Estados
Unidos está viviendo una crisis de carácter político, generada esencialmente
por dos actitudes equivocadas.
Se
equivocan los republicanos cuando no comprenden que la reforma de la salud lo
que busca es un mayor nivel de equidad en la asistencia médica a la población y
también se equivocan los demócratas cuando no quieren entender que no es
sobrecargando de impuestos una economía que está iniciando, lentamente, el
proceso de su recuperación.
Obama
se queja de la intransigencia republicana, pero pierde de vista que ha habido
una intransigencia demócrata de tirar manteca al techo a expensas del
contribuyente, al punto del vaciamiento de los recursos, en un dale que va, que
ahora hace crisis. En el fondo, la actitud republicana, pese a que es impopular
es la más coherente de todas, porque está llamando las cosas a la hora de la verdad.
En
economía no existen milagros. No se puede tomar la maquinita impresora de
dólares y empapelar la economía como hizo Obama y seguir en un desprecio de
clase contra los hombres que generan riqueza y puestos de trabajo. Ya había un
déficit fiscal muy grande cuando asumió Obama y en vez de combatirlo, lo único
que supo hacer fue acentuarlo. Es algo
que tiene que terminar, sea cual sea el estado de ánimo de gente que le parece
bien solamente, lo que circunstancialmente, le favorece. Los democrátas, si están en su sano juicio, no pueden creer que el asistencialismo es la solución a todos los problemas.
El
tema de la salud en realidad es la gota que colma el vaso de agua, no porque el
Obamacare, carezca de validez, sino porque esa actitud generosa a expensas del
bolsillo de los que generan riqueza ha sido su actitud permanente ante todos
los temas, como si la maquinita impresora de dólares resolviera mágicamente las
dificultades.
EE.UU
va a salir de esta crisis, por otras causas ligadas al control de los planes de
investigación y desarrollo desde los cuales concebimos la tecnología actual,
que es la generadora de valor por excelencia a nivel mundial. Pero no es ese el
tema. Lo preocupante es tener un gobierno dirigido por un resentido social que
hace la de Perón, la del Frente Amplio y la del populismo latinoamericano,
siempre bueno a expensas del bolsillo ajeno. Ese es el tema. Esto es creo, lo
que se termina hoy en día. No se puede ser tan “bueno” como para dejarle a la
Reserva Federal Norteamericana, 30 mil millones de dólares, el equivalente a la
deuda externa uruguaya de fondos. Se necesita una dosis de algo más que simple “bondad”
como para llevar a la economía a ese límite. En eso los republicanos están en
lo justo. En lo que se equivocan es en lo que se busca recortar.
Observése
este hecho simplemente. En un momento en donde Estados Unidos está cuestionado
por el tema de Snowden, dejar sin empleo, aunque sea por un par de días, al 70
por ciento de los espías es algo realmente, temerario. Porque esa gente que hoy
queda sin trabajo, a partir de ahora ha de poner violín en bolsa y temerosa de
una situación de virtual cesación de pagos en la economía, lo que ya desde ahora
tiene pensado hacer, es trabajar para el
mejor postor. Cómo pedirle lealtad a la nación a gente que hoy se la está
dejando sin trabajo y mañana, aunque lo recupere siempre ha de tener la espada
de Damocles de poder perderlo. ¡Qué estabilidad laboral tiene un espía para
poder serle fiel a un país que en cualquier momento puede dejarlo sin trabajo!
Creo
que se llegó a un punto peligroso, en donde la vulnerabilidad de Estados
Unidos, de ahora en más, cada día ha de ser más grande. ¡Es tan difícil darse
cuenta que no es acogotando a impuestos al sector privado y haciendo de la
recesión una depresión, como entender que no es suficiente los gastos en
defensa militar, si se subestima la logística y la inteligencia!
Es
evidente que las posiciones entre republicanos y demócratas están enquistadas y
abroqueladas más allá de toda ponderación. Es también obvio que los
republicanos tienen una poderosa razón para obrar así; el tema es que en
política no alcanza con tener razón, hay que saber organizarla la razón y así
encarada la disputa, el daño que se le está haciendo a la economía y a la
seguridad nacional es demasiado grande.