martes, 12 de marzo de 2013

Duro golpe recibido por Argentina



        Muchas veces ocurre en política que contra los hechos nadie puede. Son tozudos, insisten y más allá de todo lo que se pueda discrepar siempre tienen razón.
        Inglaterra no tiene el más mínimo interés en seguir coleccionando países a la vieja usanza. Lo demostró últimamente cuando cedió Hong Kong a China. El Reino Unido hoy pierde dinero cuando intenta mantener sus antiguos dominios coloniales. Hoy el mundo lo dirigen las Multinacionales que son países dentro de países a escala planetaria. Una posesión colonial implica hacerse cargo de un conjunto tal de cosas que si se lo mira desde la fría matemática es algo que conduce a una pérdida económica importante. Más que eso, el estado nacional clásico, tal como lo conocemos desde el Código Napoleónico a la fecha, va camino a volverse insustentable; son prácticamente todos deficitarios.
        En el tema Malvinas intervienen ahora otros factores. Sus habitantes fueron agredidos por Argentina. Ese es el tema.
        El único colonialista fue Galtieri que invadió un lugar, sin importarle lo que pensaba la gente que vive allí. Primero que no tienen razón histórica, las Malvinas son uruguayas porque la Capitanía General de la Nación en tiempos del Virreinato dijo a texto expreso que le pertenecía a lo que entonces era la Banda Oriental. Pero no es ese el tema. Aunque Uruguay que tiene más credenciales que Argentina en este asunto hiciera eso, no dejaría de ser una barbaridad obrar de ese modo.
        En el referéndum de autodeterminación que se celebró el domingo y el lunes, los habitantes de las islas Malvinas votaron en un 99,8% a favor de mantenerse como un territorio británico de ultramar. Sólo tres isleños votaron en contra. Un 92% de los 1.672 electores del archipiélago participaron en el referéndum.
        El mensaje que están dando los isleños es duro para Argentina que hace como que no tiene importancia, pero la tiene. Así en el primer mensaje del gobierno británico de las islas Malvinas, tras el referéndum, el consejero de la Asamblea Legislativa Gavin Short local leyó un duro mensaje dirigido a Cristina Kirchner. "Presidenta Fernández de Kirchner, nosotros no tenemos en absoluto deseo de estar bajo el gobierno en Buenos Aires", leyó Short. "Espero que ahora usted (Cristina) pueda respetar eso. Ahora es también el tiempo para que el resto del mundo empiece a escuchar la voz de los isleños de las Falklands en lugar de las vacías mentiras, la retórica sin fin y las posturas políticas (del gobierno argentino)", agregó, tratando de hacer valer una posición, la de los que viven y trabajan allí.
        “Esta mañana, mis socios isleños de las Falklands me levanté con un nuevo futuro. Estoy orgulloso de nuestro pueblo y de nuestra comunidad porque la voz de nuestro país se hizo oír anoche”, empezó leyendo esta mañana Short, que hace de vocero de la Asamblea. 
        “Para aquellos que se lo perdieron, hemos enviado un claro mensaje al mundo; un resonante “Sí” a nuestro deseo de seguir siendo Territorio de Ultramar del Reino Unido. Por primera vez en nuestra larga historia, no puede haber mala interpretación de cómo nos sentimos en la relación con Gran Bretaña. Esta es una relación que evolucionó en las centurias, y por la que nos sentimos orgullosos de mantener. Hemos abandonado nuestro pasado colonial. Nuestra moderna relación, está basada en respeto mutuo y valores democráticos”, dijo Short.
        No se dan cuenta en Argentina que la gran alegría que demuestran las fotos del festejo por los resultados del referéndum viene del reconocimiento de haber sido liberados por Inglaterra. Argentina ni reconoció la autodeterminación de los isleños cuando la dictadura de Galtieri, ni los reconoce ahora Cristina al no aceptar que los isleños sean parte del dialogo en las negociaciones.
        Una barbaridad propia de un militar tilingo de la dictadura es una cosa, reiterar por otras vías la actitud igualmente arrogante que implica el desconocimiento de los habitantes de las islas, por parte de un gobierno democrático que se dice de signo opuesto a la dictadura, está indicando otra cosa.
        Todos sabemos que hay más para este boletín. Pero es evidente que Argentina sintió el golpe que esta determinación implica.
        Es un gravísimo error que comete Argentina, porque si quisiera realmente las Malvinas, tendría entonces una línea política de seducción hacia los isleños, en vez de acosarlos, insultarlos y combatirlos.