Cuando se analiza el
comportamiento político de Carles Puigdemont, independientemente de si se está
o no de acuerdo con la independencia catalana, hay un hecho que llama la atención.
Lo desconcertante, errático y carente de sentido estratégico que es, en pos de la
consumación de un objetivo cualquiera.
Cambiando el discurso de cara a las próximas elecciones
afirma que: «¡Siempre es posible! ¡He
trabajado durante treinta años para obtener otro anclaje de Cataluña en España!
Hemos trabajado mucho en eso, pero la llegada al poder del señor Aznar detuvo
esa senda», afirmó al periódico francófono, “Le Soir”, el político catalán,
quien insiste en estar dispuesto a aceptar «la
realidad de otra relación con España».
Bueno hubiera sido haberlo sabido antes. Pone en evidencia
que esta situación era perfectamente evitable por parte de las dos partes.
Junto a esto no se presentarían como PDcAT, sino como Junts
per Catalunya, JUNTSXCAT, para mejorar la performance electoral.
Mientras Puigdemont va cambiando de caballo en la correntada
después de dos semanas de refugio en Bélgica, en Cataluña de lo que se habla es
de los comicios del 21 de diciembre. Lo que no ve el ex presidente catalán es
que si bien tenía legitimidad de origen ‑ganó las elecciones‑, no tenía en
cambio legitimidad el ejercicio de un referéndum inconstitucional. Depuesto
constitucionalmente por el Artículo 155, ahora debe refrendar la legitimidad de
origen tras las elecciones venideras. A parte de eso tiene el tema judicial que
lo va a ir alargando como mucho hasta febrero, pero cualquiera entiende que en
un momento del año que viene, ha de llegar la hora de la verdad con la
inexorable extradición que pesa sobre él y sus allegados.
Como dice Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, si se hubiera
llamado a elecciones “no estaríamos donde
estamos”.
“Todo el mundo
sabe que no soy independentista y que he sido muy crítica con la Declaración
Única de Independencia”, sostuvo Colau. “La
vía unilateral nos ha hecho daño y el 155 ha sido catastrófico”, afirmó.
Sin embargo, horas después estaba manifestándose por la liberación de los
presos y contra el 155 en la protesta soberanista organizada por las entidades
ANC y Òmnium.
Esta emperatriz de la ambigüedad sigue la estrategia general
de ocupar diversos espacios políticos y cosechar votos independentistas. Pero
al tener que proceder así está indicando un cierto desánimo en el bando
separatista, que ahora está viendo en que situación quedaron colocados todos
los catalanes.
Ahora Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) admite por
medio de su portavoz Sergi Sabrià, que no estaban preparados para afrontar “un Estado autoritario, sin límites para
aplicar la represión y la violencia".
También debiera admitir que no tienen Fuerzas Armadas,
reconocimiento de la Unidad Europea y posibilidad de una moneda propia con
valor de cambio y reconocimiento del Fondo Monetario Internacional en su valor
de pago y repago.
Igualmente, la exconsejera de Enseñanza Clara Ponsatí desde
Bruselas admite que el Govern’ del que formaba parte no estaba "suficientemente preparado"
para "dar continuidad política de
forma sólida" a los resultados del referéndum del 1 de octubre,
suspendido por el Tribunal Constitucional.
Ya no hablan de la República, sino de sembrar la semilla de
la República.
Mientras esto sucede, el Ministerio de Hacienda investiga de
dónde viene el financiamiento para el movimiento separatista. Con las finanzas
de la Generalitat intervenidas y controlando todos los pagos desde octubre, no
encuentra sospechosos por ese lado. Sospechan ahora que esa financiación
proviene de los 200 Ayuntamientos gobernados por Alcaldes independentistas.
El viaje de los 200 Alcaldes a darle su apoyo a Puigdemont en
Bruselas es otra fuerte señal de esta situación. El problema que tienen es que
fiscalizar factura por factura 200 Alcaldías no es tarea fácil.
A medida que se va despejando la madeja que tiene el desafío separatista,
salta también el rol que jugaron Rusia y Venezuela amplificando los mensajes
independentistas a través de miles de perfiles en redes sociales. Como no hubo contrarréplica
por parte del gobierno español, lograron convencer a la opinión pública
internacional.
Según la medición de la Universidad de George Washington
durante los días anteriores y posteriores al 1º de octubre, en las redes
sociales había un 78,2% de los mensajes favorables al independentismo, frente a
un 19,2% en favor del gobierno español.
El autor de este estudio Javier Lesaca, es investigador
visitante en la Escuela de Medios y Asuntos Públicos de la George Washington
University. Ha analizado en total 5.029.877 mensajes en Twitter, Facebook y
otras redes sociales entre el 29 de septiembre y el 5 de octubre.
Se armó un relato favorable al independentismo: policías españoles
reprimiendo a gente pacífica que quería ir a votar. Esta imagen viralizada es la que recorrió el
mundo: en cambio las posiciones del gobierno español no lograron interesar la
conversación digital, sostiene el especialista.
Para tener noción de lo que significó el éxito mediático orquestado
por Rusia y Venezuela; Los mensajes a favor de la independencia se compartieron
966.132 veces, en cambio los favorables al gobierno solo fueron compartidos
47.321 veces.
Según la investigadora Donara Barojan, del Atlantic Council, afirma
que esta no es la primera vez que Rusia busca en los conflictos occidentales un
motivo para legitimar sus políticas.
“Los medios
separatistas en el este de Ucrania intentaron emplear la crisis catalana como
una vía de legitimar la anexión ilegal de Crimea”, sostiene Barojan.
Los medios estatales rusos RT y Sputnik superaron a cabeceras
globales como CNN o The Guardian, incluso a varios diarios españoles como El
Mundo o La Vanguardia. RTVE y EFE tuvieron una influencia meramente
testimonial.
Rusia lo que busca es ejercer un control de la situación
presionando a España. No es nada improbable que Putin juegue a un triunfo de la
ultra derecha española, que aunque parezca increíble muestra una creciente
simpatía por Rusia.
Si bien ese sector es irrelevante hoy en día, el auge del
españolismo, exacerbará a grupos como VOX.
Según fuentes de inteligencia española el 26 de octubre un
político separatista afín a Putin visitó Barcelona con la finalidad de
establecer lazos entre la órbita del Kremlin y una posible Cataluña
independiente. Dimitri Medóev, funcionario osetio afín a Moscú y ministro de
facto de Exteriores de la república irredenta de Osetia del Sur incluso abrió
una oficina en Barcelona para establecer relaciones bilaterales.
Paralelamente Yuri Dzhibladze, presidente del Centro para el
Desarrollo de la Democracia y los Derechos Humanos, y Olga Zakharova, directora
del Centro de Análisis de Documentos para la Libertad, contactaron a la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT),
para pedir asistencia en su visita a Cataluña.
Sin apoyo ruso y venezolano, con el Ministerio de Hacienda
intervenido y cambiando de nombre de partido y discurso para incautos, con un
independentismo que se presenta dividido a las elecciones, con un discurso
ambiguo, con un cierto desánimo en el sector separatista, parece estar llegando
la hora de un mal sueño que dividió a la sociedad catalana y que configura la
peor crisis institucional en España desde el advenimiento de la democracia
hasta ahora.