| CANDIDATO | VOTOS |
1º | Lacalle | 274.959 |
2º | Mujica | 225.294 |
3º | Larrañaga | 206.034 |
4º | Astori | 171.784 |
5º | Bordaberry | 90.849 |
6º | Carámbula | 35.866 |
7º | Amorín | 18.540 |
8º | Hierro | 14.973 |
Uno de los análisis políticos que siempre me gustó hacer es el de observar el resultado desde el punto de vista de los candidatos más votados, porque si bien es cierto que merced a la Ley de Lemas suman dentro de sus respectivos partidos y si bien, también es verdad que en definitiva son los partidos los que movilizan a sus electorados y ponen los equipos de Gobierno, perder de vista el rol que juegan los candidatos en el escenario político, en gran parte es mutilar el análisis, es perder de vista el lugar del hombre en el proceso político.
También, siempre preferí el análisis numérico puro, para poder tener una proporción más realista y ponderada que la simple estadística deductiva en dónde los porcentajes si bien aclaran en gran parte el lugar que cada partido ocupa y que cada candidato dentro de él tiene, no ayudan a visualizar la situación de conjunto cuando se la mira desde el peso específico que cada actor político tiene.
Si analizamos detenidamente las cifras fuera del contexto partidario en el que operan acumulando votos y, las miramos por el liderazgo personal que cada uno tiene, podemos constatar una serie de cosas que son novedosas y no se suelen percibir a la simple vista del resultado general.
El candidato con más liderazgo personal en el escenario político uruguayo es Luis Alberto Lacalle, con 274.959 votos, le sigue José Mujica con 225.294.
Luego en tercer lugar Larrañaga con 206.034 y en cuarto lugar Astori con 171.784.
Si se lo mira desde el punto de vista de un cabeza a cabeza, Lacalle ver sus Mujica, Larrañaga versus Astori, la balanza se inclina favorablemente para el partido nacional.
Si seguimos por este análisis que me parece el más apropiado de todo, porque si bien la gente vota partidos el rol del hombre es decisivo, en quinto lugar tenemos a un Bordaberry, por quien nadie daba nada, que tiene un liderazgo por lejos más favorable que Carámbula -90.849 a 35.866-, lo que está indicando que hay una clara preferencia del liderazgo de derecha se lo mire por donde sea.
Incluso si se afina más el análisis, Amorín Batlle que representa más el liberalismo con 18.540 votos, lleva una clara ventaja sobre Luis Hierro con 14.973, que representa el socialdemocratismo batllista.
Desde el punto de vista del liderazgo al menos, hay un claro viraje a la derecha en las preferencias del electorado, cuando se lo observa desde un punto estrictamente individual.
Este análisis del caudillismo, como se le decía en otra época, siempre me dio buen resultado para interpretar el estado de ánimo que se desprende de un resultado electoral. Porque caudillo no es quien es más hacia adentro de su partido, sino quien lidera ante sus oponentes naturales de afuera.