Las relaciones de Uruguay con Estados Unidos, siempre fueron relaciones cordiales.
Desde los tiempos en que los marines norteamericanos se quedaron en las costas sin desembarcar, porque al morir Aparicio Saravia ya no era necesaria su intervención, como lo reconoció José Batlle y Ordoñez, en una de sus últimas editoriales en el diario El Día, pasando por la época en que Tomás Berreta le muestra el plan de invasión que Juan Domingo Perón tenía para con el Uruguay a Roosevelt y el gobierno norteamericano decide crear una base militar en el Uruguay, frustrada gracias a que Luis Alberto de Herrera le espetó en la cara al embajador norteamericano de la época: «Uruguay no será una estrella más en la bandera norteamericana».
Cuando la dictadura o la dictablanda -vaya uno a saber la que se viene-, si bien es cierto que fue expulsado Laine Laing, Estados Unidos mantuvo una agregaduría cultural a la cual todos hemos ido, porque era evidente, que se venía muy fea la noche de los nazis en nuestro país.
Gracias a Ronald Reagan vuelve la democracia al Uruguay, hecho éste que uno debe agradecer profundamente, porque a gente como Rapela y el «Goyo» Álvarez, sólo un Reagan podía encarar.
Siempre hubo una relación de país chico asficiado por dos gigantes, a país grande que viene a darte una mano, sin pensar en el toma y daca, sino en hacer el bien sin mirar a quien, aunque a veces, el que pide ayuda es contra otro de aquí y por cobardía, quiere que los marines, le saquen las castañas del fuego.
El mismo «Goyo» Álvarez, en su último discurso fue claro, dijo: «No limpiaremos más la bosta de los retablos» y habló claro.
Desde esa época a la fecha, no se sabe en qué anda el Ejército uruguayo.
Hay un divorcio muy grande entre la sociedad civil y la familia militar, lo cual es una pena que así sea.
Es evidente que los americanos encontraron en el Frente Amplio su mejor aliado histórico e insuperable. Porque el frentista o frenteamplista, como tiene miedo al miedo y no entiende nada, vive sub informado y toma la realidad con esquemitas ideológicos, hace todo lo que quiere Estados Unidos sin chistar.
La Intendencia de Montevideo es un ejemplo clarísimo de lo que estoy diciendo.
Si te portás bien, podés robar.
Estados Unidos es un país demasiado importante en el mundo. Uruguay es un país sin la más mínima importancia. La relación es asimétrica. Ante la presión siempre van a ganar.
Pregunto yo: ¿Ganar sin liderazgo es bueno para una gran potencia metida en un país chiquititito?
Si te lo pinchan haz clic aquí