Quienes
hemos conocido la materia Estadística en nuestro tiempo de estudiante, sabemos
que se le dice estadística porque es la ciencia del Estado. Es éste, con la
información que maneja, quien está en condiciones de hacer estadísticas sobre
los diversos rubros que hacen a la gestión del manejo de los asuntos públicos.
Hoy,
gracias al paquete de Office, y fundamentalmente una de sus aplicaciones como Excel,
es muy fácil, una vez que se tienen los datos obtener la media, la mediana y el
modo, incluso en visualizaciones gráficas de diversa naturaleza para facilitar
la comprensión.
En Estadística existen tres niveles diferentes
de análisis: la estadística deductiva, la teoría de la probabilidad, y la
estadística inferencial.
La
deductiva es la que menos importancia tiene. Es aquella que nos dice que Fulano
tiene un 10%, Mengano un 15% y Pérez Mengano un 48% y así sucesivamente. La
estadística deductiva es la parte más insustancial de todas, porque no dice
nada.
La
teoría de la probabilidad es más importante, puesto que implica un cálculo
acerca de qué probabilidad tiene una cosa o alguien de obtener el resultado que
busca.
La
parte fundamental de la estadística es la inferencial, porque es la única que
habilita una hipótesis de trabajo válida para operar en el proceso de decidir.
La Estadística Inferencial no es cualquier tipo de conocimiento, sino información
para la toma de decisiones.
La
informática –su nombre deviene precisamente del uso que las grandes empresas
comenzaron a darle a la estadística inferencial-, como la palabra lo dice es
información, pero no de cualquier tipo, sino de aquella que deviene de la
cuantificación de los datos que se analizan.
Gracias
a la informática el clásico balance de resultados y el de situación, si bien se
optimizaron y hoy ya no existen más comercios que a determinada altura del año
ponen aquel cartelito de “Cerrado por Balance”, pasaron a segundo plano desde
el punto de vista conceptual y la cuenta mercadería –que era el gran agujero
negro de todas las contabilidades- se convirtió
en esencial no sólo para una política de stock empresarial, sino para
estudios mercadotécnicos particularizados. Con la informática nace propiamente
dicho la mercadotecnia, porque cuantificadas las cosas a nivel de existencia se
pudo encontrar en cada caso la razón crítica por la cual un producto es exitoso
y otro no.
Lo
más difícil en estadística es saber hacer una inferencia, porque eso implica el
cálculo de chicuadrado y encontrar la razón crítica de una cosa.
Realmente,
nunca entendí por qué, el sistema político que paga tan caro las estadísticas,
cuando llega el período electoral, se conforma con la meramente deductiva. Cada
cual quiere saber qué porcentaje de votos ha de obtener en el conjunto global
de votantes y a nadie le importa la razón crítica por la cual es votado.
Hacer
de la estadística deductiva un centro es tomarles el pelo a los demás y como
uno lo ha venido viendo elección tras elección, es una forma de mentir con
números y hacer política a favor del que gobierna. Dejan contento al gobierno
de turno y le dan un tirón de orejas a la oposición para que no caiga en los
clásicos errores del triunfalismo.
Para
salvar el prestigio de la empresa a último momento “embocan”, cuando cualquiera
a ojo de buen cubero ya sabe quién es quién en el nuevo escenario político.
Si
se tiene en cuenta que el sistema político uruguayo, merced a la nueva Constitución
que nos rige es un verdadero manual de ciencia política, cualquiera que compre
un diario todos los días desde mediados del año previo a los diversos comicios
puede calibrar con entera precisión como van a ser las cosas.
En
el proceso hacia las internas vota el partidizado, el núcleo duro de cada
partido. Esa es la causa por la cual suelen triunfar las posiciones más
definidas, porque al sectorizado no le gustan las medias tintas. Luego vienen
las parlamentarias y allí la captación de votos es hacia todo el espectro
político, por ende, el “duro” que gana la interna, tiene que ablandarse para
acceder a sectores sociales que tienen menos compromiso con la actividad
política.
Pasada
las parlamentarias, haya o no balotaje, ya se tiene una idea clara, departamento
por departamento de cómo aproximadamente, van a ser las cosas.
Para
un politólogo con toda esa información acumulada en el tiempo es muy fácil
emitir una opinión con un margen muy pequeño de error, pero lo es, después de
las internas, no antes.
Determinar
concretamente la situación del Frente Amplio en el conjunto electoral es más
fácil aún, porque esta fuerza política tiene elecciones internas al margen de
las que conducen a la elección de convencionales. Allí es más importante un
lugar en el Plenario que otra cosa; ser convencional es nada más que un
requisito para acceder a cargos legislativos.
Cifra, por ejemplo, a un año de las internas,
ya sabe que si las elecciones nacionales fueran hoy, el 46 % de los uruguayos
votaría al Frente Amplio, un 22% al Partido Nacional, un 15 % al Partido
Colorado, 2 % al Partido Independiente y el 15 % restante no saben o votarían
en blanco.
También
saben que si los comicios municipales fueran hoy, el 37 % votaría al Frente, 18
% al Partido Nacional, 7% al Partido Colorado, 1 % al Partido independiente y
un 37 % no sabe o votaría en blanco.
Según
Factum, después de ver que el Partido Socialista se volvió mayoría interna en
el Frente al poner a Mónica Xavier en la Presidencia, vaticina que el Partido
Socialista se consolidó en el primer lugar de la intención de voto de los
frenteamplistas, seguido por el astorismo. El estudio señala que si las
elecciones fueran el próximo domingo, el 43% de los uruguayos votaría al FA, el
23% al Partido Nacional y el 16% al Partido Colorado y el Partido Independiente
con 2%.
Nos
dice que un 8% del electorado está desconforme con el Frente y es del tipo de
gente que anula o vota en blanco y que hay un 8% que no tiene intención
definida de voto, lo que ellos llaman “los apolíticos de izquierda”. Lo que
significa que el Frente Amplio ganaría con el 51%.
En
la interna del Frente parecería haber ocurrido algo raro: El Partido Socialista
tiene el 11%, el Frente Líber Seregni, agrupación que nuclea a todos los
sectores "astoristas", un 9% y el Espacio 609, en tanto, aparece
relegado al tercer lugar con un 7%.
Más
atrás, con un 2%, está la agrupación conformada por la Vertiente Artiguista y
la lista 5005, y el Partido Comunista (Lista 1001). Partido éste que al parecer
no le sirvió de mucho haber ganado la Intendencia de la capital para acumular
fuerzas desde allí.
¡Con
1% de los votos está la lista 711 liderada por el presidente de ANCAP Raúl
Sendic! Quiere decir que tener recursos y dineros obtenidos en ANCAP –tema del
que no se habla- lo convierte en un seguro candidato.
Si
como dice que dentro del Frente hay un 10% que no tiene claro a quién vota,
quiere decir que el MPP está en una crisis muy grande de credibilidad interna.
Venimos
a enterarnos que los socialistas se posicionan como la principal fuerza interna
"luego de un crecimiento ininterrumpido durante 2012". ¿Cuál?
Los
astoristas, -que siempre fueron un sector resistido por los otros- en tanto, se
quedan con el segundo tras "algunas variaciones" ¿cuáles? mientras
que el Espacio 609 se "consolidó" tercero, perdiendo "el
liderazgo de principios de año". ¿Por qué? Porque no le hicieron caso a
Mujica y en vez de haber votado a Rubio llevaron como candidato a Ernesto
Agazzi. ¿Por eso perdieron el liderazgo? Estamos hablando de gente que vota al
que está por disciplina leninista, según el decir del mismísimo Raúl Sendic.
En
el Partido Nacional Jorge Larrañaga tiene un 13%, Luis Lacalle Pou un 7%, Sergio
Abreu con 2% y Jorge Saravia con un 1%.
¿Cuál
es la razón crítica por la cual "los niveles de inclinación hacia los
presidenciables nacionalistas se han mantenido prácticamente incambiados,
únicamente con una leve caída de un punto porcentual en el caso de la
candidatura de Lacalle Pou"? ¿Sólo el Frente tiene el crecimiento
vegetativo, cuando todos sabemos que hoy en día el partido que más capta juventud
es el Nacional?
Estamos
hablando de un escenario político en donde todavía no están definidas las
candidaturas, pero resulta que los indecisos disminuyeron y hace un mes eran el
22% y ahora son el 17%.
Sin
que se haya definido nada ellos tienen claro que más de ocho en diez uruguayos
expresan una preferencia electoral. Cosa curiosa que a un año de las internas 8
de cada 10, que ya es decir, tengan un nivel de compromiso de último mes de
campaña electoral.
Novedoso
es también lo que Cifra nos dice, que en el último mes el Frente Amplio mejoró
seis puntos porcentuales su intención de voto, y los blancos la mejoraron dos
puntos; los colorados siguen igual. ¿En el último mes? Y como saben eso:
estudian telekinesis , telepatía y pensamiento a distancia.
El
Frente Amplio que durante años era la mitad mayor, pasó luego a ser la mitad
más pequeña y ahora vuelve a ser la mitad mayor nuevamente. En el último mes, -
en 30 días-, el FA mejoró su intención de voto. ¡Qué felices son los que
conocen así al electorado!
Para
rematar tanto absurdo venimos a enterarnos que hay dos tendencias: Una a corto
plazo en donde crece el Frente Amplio y una más larga, a un año, más favorable
a las oposiciones que al FA. Quiere decir que van a especular de aquí a un año acariciándole
el lomo al Frente, para luego sincerar un poco las cosas y empezar a hablar de
empate técnico en donde muy probablemente el Frente, gane pero sin obtener
mayoría parlamentaria. No lo quieren decir ahora, porque el solo y simple hecho
de no obtener mayoría parlamentaria, para una fuerza que vive de internismo y
cuando acuerda hacia adentro le importa muy poco los acuerdos hacia afuera, ya
sería una derrota casi total. Ganar sin obtener mayoría parlamentaria, habida
cuenta de que se cortó el crecimiento juvenil que tuvo en otro tiempo, estaría
indicando una victoria relativa: Sería el comienzo del fin de una cuenta
regresiva que se inicia en el 2009.
La
encuesta es a boca de teléfono y todos sabemos que quienes contestan son las
amas de casa y sus hijos y a eso, que no da para empezar porque es
completamente aleatorio le dan un 95 por ciento de certeza con un margen de
error (+/- 3,4).
Pienso
que están especulando, mintiendo con números y haciendo política, creando
opinión, dejando tranquilo al gobierno y pintándole un panorama nada
triunfalista a la oposición.
No
se entiende cuál es la razón crítica de vivir en una capital que es la ciudad
más sucia de todo el país y que el Frente crezca en intención de voto. No se
entiende qué lugar juega la inseguridad ciudadana, cuando en esa elección
también se va a votar por la baja de inimputabilidad a los menores.
Además,
toda esa serie de porcentajes sacados de una galera telefónica, está dicho sin
esperar los resultados del plebiscito contra la ley del aborto, que aunque
divide las aguas de cada partido, porque es un tema de conciencia, una señal
aproximada ha de dar acerca de los nuevos alineamientos políticos. Si el anti abortismo llega a la mayoría o no dice algo del nivel de aprobación a un estilo de legislar. Menudo tema, que si bien no hace a los
alineamientos políticos concretos, dice mucho del nivel de aprobación que
puede hoy tener el Frente para que la gente le acepte lo que legisla.
¿Los
que votan contra la ley del aborto, son “tabarecistas” y por eso el Frente
también los capitaliza?
Creer
que la gente piensa como a los representantes que vota es el gran error que
siempre se comete. Los temas como el matrimonio homosexual, el aborto, la
marihuana ¿se segmentan socialmente del mismo modo del voto de los
representantes que intervienen al respecto en el Parlamento? Todo indica que
no. ¿El frentista medio es un defensor nato del matrimonio gay, el aborto y la
marihuana pero, eso sí, está contra el cigarrillo?
Estos
temas, que dividen a la opinión pública en forma transversal a los partidos,
¿No juegan ningún rol en el cambio de opciones políticas? ¿Es decir Frente
Amplio y la gente salta automáticamente de alegría mientras vive en la mugre y
los roban y asaltan?
¿Los
delincuentes atacan solamente a los blancos y los colorados y al parecer si
eres frentista no te roban, ni copan, ni matan, ni asaltan?
Posiblemente,
el Frente Amplio siga llevándole una ventaja a los partidos tradicionales, porque
si bien la economía entró en un proceso de desaceleración, todavía sigue
creciendo a impulsos de la soja.
Posiblemente,
el hecho de ser gobierno le dé lo que en el truco se llama “ser mano”.
Es
posible, pero no es probable, porque para sostener eso hay que decir cuál es la
razón crítica por la cual los operadores económicos perdieron el gobierno y una
capa de clase media baja gobierna con
total ignorancia de los problemas reales del Uruguay.
En
cualquier lugar del mundo esa situación es pre
revolucionaria, si en el Uruguay las cosas toman otro carácter, es porque
intervienen factores de diversa naturaleza que hay que saber explicar.
Limitarse
a largar porcentajes, –por otra parte absolutamente caprichosos-, cuando no están
en juego candidaturas y sí un plebiscito contra la ley del aborto, no dice políticamente, nada relevante.