miércoles, 1 de noviembre de 2017

Argentina: La hora de volver a gobernar.

          Achicar el gasto público en un país en donde en las Provincias el 90 por ciento de la gente está ligada directa o indirectamente al Estado es un tema complejo, por más gradualismo con que se lo encare.
          Una reforma del poder judicial que habilite que los juicios sean más rápidos es una cuestión ardua y difícil. En Argentina hay un entramado mafioso que es nodal; es central y no colateral, en la política. El Estado es el botín y el centro. La maquinaria lleva a inventarle un pasado al Gobernador, a cambiar la personalidad, a premiar y coimear a los jueces. También los servicios de inteligencia están metidos en confraternizar con los narcos, vigilar a los periodistas y participar en operaciones políticas.
          Una reforma fuerte de la ley de contrato en la Argentina, viene atada con la reforma previsional. La reforma no es una cuestión puntual de blanqueo, sino que apunta a la flexibilización laboral para generar empleo. Las Pymes, las pequeñas y medianas empresas son las que más requieren la flexibilización laboral, porque las grandes ya están organizadas para encarar la cuestión del costo laboral.
          Una reforma tributaria que baja impuestos, cuando hay un déficit tan grande, baja impuestos para recibir inversiones. Favorece a la inversión, abarata la creación de empleo. Incentiva el precio de los electrodomésticos, favoreciendo el consumo. Todo se hace a 5 años. Perjudica la colocación financiera de ahora en más, porque grava la renta financiera. También el consumo de bebidas. No se toca el impuesto al consumo masivo.
          La inversión no es una cuestión de deseos, si se es bueno o malo. Si se gana dinero hay inversión, de lo contrario no.
          Nadie puede estar en contra el querer generar empleo, el tema es si estas medidas lo lograrán.
          El tema es mejorar la competitividad para facilitar la inversión.
          La hoja de ruta de Macri es ésta, para acelerar los procesos de inversión de infraestructura pública. Detrás de la estatal, viene la inversión privada. Darle previsibilidad jurídica es fundamental y es uno de los objetivos prioritarios de éste paquete de medidas.
          Hoy el consumo está aumentando y la recaudación también. Está aumentando el salario real.
El consumo actual es en créditos hipotecarios. Hay un 13,5% en la industria de la construcción. En otros sectores ese impulso en cambio, cuesta mucho más.
          La economía argentina hoy va dejando atrás la recesión. Se estabilizó en lo que va de los últimos meses. La gran duda son los cambios en el transporte. Hay una gran distorsión entre la capital y el interior.
          El transporte impacta más fuerte en los que menos tienen, porque son los que hacen los viajes más largos. Hay gente en Buenos Aires que viaja tres horas de ida y también  de vuelta.
          Hoy lo que importa, como sostiene Durán Barba, es la política de gestión, la capacidad de gobernar y administrar la cuestión pública y no la ideología. No alcanza con tener ideas buenas, se necesita contar con los mejores hombres y mujeres, que sepan trabajar en equipo.
          Para ser creíble hay que demostrar que se es capaz, y no como hasta ahora, en donde lo único que importaba era la ideología.
          Argentina ha sido un país muy mal administrado desde hace 90 años. Con Macri da al menos por ahora, la impresión de que comienza a administrarse correctamente.
          El sector privado es el único que puede crear puestos de trabajo de calidad. Ponerle fin a éste festival de la no competitividad de estos últimos 5 años, ha sido el enorme mérito de Macri.
          El gobierno fijó claramente sus fundamentales prioridades: lo Institucional, lo fiscal y la competividad. En términos macro económicos, definió sus grandes prioridades.
          Ahora empezó el gobierno, lo que hubo fue un prólogo.
          Quiere ordenar y meterse con las partes más sensibles. Va a ganar, perder, avanzará, retrocederá. Lo hará bien o mal, pero se verá la muñeca política del gobierno y la capacidad de dar la batalla cultural.
          Un país normal, como quiere Macri para Argentina es muy complejo para todo el mundo.
          La sociedad quiere algo moderado. Quiere encontrarse en el centro.
          Cristina Kirchner no terminó, pero Argentina hoy busca otro radicalismo, el fanatismo de la moderación.
          El tema está en saber si el puente que Mauricio Macri quiere tender hacia el futuro argentino, puede hoy tener andamiento.

          Esperemos que Macri logre encauzar a la Argentina.