domingo, 8 de junio de 2014

Para tener experiencia los primeros veinte años son duros

       Nunca me gustó confundir deseo con realidad, pero a veces veo señales claras de alejamiento de la gente, en el parque jurásico frentista.
       En la Élite de Poder Charles Wright Mills da a entender que hay un momento en donde las élites por avejentamiento empiezan a distanciarse del estado de ánimo colectivo hasta que llega un punto en donde pierden toda legitimidad en lo que hacen. Eso no quiere decir que automáticamente desaparezcan, porque aquella élite que ha de sustituirlos puede que todavía no tenga la consistencia necesaria para hacerlo. Que una cosa esté pronta para desaparecer no significa automáticamente, que la otra esté preparada para emerger. Pero hay momentos dice Charles Wright Mills en donde se nota y se palpa que algo tiene los días contados.
       Visto de afuera se lo ve con nitidez. Los partidos tradicionales entraron en un proceso de renovación que fue largamente esperado. Lo que está indicando que los liderazgos no se inventan.
       En el Frente Amplio se palpa que debe su existencia como fuerza política a un tipo de gente que no le importa la figura que ponga, puede ser como bien decía Sendic, una heladera. Estamos hablando de gente que en otro tiempo hacía fórmulas electorales “científicas” para “un programa mínimo”. Hoy vota heladera y por eso Sendic es el más votado.
       Lo significativo es el hecho que no fue la juventud quien dio esa respuesta en las internas. A las primarias concurre preferentemente el veterano, la juventud instruida, la mujer politizada. Es esta gente la que desautorizó a toda una dirigencia partidaria que si bien apoya porque no le queda otra, se los ve a todos con cara de trompa. Tienen que remar parejo en una elección en donde se juega el destino nacional y hacerlo para gente que no es del aparato tradicional.
       Lo que ocurre en el Frente Amplio es exactamente lo que no debe sucederle en política a ninguna fuerza que sea opción de gobierno. Llegar a un punto tal de chochez y decrepitud, que además de perder al votante clásico de una interna –tuvo 120 mil votos menos que en las internas anteriores-, los que van a votar en su mayoría desautorizan al parque jurásico en su conjunto y lo obligan por disciplina partidaria –en este caso férrea, rígida y estaliniana- a apoyar gente distinta.
       La interna no es una señal de lo que va a ocurrir en las nacionales, pero da una pequeña pauta –hasta un 37% del electorado- de lo que puede estar ocurriendo en el estado de ánimo colectivo en su conjunto.
       Ante estos nuevos datos de la realidad política la gerontocracia frentista empieza a analizar qué es lo que pudo haber ocurrido y las conclusiones que va sacando demuestran que efectivamente está gaga.
       Como dice el paisano: Un botón basta de muestra.
       Por ejemplo en el Comité Central del Partido Socialista empiezan a analizar y sacan la conclusión de que la culpa la tiene la Secretaría de la Comunicación, por una propuesta que no logró seducir al militante. Pregunto yo: ¿Siguen viviendo en la época en que llevaban de la nariz a la gente, siempre a los bandazos y los lineazos?
       Indudablemente, no están en el siglo XXI, es gente, pre Internet, que cuando compra tablets los usa para picar chorizo al pan.
       También se cuestionó el hecho de que aparecieran 3 consignas diferentes en la campaña. Desde el punto de vista del marxismo y el leninismo del Partido Socialista Uruguayo, tres consignas resulta ser inadmisible, porque era Lenín quien decía que las consignas hay que manejarlas de a una. “Una consigna, ya es todo lo demás”, pero hay que saber dar con eso, es una operación científica muy compleja que no es para cualquiera. 3 consignas están indicando pérdida de dirección, falta de centralismo. Es eso lo que está cuestionando de la campaña
       Una consigna era “Más gestión, más hechos”
       Otra “Una manera de hacer izquierda”
       Otra “Rumbo, convicción y confianza”.
       No haber dado con la consigna centralizadora para este momento comicial es lo que lo conduce al Comité Central de este partido a un análisis de lo que ocurre, porque evidentemente hay tres tendencias diferentes, los que quieren marcar un perfil como hombres de gestión que realizan cosas, los que reivindican la ideología desde una manera sui generis de posicionarse en la izquierda y el leninista puro, el que quiere rumbo, convicción, confianza, fuerza moral y ausencia de timideces.
       Hasta ahora, aunque Tabaré Vázquez se fue de dicho partido por el tema aborto, se han vivido pegando a él y en cada intervención en cuanto Congreso ha existido, el delegado socialista al opinar siempre dice: “Cómo dice Tabaré”.
       Tabaré Vázquez es el único caso de disidente político que tuvo la suerte de ser reivindicado constantemente por el aparato del Partido Socialista. Lo que está indicando ausencia de liderazgos internos. Tienen que apoyarse en el liderazgo de alguien que se les fue de allí.
       Otra que no tiene desperdicio:
       Se ponen a analizar la diagramación de las listas y como son todos expertos en tipografía y artes gráficas –ahí llevan desde chiquitos el núcleo central de las grandes diferencias internas-, constatan –ahora se dan cuenta- que las listas impresas son las más feas en la historia del partido. Resulta que el borde negro sobre la letra blanca dificultaba la lectura. ¿Saben ellos también lo que estaban votando?
       Darse cuenta de eso ahora, para verdaderos expertos en afiches, publicaciones y artes gráficas, está indicando que otra mirada los cuestiona cuando miran a ras de tierra lo que hasta ayer miraban desde el aire.
       Un ejemplo claro de que estaban volados es el hecho de utilizar para la publicidad –con todo lo que cuesta la propaganda televisiva-, un spot que había sido utilizado en 2009 y el que hablaba era el ex ministro Álvaro García, en lugar del senador Daniel Martínez que encabezó la lista.
       Cualquiera diría que además de ser un partido sin secretaria ejecutiva que controle lo que se hace, tiene internamente una mano negra, pero no es así, es la mano la que se viene negra.
       Le pasó lo mismo que a los aviadores en la época de Cesáreo Berisso, cuando los primeros aviones tomaban una nube, muchas veces el aviador perdía la noción de altura y se terminaba estrellando contra una columna. Evidentemente, se vino a pique y el iluminado de Yerú Pardiñas al ver eso dice “hay que tener un trabajo territorial de mayor impacto”, porque el impacto es estrellarse contra varias columnas: la de las consignas, la letra ilegible de las listas y un spot que no postula a quien tenía que ser.
       Es demasiado ¿Verdad?
       Este es un claro indicador de chochez, avejentamiento y esclerosis política.
       Estamos hablando de un partido, de la importancia del socialista dentro del Frente Amplio, que es el que apadrina a Vázquez porque de allí vino y que logró poner en la Presidencia a una representante de su espacio político. No es un grupúsculo, tipo PVP, medrando con  Constanza Moreira, para crecer un poco.
       El PS tiene el Príncipe de La Teja, y la Infanta Xavier, Duquesa del Cambalache.
       Si un partido que más que en el vértice, está en el vórtice de las decisiones políticas que adopta el Frente Amplio en su conjunto da ésta respuesta de ineptitud, allí en donde se juega su existencia, quiere decir que estamos ante un claro indicador de chochez política.
       El socialismo ya estaba muerto en el 90’ cuando Vázquez gana la Intendencia de Montevideo.
       Vivió un proceso que se puede resumir así:
       Primera época: Uno dice “hay que agarrar las armas” y el otro le contesta “En esta instancia no se dan las condiciones”. Es la época de Trías, José Díaz, Eduardo Galeano y Gargano.
       Segunda época: De Seregni para abajo todos dicen: “No va la cosa” y el partido socialista contesta: “Pero podemos”. Es la época del Taba, el tábano.
       Tercera época: Uno dice “Vamos bien” y otro contesta “Bien mal”. Es la época de Mónica Xavier y Yerú Pardiñas.

         ¿No se dan cuenta que son una especie en extinción, que una situación anómala en el Uruguay al victimizarlos, les prolongó su agonía, más allá de los límites naturales bajo el cual las especies viven en el planeta?