Lo he venido diciendo en anteriores post
cuando se iniciaron las encuestas de cara a la campaña electoral. Los sondeos
de opinión abusan de la falta de cultura científica de la clase política. Una
estadística deductiva no tiene importancia. Saber que tal candidato tiene un
tanto por ciento, no expresa, ni significa nada. La estadística empieza a tener
sentido cuando se hace una inferencia y se puede tener una hipótesis tentativa
de trabajo. Para eso el encuestador tiene que dar la razón crítica de lo que está tratando de medir y determinar.
En el caso de las encuestas de cara a
las primarias hay un hecho que llama significativamente, la atención. Se
equivocaron en la interna más reñida de todas, la que le daba sentido a las
primarias. Porque de los otros partidos, votos más o votos menos, ya se sabía
el resultado.
Equivocarse a boca de teléfono es una
cosa, pero seguir en el error a boca de urna es otra bien diferente. Decir que
se equivocaron a boca de urna porque en la tarde vino a votar gente muy joven
que cambió la intención de voto que tenían proyectada, es cuanto menos, una
verdadera tontería. Decir, como están diciendo ahora, que las internas tienen
un final abierto y por eso son muy difíciles de determinar, en cambio las
nacionales como tienen un final cerrado son más sencillas de registrar y que es
en realidad una falencia técnica que probablemente, será superada en el 2019,
es tomarle el pelo a la gente. Digo yo: ¿Se puede ser más cínico y mentiroso?
¿No se dan cuenta que le hicieron una
cama a Larrañaga? Sabían perfectamente que Luis le ganaba por lejos y le
vendieron una pastilla que lamentablemente, el candidato nacionalista tragó.
No
es nada improbable que a Vázquez le hagan lo mismo, ocurre que ahora es
demasiado poco creíble lo que digan las encuestas y nadie se traga la pastilla.
En el Frente ya están abriendo el paraguas y Álvaro Garcé, dice que él ahora
dice lo que antes decía que no decía. Puede pasar cualquier cosa y, por ende,
se pone a darle consejos a la oposición sobre cómo mejorar su performance.
Pienso que las empresas que hacen
sondeos de opinión tienen todo el derecho del mundo a realizar su trabajo como
lo consideren oportuno. El Uruguay es un país libre y nadie puede negarles la
libertad de opinar que ellos también tienen. Lo que si se debe hacer es
prohibir la publicidad de los resultados de las encuestas 60 días antes de un
acto comicial, porque si bien es cierto que tienen derecho a trabajar como lo
consideren correcto, no tienen derecho a ser un factor de alteración del mapa
político, brindando opinión malintencionada y perjudicando con eso, a los
candidatos que les creen.