El
ciclo de la soja, ha sido tanto en Argentina, como Uruguay, algo muy parecido a
lo que en otro tiempo fue el ciclo del
pau Brasil, el caucho, el hule, el cacao, la caña de azúcar, el petróleo.
Se
les dice “países banana” a aquellos lugares que tecnifican
exclusivamente un solo producto exportable y con ese dinero enorme no
diversifican nada; una minoría vive a cuerpo de Rey inventando obras faraónicas
y el resto, tiene que dar las gracias por la limosna vergonzosa.
Los
iluminados de lo único que sí entienden, es de egiptología.
Están
obligados a decir: “¡Chás gracias, patroncito!” y recibir
la afrenta de un “perdón hermano”.
Ouro
Preto, Zacatecas, Cuba, Medio Oriente, son los pálidos despojos de gobernantes
que “tiraron
manteca al techo”, no hicieron nada por nadie y son magnánimos, vida y
milagro. Para las cosas más elementales, hay que ser amigo del amigo del amigo de un Jeque importante.
Cuando
en la campaña pasada el slogan del Frente era “Un país de primera”,
estaba claro a donde en verdad iban, a un país de cuarta. Cuando hoy al
darse cuenta que van Bien Mal, dicen que Uruguay no se detiene, en estas
cabezas que siempre el inconsciente las traiciona, lo que están significando es
que van POR MÁS, sin contemplación alguna, porque si se les
termina, sólo la fría soledad de las paredes de una cárcel puede acogerlos,
antes de que el de Allá Arriba haga lo suyo con gente así.
La
tonelada de soja estaba a $ 500 (quinientos dólares de los Estados Unidos de
Norteamérica), y representa el 12% de nuestras
exportaciones. Hoy bajó a $ 380 (trescientos ochenta dólares de los Estados Unidos
de Norteamérica) y sigue bajando aceleradamente.
Pablo
Ferreri, que además de saber el número RUT de cada uno, en esa dictadura
financiera que es hoy la Dirección General Impositiva, no quiere que lo
aplaudan, porque con la calculadora va sumando cuanto precisa la clientela que responde electoralmente y no al
estilo tupamaro que es un vale todo para
un viva el Pepe y la Pepa, es el indicador más claro de lo que son; están
convencidos que van a ganar y hablan con la calculadora en la mano.
Aprendieron a duras penas que las promesas de hoy son los impuestos
de mañana y le sacan punta al lápiz, un poquito antes de sacarse las mentiras
de los dedos.
Lo
vengo diciendo desde hace mucho tiempo: Le van a encajar una medicina
de caballo a la clase media "Che te la voglio dire",
y en ese momento aprenderemos algo nuevo: No se dice bichicome, se dice
villista.
Las
Unidades de Base, quise decir, los Comité de Base del Frente van a estar
adecuadamente preparados para cuotificar un poco mejor las cosas y muchos
acomodaticios de los partidos fundacionales, que siempre los hay, irán a
decorar la farsa y poner la cara.
Los
hay que ya están diciendo que en su juventud eran de la FEUU. Los de Haedo se
acomodan, cuando el carro empieza a andar.
Al
finalizar el ciclo de la soja se abre otro proceso nuevo, en donde lo que vale,
es la capacidad exportadora y la infraestructura productiva que tiene el
Uruguay. ¡Qué capacidad se pudo haber alcanzado con el dólar planchado!
Buscan
lo que los argentinos llaman “la
burguesía boba”, “la buguechía” de Mujica, esto es,
el inversor tonto que se le hace los pececitos de colores, invierte y luego
queda con la colita al aire, mientras el peronismo y su patota dan el manotazo de la negrada.
Sabemos cómo se empieza con San Tabaré y hoy
es dable registrar minuciosamente, cómo se termina.
El
pobrerío, que siempre rodea los tablados, dirá “Chás gracias, patroncito”, mientras sacan pecho como gorrión de
basurero.
Como
decía Eduardo Galeano: “los tecnócratas y
sus calculadoras”, anticipando como un profeta hacia atrás, el gobierno de
Pablo Ferrari.
Les
queda una muy buena solución MARXIANA, la negación de la negación, de la negación, de la negación, como
único camino de afirmación.
Un
portento de la naturaleza, el gusano se volvió mariposa y los mariposones
blanqui colorados, rosaditos ¿Verdad? nos volvemos gusanos sin comerla y sin
beberla, después de haber financiado el festín en que han vivido.
Quiere
neutralizar el núcleo duro de la derecha
y no se da cuenta, porque no le da la capacidad al Salamanco, que lo que quiere
tapar es el núcleo duro de la realidad
que se nos viene.
Para
una
transferencia de recursos neto, que es lo que quiere Pablo Ferreri, en
donde los sectores cultos e instruidos de la sociedad uruguaya, después de
financiar el despiporre, le financian el ajuste, se necesita ser medio
masoquista o tener un problema neurológico en la cabeza.
No
se resuelve con vendidos, traidores y Mascarones de Proa.
Hoy
es fácil irse del Uruguay, pese a la crisis mundial, porque el que más o el que
menos, tiene familiares en el exterior.
Difícil
es revertir esta situación aciaga y trágica y salir con bien.
Difícil
es ponerle fin a la herencia maldita que nos dejaron a todos los niveles,
social, económico, político, sindical, educativo, cultural.
Difícil
va a ser también convivir con una cosa que no discute con nadie que no sea de
allí adentro y vive todo el día mirándose el ombligo y cuando levanta la cabeza
sólo sabe decir: “¿Verdad espejito que
soy el más lindo?”
Si
el Uruguay llegó a esto es porque se lo merece.
Debo
haber sido muy malo en mis vidas anteriores, pero creo que no tanto como para
merecer una cosa así.