Uno de los grandes errores de la política de Bachelet es no
haber sabido comprender que las reformas educativa, laboral y tributaria, se
enmarcan dentro de lo que es una política de estado y no de un antojo sectorial.
En este sentido Sebastián Piñera ya ha dicho que lo primero
que va a corregir es lo legislado en estos tres rubros básicos de la política
de Bachelet. "El futuro gobierno tendrá que hacer cambios muy profundos a
la obra gruesa de la Nueva Mayoría", sostuvo.
“Hoy Chile está peor que cuando comenzó el gobierno”,
dijo, porque “se partió de un diagnóstico equivocado”. “Se partió de una
política fracasada por pensar que el Estado tiene que hegemoneizar todos los
ámbitos de la actividad humana”, acotó. “Malas políticas públicas, mal
diseñadas y mal implementadas”, expresó
A esto hay que
agregarle que una misión de esa magnitud no puede ser tarea de un solo gobierno
llamado a durar 4 años, sino que exige una continuidad sostenida en el tiempo. Sin
un acuerdo interpartidario es impensable una reforma que abarca varios
códigos, el tributario y el laboral.
En Chile el desfasaje entre la sociedad y el Estado se ha
vuelto muy evidente por la sencilla razón de que la sociedad se fue
modernizando en un proceso de movilidad ascendente y descendente y en cambio el
Estado no lo hizo al mismo ritmo y por ende, no logra colmar lo que de él se
espera.
La grieta en Chile no es con los mapuches, como se pretende hacer
creer, sino entre el Estado y la sociedad.
El gobierno no ha sabido evaluar el impacto social de sus políticas, no ha tenido una línea centrada en la eficacia y eficiencia de la gestión capaz de resolver las exigencias de las personas.
El gobierno no ha sabido evaluar el impacto social de sus políticas, no ha tenido una línea centrada en la eficacia y eficiencia de la gestión capaz de resolver las exigencias de las personas.
Un Estado gordo, que ni siquiera tiene la capacidad de atraer
y retener talento, no es un Estado fuerte. Problemas de coordinación, déficit
en la gestión pública, mala atención al usuario de los servicios públicos, son
apenas algunas de las carencias que sector privado le recrimina.
En la preocupación de la gente el principal problema después
de la delincuencia es el pésimo sistema de salud que existe.
La disparidad en Chile es muy grande, porque si algo ha
caracterizado al empresariado en estos últimos 30 años ha sido la capacidad de
innovación y creatividad para atraer mercados exteriores, en una economía que
pese a ese enorme esfuerzo, sigue pagando tributo a los ciclos del cobre.
El gobierno que ahora se retira ha hecho promesas sin contar
con algún grado de eficacia gubernamental para implementarlas en cosas
concretas y eficaces. Ni siquiera han tenido cuadros políticos preparados para
llevar a la realidad con acierto su programa de gobierno, siempre entre marchas
y contra marchas y con contradicciones graves que vuelven inaplicables ciertas
leyes.
En julio de 2016 el Centro de Estudios Públicos, convocó a
una comisión de 29 personas del mundo académico, público y privado que deliberó
durante 15 meses hasta redactar un informe caracterizando las carencias del
Estado chileno. Le piden al próximo presidente que aproveche el impulso que
ofrece el artículo 33 de la Constitución chilena que dice: “El Presidente de la
República podrá encomendar a uno o más Ministros la coordinación de la labor
que corresponde a los Secretarios de Estado y las relaciones del Gobierno con
el Congreso Nacional”. Para una reforma del Estado esto significa que el
Ministro coordinador es el responsable con nombre y apellido del impulso. Para
que no sea algo secundario, se recomienda que sea el Secretario General de la
Presidencia o el Ministro de Hacienda el coordinador y para que no quede todo
en agua de borrajas, se le exige dar cuenta pública periódicamente de los
avances en dicha reforma.
El Estado es para los ciudadanos y no éstos para el Estado.
Hasta ahora el sector político ha sustituido con amiguismo al Estado y éste a
los ciudadanos transfiriéndoles los costos al sector privado.
En los próximos años
Chile tendrá que tomar definiciones que son claves en muchos ámbitos de la
política pública.
Los planteos que estaban en boga hace 4 años hoy por diversas causas ya no están en el candelero político.
Los planteos que estaban en boga hace 4 años hoy por diversas causas ya no están en el candelero político.
Desgaste del electorado, cansancio, demagogia, malas políticas
pensadas desde el escritorio, pero que no son aceptadas y legitimadas por la
ciudadanía, ponen hoy nuevos temas en la agenda.
Influye en este sentido el hecho de que al gobierno de
Bachelet no lo ayudó la constante caída del precio del cobre y ahora que
comienza a subir, la gente pide un cambio de lo que representó su política. No
falta quien diga que es una ingratitud de la vida, pero el hecho cierto es que
si sus políticas hubieran sido consensuadas, no pasaba eso y el recambio de
gobierno, no mostraba una grieta tan grande.