En
la Intendencia de Montevideo estamos viviendo una verdadera orgía con los
recursos del contribuyente.
Mientras
la recaudación aumenta en el año 2012 en U$S 55 millones, sube sin embargo
también el déficit. En su rendición de cuentas se nos dice que la recaudación
subió de 547 millones de dólares a 602 millones, pero resulta que a la vez el
déficit trepó de 92 millones de dólares a 134 millones. Lo que significa que
mientras cada vez pagamos más, en el mismo momento se gasta mucho más y el
nivel de endeudamiento es mayor.
Estamos
hablando de una Intendencia en donde los jerarcas que son removidos por
cuestionamientos en sus funciones siguen ocupando cargos en la administración
municipal y en algunos casos en puestos de dirección que no existían
anteriormente. Lo que significa en buen romance que el precepto constitucional de que el funcionario es para la función y no la función para el funcionario, está visiblemente invertido.
Una
Intendencia que cuenta con 8.000 funcionarios y 1.000 vehículos, lo que da una
relación, con un promedio de un vehículo cada 9 funcionarios, de los cuales 871
son propiedad de la Intendencia y el resto contratados.
La
argumentación que se ofrece es de una debilidad argumental que la vuelve
insostenible, se sostiene que este descontrol viene dado por las obras
realizadas en el “corredor Garzón”, en donde la repavimentación apenas llegó a
las 20 cuadras y hubo aturullamiento del tránsito con dificultades de diversa
índole para los peatones.
Lo
que la Intendencia de Montevideo gastó por la vía de las inversiones es tan solo el
25% del presupuesto, en tanto el otro 75% se va en sueldos, horas extras y
gastos de funcionamiento. Las inversiones se llevaron sólo el 25% del
presupuesto, mientras que entre sueldos y gastos de funcionamiento se evapora
el otro 75%. Todo esto se da en el marco de un transporte público que es caro y
es lento, de basurales endémicos cada vez más grandes, de ausencia de
iluminación y de una ciudad plagada de carritos interfiriendo el tráfico.
Estamos
hablando de una Intendencia que tiene una voracidad fiscal al parecer
insaciable, que según su Balance de Ejecución Presupuestal recaudó 11 millones de dólares en concepto de
multas de tránsito aplicadas en 2012, que por infracciones de tránsito los
inspectores de la Intendencia reportaron US$ 10.305.000 en 2012 y por vehículos
que circularon con la patente impaga US$ 2.600.000.
El
guinchado de vehículos, del que se hace cargo la Cooperativa 31 de Enero aunque
también, pero en mucho menor grado la comuna, le reportó a la Intendencia unos
US$ 2.600.000. A lo que hay que agregarle la venta de tickets por el
estacionamiento tarifado durante 2012, que le reportó a la Intendencia US$
3.500.000.
Por
si fuera poco con esta furia para recaudar, está prevista la creación de 90
nuevos cargos de conducción, con sueldos que en algunos casos llegan a los
$ 90.000 por mes.
Estamos
verdaderamente en un gran carnaval electoral, que con total desparpajo se
levanta ante una sociedad como la montevideana, que recién ahora se está
recuperando del golpe que significó el triunfo del Frente Amplio.