia pide que se las use aunque no estén
autorizadas, porque su popularización hace a la riqueza de asimilación que el
castellano tiene a nivel mundial.