Vázquez va a ganar la interna por el simpe
hecho de que está a la izquierda de Constanza Moreira. Entre lisiados morales
es así. La necrológica hace al mérito en política.
No
es nada improbable que gane raspando y que ese triunfo sea su derrota.
Pero
eso es un tema de análisis post internas.
Le
va a quedar tan lindo moderar el discurso y dirigirse al hombre medio, será tan
creíble, que veremos todos a qué nivel mental hemos descendido los uruguayos,
cuando Doña Juana, Doña María y Don José –ese plato predilecto del partido
socialista- salgan a decir los disparates más grandes que uno pueda concebir.
Una
sola cosa es cierta; los ultras van a salir a ensobrar listas. De eso no cabe
duda.
El
sistema político mira perplejo una cosa así que quiere “Lola” y en realidad es
Lalo; es la locura.
Una
máquina de justificar lo injustificable es lo que estaba haciendo falta. La
inseguridad ciudadana es subjetiva; “es una sensación térmica”, la educación
marcha sensacional, el agro no paga impuesto a primaria, descentralizar la
campaña significa burocratizar; es el hombre que entendió todo al revés y sale
furioso a despotricar. Siempre contra el Partido Nacional.
La
pregunta que uno se hace es: ¿Hasta cuando el colorado que los votó les sigue
dando su apoyo?
Porque
hasta ahora es un epifenómeno de lo que ocurrió y no debe suceder.
Dirigirse
a los ultras del Frente es la operación política más difícil del mundo, porque
a esta altura, ni ellos se lo creen y no es nada improbable que el 26 de marzo
obtenga una banca. Tampoco ellos quieren que el Frente tenga mayoría
parlamentaria.
¡Lo
que será la cañada cuando el gato salta a trote!
Constanza
Moreira anda como se dice vulgarmente: “Como a caballo que le quitan el reparto”,
no se dio cuenta que la industria vitivinícola después de las inundaciones que hubieron
precisa, por lo menos, una amnistía fiscal. Es tanta la inoperancia de esta
gente en su conjunto, que dicen los disparates más inconcebibles, en el peor
momento y desde su burbuja ultrista, jacobina y montevideana no se dan cuenta
lo que expresan.
El
problema es otro entonces. La Federación Rural no sabe unificar sus criterios y
su gente, porque una cosa así no está en condiciones mínimas de ocupar ningún
cargo. Otros hombres en el pasado no lo hubieran permitido y si a estos les
pasa eso, es por algo que debieran analizar.
La
Federación Rural tiene que dejarse de embromar. No es contra el empleado público
que tiene que estar, sino concretamente contra esta gente. No es diciendo “ese
es del Frente” y le doy un piñazo, sino creando, ambientando, las condiciones
básicas para que esa gente no prospere.
No
va a ser fácil sacarse esta gente de encima, pero por lo menos hay que saber
unificar los criterios.
Si
hay algo que no tiene la más mínima importancia sobre la faz del planeta tierra
es lo que diga o deje de decir Vázquez. Es como el teru teru, tiene el nido en
un lado y grita en otra parte. Tiene el nido en el neo desarrollismo y grita en
el marxismo leninismo castrista y guevarista. Le gusta gobernar con la
serpiente y la paloma.
Entendió
que el poder es como un violín: se toma por la izquierda, pero se toca con la
derecha. De eso sabe mucho Yerú Pardiñas.
Si
gana Vázquez como los politólogos nos advierten un día sí y otro también, no
sea cosa que nos olvidemos, va a ser un tentepie.
Todos le van a pegar y a todos les va a decir
que sí con la cabeza.
Ese
sí que va a a ser un gobierno divertido. Me temo que Boris Cristoff, -el hombre
que siempre le erra- esta vez emboque.