miércoles, 5 de junio de 2013

La puja distributiva y el barril de pólvora de la economía uruguaya



        Como lo vengo analizando en post anteriores todo confirma cual ha de ser la estrategia y la orientación política del próximo gobierno de ganar el Frente Amplio en el 2014.
        En política se puede tener cualquier ideología, pero en economía dos más dos son cuatro, gobierne quien sea.
        El Frente Amplio es de las raras fuerzas políticas que quedan a nivel mundial que logró entender que dos más son cuatro, luego de un penoso y larguísimo proceso de purga interno.
        Esto no es algo agresivo de mi parte, como si gratuitamente me pusiera a decir una cosa por otra. Es un hecho constatable a cada paso y en cada momento de la historia política de esa fuerza. Se lo ve en cada circunstancia, al punto que cuando el sector radicalizado toma la delantera, todo el país se eriza horrorizado.
        Como siempre para calmar a un sector empiezan con una guerrita que saben perfectamente que es insostenible y en filas de los partidos, comunista y socialista, toman la educación, la salud y la vivienda como cortinas de humo. Los sindicatos de pantalla COFE y el SUNCA piden mayores recursos en la próxima Rendición de Cuentas, porque no quieren hacer el ridículo que sus dirigentes les hacían hacer en otra época, en donde salían a protestar y acampar y a movilizarse en torno al Palacio Legislativo, justamente en el año electoral, cuando la Constitución, precisamente, prohíbe incrementar el presupuesto. Movilizarse por aumento presupuestal en el año electoral, era la idea fuerza que le venía a las maravillas al partido comunista, socialista y sus alrededores para que quedara claro fehacientemente, en gente ignorante de la Constitución, lo malo que son los blancos y los colorados. Hoy reclaman en la última rendición antes del año electoral, pero se comportan como si las rendiciones anteriores no hubieran existido. Saben que el gobierno no les puede dar nada por otra causa diferente: Darle a uno, por más razón que tenga, es prender la mecha del barril de todos los reclamos. Es iniciar la puja distributiva que como hemos visto claramemente en el manejo que hace el Frente, termina siendo una lucha de pobre contra pobre.
          Ahora son gobierno y no los unifica un enemigo externo sino la fiebre de cargos. Lo de Amodio, pero sin armas, es un poroto al lado de las pujas sindicales que los partidos, comunista y socialista, libran. No se trata hoy de matar físicamente a otra persona, sino de lincharlo políticamente en la interna. La técnica es muy simple y consiste en decir: “Este es un gobierno muy bueno que ha logrado avances importantes. Queremos profundizar los cambios y dar un paso más.” Y allí empieza la rebatiña entre los quedantes –los que quieren quedarse- y los profundizadores, los que están para más.
        Los quedantes miran para atrás y se adjudican todo, incluso lo que antes les criticaban a los partidos tradicionales, los profundizadores también miran el pasado y dicen que por eso mismo hay que seguir avanzando.
        Cuando vemos alguien del Frente Amplio que discute con los partidos tradicionales, a buen seguro, es un quedante, en cambio si vive de internismo a los codazos, es un profundizador.
        En todos los temas no económicos, como son las cuestiones del aborto o del matrimonio homosexual, ganan los profundizadores, pero cuando se entra en economía, ganan siempre los quedantes y si en algún tema se cuela el profundizador inmediatamente dan marcha atrás.
        El profundizador de hoy, se sabe, es el quedante de mañana y se dan situaciones en donde, por ejemplo, el Partido Comunista, quedante en la Intendencia con brutales conflictos sindicales contra él, como si fuera un habitante aéreo es profundizador en todos los demás lados. El partido socialista, quedante en el gobierno anterior, resulta que ahora es profundizador y como no quiere problemas económicos con Vázquez se limita a criticar “el consumismo”, perdiendo de vista que si la gente no consumiera, tampoco habría trabajo.
        El profundizador, cuando entra en rebatiña interna con el quedante por cuestiones presupuestales, si bien se descuelga con un despropósito, tiene un mérito: Pone el dedo en el ventilador.
        Es lo que está ocurriendo ahora.     
       El planteo de aumento de impuestos a las empresas y la rebaja del IRPF que impulsa COFE surge del Centro de Estudios José D`Elía y del sindicato de la construcción (Sunca). Están muy contentos porque el SUNCA alcanzó la cifra de 40 mil afiliados, COFE tiene 23 mil. El SUNCA cuando moviliza logra 20 mil activistas y COFE cuando decreta paro general tiene uno de los más grandes record de acatamiento. Eso les da una fuerza muy grande cuando se sientan a discutir.
        La Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), como vimos en el post anterior se pliega al reclamo y pide más espacio fiscal con los mismos propósitos.
        Alfredo Asti de Asamblea Uruguay les dice que: “a veces resulta tentador decir que un aumento de impuestos financia tal cosa, sin mirar los efectos deseados y no deseados que puede provocar una modificación tributaria".
        La propuesta está siendo analizada en el marco de una discusión programática. En la rara jerga a las que nos tiene acostumbrado el Frente Amplio, cuando una discusión es programática cambia de ámbito, deja de ser puntual y se convierte en central. Si es puntual es para esta Rendición de Cuentas, pero si es central, o sea, programática, es un tema para el próximo gobierno.
        Como Asti razona centralmente en términos programáticos no discute el reclamo concreto y entonces dice que el aumento de impuestos puede ser a veces "peor remedio que la enfermedad", considerando que es un tema delicado que debe analizarse con tiempo suficiente y no se puede "cobrar al grito".
        El diputado Víctor Semproni –ex sindicalista- (Espacio 609) dice que no está de acuerdo con el incremento de impuestos durante este gobierno, porque hubo una promesa electoral de la coalición de no realizar cambios y dijo que si es necesario subir los tributos se deberá instrumentar en el próximo período. Sobre los reclamos sindicales, venimos a enterarnos por  Semproni, algo que hubiese sido mejor saberlo antes, que las partidas que fueron asignadas y no utilizadas pueden ser ahora redistribuidas.
        Mientras apagan la mecha de la bomba de tiempo que tienen por delante, producto de haber agobiado impositivamente a la población para el más absoluto y descarado gasto público, la Comisión de Programa de Economía de esa fuerza política, echa humo y en un documento dice que: "existe una idea no consensuada sobre la posibilidad de aumentar la base impositiva; dentro de los que la entienden viable no existe acuerdo sobre el volumen del aumento posible ni tampoco sobre cuáles deberían ser las innovaciones en la estructura de los impuestos”. El tema de fondo es que no saben a quién meterle la mano en el bolsillo y empiezan buscando ver si pasan de impuestos directos para disminuir los tributos indirectos a otras medidas como la desaceleración de los ingresos de capitales, con impuestos a las transacciones financieras, la colocación de tributos a las exportaciones de algunos bienes (por ejemplo de granos), la generación de un Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE) de carácter progresivo y la suba de impuestos a bienes suntuarios.
        Aquí se ve con nitidez el penoso esfuerzo que tienen que hacer desde el gobierno los que piensan que decir que dos más dos son cuatro es cosa de reaccionario o derechista, pero también se ve claro, a donde vamos a ir a parar con un próximo gobierno profundizador.