domingo, 25 de octubre de 2015

La naturaleza de los actos administrativos del actual gobierno.

Entender la naturaleza esencial de los actos administrativos del actual gobierno, suele ser lo que todo observador hace en lo que podríamos llamar el período de gracia o de beneficio de la duda, que se le confiere a un gobierno durante los primeros 6 meses de su gestión.
Puede durar un poco más y por lo general, hay que esperar a que se apruebe el Presupuesto Nacional el 15 de diciembre para poder calibrar con precisión a dónde va la gestión que se trata de justipreciar para poder ubicarse en los años por venir.
Si el primer gobierno de Vázquez, como dijo Lourier era un gobierno en disputa, el segundo, tercero del Frente, es un gobierno fratricida en violenta guerra interior, sólo comparable al gobierno de Perón 3, cuando fue llegar al aeropuerto de Ezeiza y no pudo salir porque se estaban matando a tiros la izquierda peronista contra la derecha de ese partido.
En este sentido, si en el primer gobierno de Vázquez los sindicalistas decían que no se lo puede combatir como a los blancos y los colorados y los corifeos repetían como papagayos: “¡Hay que darle tiempo!”, hoy parecería que si bien lo votan, empero lo combaten como si fuera el peor enemigo, al punto que los partidos tradicionales sienten un enorme suspiro de alivio por haber perdido las elecciones.
Este es un gobierno que vive de internismo, confundiendo esto con la disputa intestina. Todos los gobiernos cuando buscan unificar un pensamiento y darle carácter global a su política tienen problemas internos. Hasta aquí es una cosa muy normal que ocurre siempre, diferente se torna cuando la conflictividad deja de ser interna y se convierte en intestina, sector por sector, de la fuerza de gobierno.
  La única preocupación que Su Aldad, el Presidente Tabaré Vázquez parece tener es la de dar señales intestinas hacia adentro. En política nadie vive de señales, sino antes bien, de realidades, de modo que nadie interpreta igual esas señales, y menos la otra mitad de la población que no los votó.
Haber dado marcha atrás en el decreto sobre la esencialidad de la educación es algo más que una triste señal de debilidad; es una consecuencia que el internismo suele deparar. No quiso aceptar el apoyo que le daba en pleno la oposición.
Haber desacreditado al Canciller Nin Novoa porque caprichosamente al Frente Amplio se le antojó que el socialismo de los señores feudales es lo mejor del mundo, es algo más que una señal hacia afuera del Uruguay, es un indicador inequívoco de la falta de liderazgo y dirección para bajar el Arancel Externo Común.
Lo que Estados Unidos y los expertos en política de la embajada americana de cualquier lugar del mundo observan cuando analizan un proceso dado, suele ser el nivel de liderazgo del Presidente de la República. Prefieren un Castro “nuestro hijo de puta predilecto” a un Perón, borrando con el codo lo que firma con la mano o un Allende, que no los puede calmar, ni sabe como hacerlo porque le gritan “reformista” y el buen principista termina gobernando con “resquicios legales” de cualquier decreto de cualquier época, porque cree que así las expropiaciones indirectas que lleva, se enmarcan dentro de la ley. No se daba cuenta que tener legitimidad de origen porque lo votaron, no significa tener legitimidad de ejercicio cuando se es el tercio mayor y punto.
Ningún gobierno cae porque los opositores estén contra. La oposición fue votada para jugar su rol. Los gobiernos caen cuando sus contradicciones internas son de tal entidad que al final, ni ellos se aguantan entre sí. Allende cayó en discusiones perpetuas con el Movimiento de Izquierda Revolucionario; Perón con 800 desaparecidos en plena guerra de aniquilación; Goulart con las disputas con Arraes y los demás jefes militares; Dilma está al borde del precipicio por el quincho enorme que tiene el PT y la CUT al perder la hegemonía de la izquierda en un Brasil anarquizado y molesto.
Obsérvese este detalle como botón de muestra de lo que se viene de aquí a 2020: Pedro Mir, un maestro comunista, luego del Frente Líber Seregni, que fue profesor de pedagogía en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación y en el Instituto Superior de Educación Física, cometió al parecer el imperdonable delito de decir que la promesa de Vázquez de mejorar la educación, no se iba a poder cumplir porque es imposible “cambiar el ADN de la educación” en el Uruguay.
Todos sabemos en este sentido que basta con verles las caras y las fachendas a l@s maestr@s y profesor@s para darse cuenta que evidentemente sufren de una inepcia constitutiva, que más que genética es etio genética como diría Sigmund Feud, porque se ve que viene arraigada en hábitos inveterados de pachorra y liviandad moral que tienen sus orígenes probablemente, en la época en que salvaban las materias con un ferrocarril en la manga.
La desidia y el desgano que muestran suele ser el sello de identidad que sostiene el ausentismo crónico y su pésima formación intelectual. Se llega incluso al punto que los mismos alumnos dicen:”Si fuera tan inteligente no sería maestro o profesor y estaría triunfando en la vida”.
Pedro Mir cometió el error de decir en un plenario del Frente Líber Seregni, esto es, en su sector, no en el Frente Amplio y tampoco para afuera, lo que realmente pensaba con la mano en el corazón. Si hubiese sido un arrastrado y un servil se callaba la boca. Dijo: “No hay nada más de izquierda que articular una transformación educativa real, estamos muy lejos… Sin entrar en detalles, más que cambio de ADN y lo digo bajito,” -sostuvo Mir- “ si las cosas siguen así vamos a hacer una transfusión. No creo que hagamos un cambio de ADN, porque no están dadas las condiciones políticas en el gobierno de la educación.”.
Decir eso, que es una opinión personal manejada en un ámbito de estricta incumbencia sectorial y por tanto, no es un juicio cristalizado de todo el mundo, lo puso en la mirilla de la Ministra de Educación, María Julia Muñoz e hizo que Vázquez de un tinguiñazo teléfonico le dijera a la Ministra que pida su destitución.
Ante esto, el Frente Liber Seregni -el plenario en un taxi- refunfuña y todo queda librado a futuros pases de cuenta.
Resulta que para la esbelta criatura que nos ilumina desde el sillón presidencial, separar educación de cuidados es fundamental, porque los recursos para el Sistema de Cuidados responden a otras ponderables muy distintas, cuando en el Presupuesto que aprueba la Cámara Baja, no querían darle nada a su buque insignia  y pese al cacho que le dejaron, lo trataron como a un simple Mascarón de Proa que navega en una laguna para barcos de pasajeros y girando en redondo toda la vida.
“Dime que es lo que no te gusta que te digan y te diré quien eres”, diría ante cosas así Sigmund Freud, al ver que la negación, en tanto mecanismo de defensa, se puso al servicio de la escotomización y el aislamiento de los contenidos que generan angustia básica.
Lo que dice Pedro Mir, lo comparte también Elbia Pereira, Presidenta de la Federación Uruguaya del Magisterio y también, José Olivera, Presidente de la Federación Nacional de Profesores de Secundaria.
Lo que Vázquez dijo la noche del 1º de marzo, luego de asumir y por cadena nacional es lo que se llama una petición de principios. Lo cual en sí mismo no tiene nada malo, pero no deja de ser una declaración de deseos, un debe ser a futuro y no se entiende cuál puede ser la razón de que el hombre sienta que le están pinchando el globo, cuando hay gente que dice que en el actual estado de cosas, la realidad política de la enseñanza hace que eso no pueda ser factible.
Exigirle a Pedro Mir que renuncie no deja de ser un acto volitivo de tozudez, intolerancia, terquedad y necedad de espíritu, que si algo viene a confirmar hasta la evidencia, es que para ocupar cargos en el gobierno de dicha fuerza política hay que renunciar a la condición republicana de ser un ciudadano y volverse súbdito o rebelde.
Decíme vos: ¡Quién entiende que el astorismo se enoje con Enrique Canon porque dijo a titulo personal que el sector es un desastre y en cambio le recrimine a Vázquez que no le deja decir a Pedro Mir lo que considera válido!
Cuando uno analiza las declaraciones políticas que hacen que entre ellos se enfurezcan es precisamente en el momento exacto en que hay que dejar los libros para poder leer. Parece una riña de prostitutas que se enojan porque una le dijo a la otra: “!La más linda soy yo, fly, fly…!
Leer a Guy de Maupassant puede ser muy bueno para entender en clave de prostíbulo, la interna intestina de ésta gente rara que nos gobierna hoy.


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Siempre es bueno volver a Carlitos.