Estando
preso se suelen contraer diferentes enfermedades. Fundamentalmente, por la
promiscuidad. Es duro, y es así.
Pero
hay que considerar que en las cárceles de otro tiempo, los delincuentes, tenían
códigos para actuar.
Hoy
ya no es así. De aquellas “nacas”,
salió hasta un Presidente de la Réplica,
Ministros y jerarcas actuales de toda índole. Lo que quiere decir, que les hizo
bien estar presos.
Mientras
a otros se los acusaba de tener los “ojos
en la nuca”, ellos tenían “los ojos
en la naca”, por eso son superiores a los demás.
Sin
embargo, suele suceder una cosa que es curiosa y muy propia de esta época rara
en la que vivimos; hay gente que contrajo SIDA
político.
Tener
SIDA político es vivir con un
Síndrome –un complejo sintomatológico-, de inmunodeficiencia adquirido. Eso
significa, en buen romance, que son criaturas que pueden morir de cualquier
cosa, de un resfrío, porque no tienen defensas.
Infligirse ese daño a sí mismo, es una
cuestión enteramente personal. Pero querer que toda la sociedad uruguaya tenga SIDA
político, ya entonces, el tema cambia de naturaleza.
Reproducir El Abuso para una sociedad de sopitas bobas, es tentador, pero las
cosas son un poquitito más complejas.
Hay agentes históricos intervinientes, intereses difusos y comercio exterior.
Existe
una cosa que se llama Partido Nacional, el partido de la admirable alarma artiguista.
Ese
es el nudo en la garganta que tienen hoy.
Blanco
es el hombre medio, “el buen blanco”,
el que banca una familia y llega, con dificultad a fin de mes.
El
paisano de a pié, el que actúa cuando se juegan cosas importantes en los
momentos electorales, porque sabe que allí,
es el destino nacional lo que importa.
El
hombre que durante 5 años, se
burlan de él, le dan chicote, no lo respetan en sus opiniones, lo ningunean, lo destratan, le dicen “andá gil, sos blanco”, y él se la fuma
y cuando ve movimiento de urnas; sabe dónde hay que estar y, dónde no.
Tiene
más olfato político, que todos los “totos”
juntos.
Es
todo un problema, el Partido Nacional para esta gente.
No
saben cómo enfrentarlo.
Tuvieron
incluso en su época, para reclutar gente, que disfrazarse de “blancos” y usar al mismísimo Aparicio
Saravia diciendo “Patria pa’ todos o pa’ nadie”.
Sabían
los ideólogos argelinos a la uruguaya, de aquel entonces, cómo moverse en un
contexto, en donde no estaban dadas las
condiciones.
Le
hicieron todo el daño que pudieron al Partido Nacional. Dividieron la familia
blanca y generaron un orden de cosas que no se aguantaba por ningún costado.
El
Uruguay vivió la tragedia política más grande de su historia, entre castristas y castrenses, y el Partido
Nacional tuvo que embromarse, mientras estos cosos pactaban y se ponían de
acuerdo.
Resulta
que vinieron a darla y a liquidarla
y evidentemente, liquidaron todo lo que tocaron e hicieron.
Estaban
jugados, pobrecitos. No sabían dónde
estaban parados en política: estaban en
pedo, en pedo tísico, hicieron como los borrachos, el cuatro y después,
no supieron donde meter el siete. Jugaban, como ahora, al PUTSHISMO.
Hoy,
el Partido Nacional es el único garante de la institucionalidad en nuestro país
y se ve que es eso, lo que estos aprendices bolivarianos, no nos pueden perdonar.
Espero
que este año cierre el Zoológico.