sábado, 14 de diciembre de 2013

Hace tiempo que sufrimos la suerte reculativa.



       Estamos ante un gobierno que reconoce que no sabe cómo controlar a las barras bravas, pero que si sostiene que sabe cómo enfrentar al narcotráfico.
       Un gobierno que le genera en este momento a las farmacias el pánico colectivo de volverlas vulnerables a todo tipo de desmanes para obtener la marihuana. Que además, no les deja la opción de determinar si la venden o no, sino que les impone la venta a la fuerza.
       Una mayoría ensoberbecida que no le importa crear un nuevo monopolio sin las mayorías constitucionales necesarias, pero que sí permite que Brasil participe fiscalizando que es lo que aquí se hace.
        No es, como alguno pudiera creer una coherencia en la incoherencia, sino una consecuencia de toda una política. Era Fidel Castro quien sostenía que había que meter la droga para descomponer el sistema.
       Ahí está el centro de tanta inconstitucionalidad a sabiendas y de la marihuana como corolario.
       La vida a veces dice cosas a pesar de la intención del que quiere decir algo.


Uruguay recula, se está diciendo en verdad.


       Uruguay recula, se está afirmando en el fondo, como un meta mensaje, más allá del mensaje. Y es un hecho, como diría José Hernández en su Martín Fierro, “que hace tiempo que sufrimos, la suerte reculativa”.
       Pronto veremos avisos económicos de este tipo;



       Porque lo único que están creando, con la normativa monopolista, es la submafia de los distribuidores autorizados.












Por algo Castro dijo que son flor de revolucionarios y que mejor no los imiten. 
El médico mal amigo, ¿Qué conversó con Castro o el doble de Castro?
La campaña electoral sale cara ¿Verdad? y una reforma de la Constitución sin acuerdos políticos es casi imposible ¿Verdad?