lunes, 13 de noviembre de 2017

Reyes de la ambigüedad y la tomadura de pelo.

          Cuando se analiza el comportamiento político de Carles Puigdemont, independientemente de si se está o no de acuerdo con la independencia catalana, hay un hecho que llama la atención. Lo desconcertante, errático y carente de sentido estratégico que es, en pos de la consumación de un objetivo cualquiera.
        Cambiando el discurso de cara a las próximas elecciones afirma que: «¡Siempre es posible! ¡He trabajado durante treinta años para obtener otro anclaje de Cataluña en España! Hemos trabajado mucho en eso, pero la llegada al poder del señor Aznar detuvo esa senda», afirmó al periódico francófono, “Le Soir”, el político catalán, quien insiste en estar dispuesto a aceptar «la realidad de otra relación con España».
        Bueno hubiera sido haberlo sabido antes. Pone en evidencia que esta situación era perfectamente evitable por parte de las dos partes.
        Junto a esto no se presentarían como PDcAT, sino como Junts per Catalunya, JUNTSXCAT, para mejorar la performance electoral.
        Mientras Puigdemont va cambiando de caballo en la correntada después de dos semanas de refugio en Bélgica, en Cataluña de lo que se habla es de los comicios del 21 de diciembre. Lo que no ve el ex presidente catalán es que si bien tenía legitimidad de origen ‑ganó las elecciones‑, no tenía en cambio legitimidad el ejercicio de un referéndum inconstitucional. Depuesto constitucionalmente por el Artículo 155, ahora debe refrendar la legitimidad de origen tras las elecciones venideras. A parte de eso tiene el tema judicial que lo va a ir alargando como mucho hasta febrero, pero cualquiera entiende que en un momento del año que viene, ha de llegar la hora de la verdad con la inexorable extradición que pesa sobre él y sus allegados.
        Como dice Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, si se hubiera llamado a elecciones “no estaríamos donde estamos”.
        “Todo el mundo sabe que no soy independentista y que he sido muy crítica con la Declaración Única de Independencia”, sostuvo Colau. “La vía unilateral nos ha hecho daño y el 155 ha sido catastrófico”, afirmó. Sin embargo, horas después estaba manifestándose por la liberación de los presos y contra el 155 en la protesta soberanista organizada por las entidades ANC y Òmnium.
        Esta emperatriz de la ambigüedad sigue la estrategia general de ocupar diversos espacios políticos y cosechar votos independentistas. Pero al tener que proceder así está indicando un cierto desánimo en el bando separatista, que ahora está viendo en que situación quedaron colocados todos los catalanes.
        Ahora Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) admite por medio de su portavoz Sergi Sabrià, que no estaban preparados para afrontar “un Estado autoritario, sin límites para aplicar la represión y la violencia".
        También debiera admitir que no tienen Fuerzas Armadas, reconocimiento de la Unidad Europea y posibilidad de una moneda propia con valor de cambio y reconocimiento del Fondo Monetario Internacional en su valor de pago y repago.
        Igualmente, la exconsejera de Enseñanza Clara Ponsatí desde Bruselas admite que el Govern’ del que formaba parte no estaba "suficientemente preparado" para "dar continuidad política de forma sólida" a los resultados del referéndum del 1 de octubre, suspendido por el Tribunal Constitucional.
        Ya no hablan de la República, sino de sembrar la semilla de la República.
        Mientras esto sucede, el Ministerio de Hacienda investiga de dónde viene el financiamiento para el movimiento separatista. Con las finanzas de la Generalitat intervenidas y controlando todos los pagos desde octubre, no encuentra sospechosos por ese lado. Sospechan ahora que esa financiación proviene de los 200 Ayuntamientos gobernados por Alcaldes independentistas.
        El viaje de los 200 Alcaldes a darle su apoyo a Puigdemont en Bruselas es otra fuerte señal de esta situación. El problema que tienen es que fiscalizar factura por factura 200 Alcaldías no es tarea fácil.
        A medida que se va despejando la madeja que tiene el desafío separatista, salta también el rol que jugaron Rusia y Venezuela amplificando los mensajes independentistas a través de miles de perfiles en redes sociales. Como no hubo contrarréplica por parte del gobierno español, lograron convencer a la opinión pública internacional.
        Según la medición de la Universidad de George Washington durante los días anteriores y posteriores al 1º de octubre, en las redes sociales había un 78,2% de los mensajes favorables al independentismo, frente a un 19,2% en favor del gobierno español.
        El autor de este estudio Javier Lesaca, es investigador visitante en la Escuela de Medios y Asuntos Públicos de la George Washington University. Ha analizado en total 5.029.877 mensajes en Twitter, Facebook y otras redes sociales entre el 29 de septiembre y el 5 de octubre.
        Se armó un relato favorable al independentismo: policías españoles reprimiendo a gente pacífica que quería ir a votar.  Esta imagen viralizada es la que recorrió el mundo: en cambio las posiciones del gobierno español no lograron interesar la conversación digital, sostiene el especialista.
        Para tener noción de lo que significó el éxito mediático orquestado por Rusia y Venezuela; Los mensajes a favor de la independencia se compartieron 966.132 veces, en cambio los favorables al gobierno solo fueron compartidos 47.321 veces.
        Según la investigadora Donara Barojan, del Atlantic Council, afirma que esta no es la primera vez que Rusia busca en los conflictos occidentales un motivo para legitimar sus políticas.
        “Los medios separatistas en el este de Ucrania intentaron emplear la crisis catalana como una vía de legitimar la anexión ilegal de Crimea”, sostiene Barojan.
        Los medios estatales rusos RT y Sputnik superaron a cabeceras globales como CNN o The Guardian, incluso a varios diarios españoles como El Mundo o La Vanguardia. RTVE y EFE tuvieron una influencia meramente testimonial.
        Rusia lo que busca es ejercer un control de la situación presionando a España. No es nada improbable que Putin juegue a un triunfo de la ultra derecha española, que aunque parezca increíble muestra una creciente simpatía por Rusia.
        Si bien ese sector es irrelevante hoy en día, el auge del españolismo, exacerbará a grupos como VOX.
        Según fuentes de inteligencia española el 26 de octubre un político separatista afín a Putin visitó Barcelona con la finalidad de establecer lazos entre la órbita del Kremlin y una posible Cataluña independiente. Dimitri Medóev, funcionario osetio afín a Moscú y ministro de facto de Exteriores de la república irredenta de Osetia del Sur incluso abrió una oficina en Barcelona para establecer relaciones bilaterales.
        Paralelamente Yuri Dzhibladze, presidente del Centro para el Desarrollo de la Democracia y los Derechos Humanos, y Olga Zakharova, directora del Centro de Análisis de Documentos para la Libertad, contactaron a la  Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT), para pedir asistencia en su visita a Cataluña.
        Sin apoyo ruso y venezolano, con el Ministerio de Hacienda intervenido y cambiando de nombre de partido y discurso para incautos, con un independentismo que se presenta dividido a las elecciones, con un discurso ambiguo, con un cierto desánimo en el sector separatista, parece estar llegando la hora de un mal sueño que dividió a la sociedad catalana y que configura la peor crisis institucional en España desde el advenimiento de la democracia hasta ahora.