miércoles, 17 de diciembre de 2014

Recuperemos Montevideo para los montevideanos

El 15 de julio de 2013, escribí el siguiente post.

La IMM, ese gran elefante blanco

        En la Intendencia de Montevideo estamos viviendo una verdadera orgía con los recursos del contribuyente.
        Mientras la recaudación aumenta en el año 2012 en U$S 55 millones, sube sin embargo también el déficit. En su rendición de cuentas se nos dice que la recaudación subió de 547 millones de dólares a 602 millones, pero resulta que a la vez el déficit trepó de 92 millones de dólares a 134 millones. Lo que significa que mientras cada vez pagamos más, en el mismo momento se gasta mucho más y el nivel de endeudamiento es mayor.
        Estamos hablando de una Intendencia en donde los jerarcas que son removidos por cuestionamientos en sus funciones siguen ocupando cargos en la administración municipal y en algunos casos en puestos de dirección que no existían anteriormente. Lo que significa en buen romance que el precepto constitucional de que el funcionario es para la función y no la función para el funcionario, está visiblemente invertido.
        Una Intendencia que cuenta con 8.000 funcionarios y 1.000 vehículos, lo que da una relación, con un promedio de un vehículo cada 9 funcionarios, de los cuales 871 son propiedad de la Intendencia y el resto contratados.
        La argumentación que se ofrece es de una debilidad argumental que la vuelve insostenible, se sostiene que este descontrol viene dado por las obras realizadas en el “corredor Garzón”, en donde la repavimentación apenas llegó a las 20 cuadras y hubo aturullamiento del tránsito con dificultades de diversa índole para los peatones.
        Lo que la Intendencia de Montevideo gastó  por la vía de las inversiones es tan solo el 25% del presupuesto, en tanto el otro 75% se va en sueldos, horas extras y gastos de funcionamiento. Las inversiones se llevaron sólo el 25% del presupuesto, mientras que entre sueldos y gastos de funcionamiento se evapora el otro 75%. Todo esto se da en el marco de un transporte público que es caro y es lento, de basurales endémicos cada vez más grandes, de ausencia de iluminación y de una ciudad plagada de carritos interfiriendo el tráfico.
        Estamos hablando de una Intendencia que tiene una voracidad fiscal al parecer insaciable, que según su Balance de Ejecución Presupuestal  recaudó 11 millones de dólares en concepto de multas de tránsito aplicadas en 2012, que por infracciones de tránsito los inspectores de la Intendencia reportaron US$ 10.305.000 en 2012 y por vehículos que circularon con la patente impaga US$ 2.600.000.
        El guinchado de vehículos, del que se hace cargo la Cooperativa 31 de Enero aunque también, pero en mucho menor grado la comuna, le reportó a la Intendencia unos US$ 2.600.000. A lo que hay que agregarle la venta de tickets por el estacionamiento tarifado durante 2012, que le reportó a la Intendencia US$ 3.500.000.
        Por si fuera poco con esta furia para recaudar, está prevista la creación de 90 nuevos cargos de conducción, con sueldos que en algunos casos llegan a los $ 90.000 por mes.
        Estamos verdaderamente en un gran carnaval electoral, que con total desparpajo se levanta ante una sociedad como la montevideana, que recién ahora se está recuperando del golpe que significó el triunfo del Frente Amplio.
          Me parece inútil escribir otro artículo o post.