Como
lo vengo analizando en post anteriores todo confirma cual ha de ser la
estrategia y la orientación política del próximo gobierno de ganar el Frente
Amplio en el 2014.
En
política se puede tener cualquier ideología, pero en economía dos más dos son
cuatro, gobierne quien sea.
El
Frente Amplio es de las raras fuerzas políticas que quedan a nivel mundial que
logró entender que dos más son cuatro, luego de un penoso y larguísimo proceso
de purga interno.
Esto
no es algo agresivo de mi parte, como si gratuitamente me pusiera a decir una
cosa por otra. Es un hecho constatable a cada paso y en cada momento de la
historia política de esa fuerza. Se lo ve en cada circunstancia, al punto que
cuando el sector radicalizado toma la delantera, todo el país se eriza
horrorizado.
Como
siempre para calmar a un sector empiezan con una guerrita que saben
perfectamente que es insostenible y en filas de los partidos, comunista y socialista,
toman la educación, la salud y la vivienda como cortinas de humo. Los
sindicatos de pantalla COFE y el SUNCA piden mayores recursos en la próxima
Rendición de Cuentas, porque no quieren hacer el ridículo que sus dirigentes
les hacían hacer en otra época, en donde salían a protestar y acampar y a
movilizarse en torno al Palacio Legislativo, justamente en el año electoral, cuando
la Constitución, precisamente, prohíbe incrementar el presupuesto. Movilizarse
por aumento presupuestal en el año electoral, era la idea fuerza que le venía a
las maravillas al partido
comunista, socialista y sus alrededores para que quedara claro fehacientemente,
en gente ignorante de la Constitución, lo malo que son los blancos y los
colorados. Hoy reclaman en la última rendición antes del año electoral, pero se comportan como si
las rendiciones anteriores no hubieran existido. Saben que el gobierno no les
puede dar nada por otra causa diferente: Darle a uno, por más razón que tenga, es prender
la mecha del barril de todos los reclamos. Es iniciar la puja distributiva que como hemos visto claramemente en el manejo que hace el Frente, termina siendo una lucha de pobre contra pobre.
Ahora son gobierno y no los unifica un enemigo
externo sino la fiebre de cargos. Lo de Amodio, pero sin armas, es un poroto al
lado de las pujas sindicales que los partidos, comunista y socialista, libran.
No se trata hoy de matar físicamente a otra persona, sino de lincharlo
políticamente en la interna. La técnica es muy simple y consiste en decir: “Este es un gobierno muy bueno que ha logrado
avances importantes. Queremos profundizar los cambios y dar un paso más.” Y
allí empieza la rebatiña entre los
quedantes –los que quieren quedarse- y los
profundizadores, los que están para más.
Los
quedantes miran para atrás y se
adjudican todo, incluso lo que antes les criticaban a los partidos
tradicionales, los profundizadores
también miran el pasado y dicen que por eso mismo hay que seguir avanzando.
Cuando
vemos alguien del Frente Amplio que discute con los partidos tradicionales, a
buen seguro, es un quedante, en cambio si vive de internismo a los codazos, es
un profundizador.
En
todos los temas no económicos, como son las cuestiones del aborto o del
matrimonio homosexual, ganan los profundizadores, pero cuando se entra en
economía, ganan siempre los quedantes y si en algún tema se cuela el
profundizador inmediatamente dan marcha atrás.
El
profundizador de hoy, se sabe, es el quedante de mañana y se dan situaciones en
donde, por ejemplo, el Partido Comunista, quedante en la Intendencia con
brutales conflictos sindicales contra él, como si fuera un habitante aéreo es
profundizador en todos los demás lados. El partido socialista, quedante en el
gobierno anterior, resulta que ahora es profundizador y como no quiere
problemas económicos con Vázquez se limita a criticar “el consumismo”,
perdiendo de vista que si la gente no consumiera, tampoco habría trabajo.
El
profundizador, cuando entra en rebatiña interna con el quedante por cuestiones
presupuestales, si bien se descuelga con un despropósito, tiene un mérito: Pone
el dedo en el ventilador.
Es
lo que está ocurriendo ahora.
El
planteo de aumento de impuestos a las empresas y la rebaja del IRPF que impulsa
COFE surge del Centro de Estudios José D`Elía y del sindicato de la construcción
(Sunca). Están muy contentos porque el SUNCA alcanzó la cifra de 40 mil
afiliados, COFE tiene 23 mil. El SUNCA cuando moviliza logra 20 mil activistas
y COFE cuando decreta paro general tiene uno de los más grandes record de
acatamiento. Eso les da una fuerza muy grande cuando se sientan a discutir.
La
Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), como vimos en el post anterior se
pliega al reclamo y pide más espacio fiscal con los mismos propósitos.
Alfredo
Asti de Asamblea Uruguay les dice que: “a veces resulta tentador decir que un
aumento de impuestos financia tal cosa, sin mirar los efectos deseados y no
deseados que puede provocar una modificación tributaria".
La
propuesta está siendo analizada en el marco de una discusión programática. En
la rara jerga a las que nos tiene acostumbrado el Frente Amplio, cuando una
discusión es programática cambia de ámbito, deja de ser puntual y se convierte
en central. Si es puntual es para esta Rendición de Cuentas, pero si es
central, o sea, programática, es un tema para el próximo gobierno.
Como
Asti razona centralmente en términos programáticos no discute el reclamo
concreto y entonces dice que el aumento de impuestos puede ser a veces
"peor remedio que la enfermedad", considerando que es un tema
delicado que debe analizarse con tiempo suficiente y no se puede "cobrar
al grito".
El
diputado Víctor Semproni –ex sindicalista- (Espacio 609) dice que no está de
acuerdo con el incremento de impuestos durante este gobierno, porque hubo una promesa electoral de la
coalición de no realizar cambios y dijo que si es necesario subir los
tributos se deberá instrumentar en el
próximo período. Sobre los reclamos sindicales, venimos a enterarnos por Semproni, algo que hubiese sido mejor saberlo antes, que las partidas que fueron asignadas
y no utilizadas pueden ser ahora redistribuidas.
Mientras
apagan la mecha de la bomba de tiempo que tienen por delante, producto de haber
agobiado impositivamente a la población para el más absoluto y descarado gasto
público, la Comisión de Programa de Economía de esa fuerza política, echa humo
y en un documento dice que: "existe una idea no consensuada sobre la
posibilidad de aumentar la base impositiva; dentro de los que la entienden
viable no existe acuerdo sobre el volumen del aumento posible ni tampoco sobre
cuáles deberían ser las innovaciones en la estructura de los impuestos”. El
tema de fondo es que no saben a quién meterle la mano en el bolsillo y empiezan
buscando ver si pasan de impuestos directos para disminuir los tributos
indirectos a otras medidas como la desaceleración de los ingresos de capitales,
con impuestos a las transacciones financieras, la colocación de tributos a las
exportaciones de algunos bienes (por ejemplo de granos), la generación de un
Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE) de carácter
progresivo y la suba de impuestos a bienes suntuarios.
Aquí
se ve con nitidez el penoso esfuerzo que tienen que hacer desde el gobierno los que piensan que decir que dos más
dos son cuatro es cosa de reaccionario o derechista, pero también se ve claro,
a donde vamos a ir a parar con un próximo gobierno profundizador.